viernes, 10 de mayo de 2024

DIOS ES, Y SIEMPRE FUE UNA SOLA PERSONA, NO UNA TRINIDAD DE PERSONAS


E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,

Justificado en el Espíritu,

Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,

Recibido arriba en gloria.

1 Timoteo 3.16

E

n esta porción de la primera carta del apóstol Pablo a Timoteo, el apóstol, refiriéndose a Dios, declara que Él fue manifestado en carne, y esto concuerda con lo que el evangelista Juan registró en su Evangelio, en Juan 1.14:

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Comúnmente, cuando se lee el contexto en que esta cita bíblica está, se entiende que aquí se dice de, por lo menos, dos personas divinas: Dios, el Padre, y el Verbo Quien, comúnmente, sería el Hijo, Jesús. Pero, cuando leemos lo más quietamente esta porción, lo que sería la introducción a este Evangelio (entre los versículos 1 y 18), lo que el evangelista comparte aquí es una síntesis de cómo, el Dios que creó los cielos y la tierra (porque él se remonta al “principio” cuando, como lo leemos en Génesis 1.1, comenzó la creación de nuestro universo), y de cómo Él hizo este universo mediante Su Palabra; que es, justamente, lo que el apóstol Pablo también reconoce en Hebreos 11.3:

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

El problema se presenta cuando, por un lado, la expresión “Verbo” que aquí, y también en el libro del Apocalipsis, se lee, no es la traducción correcta de lo que el evangelista Juan redactó originalmente. Este Evangelio fue escrito -originalmente- en el idioma griego y, allí, la expresión que se usa es “Logos” que, traducido, más comúnmente se debió traducir como “Palabra”, y no “Verbo” como aparece en la mayoría de las versiones y revisiones de la Biblia en el español. ¿Por qué esta inexactitud? Algunos teólogos aducen que, porque la Palabra de Dios es activa que, como tal, bien podríamos considerarla como Verbo que, como todo verbo, implica acción. Consideremos que, para cuando se procedió a la traducción del Nuevo Testamento, del griego al español y otras lenguas, muchos teólogos estaban imbuidos de conceptos filosóficos; y que hoy, justamente, es una de las ciencias con que la mayoría o totalidad de ministros son envenenados, con filosofía cuando, en Colosenses 2.8, el apóstol nos previene para no ser engañados por medio de filosofías y huecas sutilezas; y, hasta donde sabemos, muchos de los mal llamados “Padres de la Iglesia”, como Agustín de Hipona, lo que hicieron fue contaminar la fe y las iglesias conforme el apóstol lo había ya profetizado en Hechos 20.29-30; porque, contrarios a la advertencia del apóstol, usando de filosofía, y no buscando a Dios en oración, ruego y súplica para entender perfectamente el Evangelio, fallaron para ir fundamentando, desde entonces, doctrinas de demonios, como el apóstol lo profetizó sucedería.

Por otro lado, debemos entender que, cuando se tradujo el Evangelio de Juan al español y otras lenguas, los teólogos de entonces (por lo menos la mayoría) fueron tan impiadosos que cambiaron el orden de la última parte del primer versículo para, de esta manera, permitirse que éste sostuviera una doctrina de la trinidad inexistente, espuria, blasfema y herética. El versículo 1.1 se lee así en nuestras biblias de la Reina Valera 1960:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Pero, cuando lo leemos en el original griego, allí el orden de la última o tercera frase es distinto:

Y Dios era el Verbo (Palabra).

Así, y cuando leemos el v. 14, donde se declara que el Verbo fue hecho carne, justamente lo que el apóstol enseñó en 1 Timoteo 3.16; para entender Quién es este “Verbo” a Quién el evangelista se refiere, nos bastaría con -sencillamente- irnos y leer bien el primer versículo de Juan 1, pero tal y como éste fue escrito en el griego, en ese orden, para entender que “Dios era el Verbo” o, más claramente, “Dios era la Palabra”. Así, cuando los teólogos fuerzan al lector para entender que, cuando se dice en este primer versículo “y el Verbo (Palabra) era con Dios”, que esa frase nos estaría indicando la existencia de -por lo menos- dos personas de una divinidad; con la última o tercera frase de este primer versículo esa idea quedaría insostenible porque, como lo leemos en el orden en que está en la fiel traducción del griego original, “Dios era la Palabra” y, si reemplazamos este entendimiento en la segunda porción de este versículo, entenderíamos con total claridad que, allí, no se está indicando la existencia de -por lo menos- dos personas, a saber: el Hijo y el Padre; sino, únicamente, que el Verbo o Palabra, que era Dios (según la última parte de este primer versículo, en el orden en que aparece en el griego original), era o estaba con Dios.

¿Por qué este cambio en nuestras traducciones al español? No lo sé con exactitud pero, habida cuenta que desde la partida del apóstol Pablo entraron en la iglesia lobos rapaces y, aún de entre el pueblo, se levantaron hombres que han hablado perversidades (y eso está sucediendo -inclusive- hoy mismo, en muchísimas iglesias con espíritu nicolaíta, donde el hombre es el que las gobierna, y no Dios), los piadosos seguramente cuidaron porque estos malos ministros no corrompieran la fe y la sana doctrina de un remanente que, por gracia de Yehováh Dios, hoy se mantiene en pie, esperando el retorno del Señor Jesús o Yeshúa conforme lo prometió.

Así, cuando el evangelista Juan hace esta introducción en su Evangelio, él se remonta al “principio”, a Génesis 1.1, cuando el escriba escribió “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Y que, conforme se dice en el Salmo 33.6-9 y 2 Pedro 3.5, que Dios consumó esta creación por Su Palabra (no Su verbo, eso nunca lo veremos en el Antiguo Testamento). Leamos:

Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,

Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.

Él junta como montón las aguas del mar;

Él pone en depósitos los abismos.

Tema a Jehová toda la tierra;

Teman delante de él todos los habitantes del mundo.

Porque él dijo, y fue hecho;

Él mandó, y existió.

Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,

Y, cuando llegamos al versículo 14, el evangelista -sencillamente- concluye y dice: “Y aquel Verbo [Palabra] fue hecho carne, y habitó [fijó tabernáculo] entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Sencillamente, el Dios que en el Antiguo Testamento acordó con Israel habitar entre ellos, en el lugar Santísimo del tabernáculo y, después, en el templo que Salomón edificó; en días de nuestro Señor Jesús, Él habitó en un cuerpo Humano que Él mismo hizo para, y como lo había dicho a José, desposado con María, ser llamado Emanuel que, traducido es “Dios con nosotros”. No una segunda persona de una trinidad pero, sencillamente, Dios, el mismo Yehováh de los Ejércitos Humanándose para, como el Cordero de Dios, obrar nuestra redención.

¿Es extraño que Yehováh Dios se manifieste como Hombre? No, porque, en días de Abraham, Él se manifestó como Hombre; y, tiempo después, en días de Moisés, también se manifestó como un Hombre aunque, en aquella ocasión, Moisés solo vio Sus espaldas. Pero, en días de nuestro Señor Jesús, Él se manifestó en carne aún desde Su concepción en el vientre de María; ¿por qué? Creo que se lo oí decir al Dr. R.C. Sproul que, de esta manera, Él, Yehováh Dios, se identificó plenamente con nosotros, con Su creación, haciéndose Hombre aún desde la concepción misma para, de principio a fin, ser el Cordero de Dios que, a semejanza de los corderos que se sacrificaban continuamente, todos los días a las 9 am y 3 pm y, en el Día de la Expiación o Yom Kippur, representarnos en Su calvario, muerte, sepultura y resurrección; y, ahora mismo, en gloria, en el Cielo, como fiel Sumo Sacerdote del pueblo de Dios, la Iglesia del Dios viviente.

El Hijo no existe en el Antiguo Testamento sino como profecía. Los teólogos trinitarios se esfuerzan por interpretar el misterio de la piedad (1 Timoteo 3.16) y, porque leen sin la unción debida del Espíritu Santo porque, sencillamente, no lo quieren, porque se creen capaces de entender a Dios sin Su ayuda, sin Su gracia, ellos fallan en esta doctrina como, también, en otras; por ejemplo, cuando enseñan mal acerca del bautismo en agua, enseñando un bautismo -igualmente- trinitario cuando, a lo largo del libro de Hechos, hay harto testimonio para reconocer que el bautismo en agua fue -siempre- en el nombre de Jesús, Señor Jesús o Jesucristo; y nunca, nunca en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En Isaías 9.6, el profeta escribió inspirado:

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Este Hijo que nació de María (Mateo 1, y Lucas 1), el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús, es Dios Fuerte, y Padre Eterno; y que, si Él fue Padre Eterno, entonces siempre lo fue, Él estuvo en la eternidad como Padre, Yehováh Dios, nuestro Padre, no un Hijo lo que, como lo leemos, llegó a suceder tan pronto Él nació, el Hijo unigénito del Padre. ¿Otra persona? No, pero la misma y única persona en la Divinidad.

El hermano Branham, profeta y evangelista en los EEUUA, compartió este testimonio con un rabí judío, en su libro Una Exposición a las Siete Edades de la Iglesia, capítulo La Revelación de Jesucristo:

91 No hace mucho yo estaba hablando con un Rabí judío. Él me dijo: “Uds. los gentiles no pueden dividir a Dios en tres partes y dárselo así a un judío. Nosotros tenemos mejor conocimiento que eso”.

92 Le dije: “Rabí, esa es la cosa, nosotros no dividimos a Dios en tres partes. Ud. cree a los profetas, ¿verdad?”

Él dijo: “Seguro que sí”.

Le pregunté: “¿Cree Ud. Isaías 9:6?”

Respondió: “Sí”.

Pregunté: “¿De quién estaba hablando el profeta?”

Dijo: “Del Mesías”.

Dije: “¿Qué relación tendrá el Mesías con Dios?”

Él dijo: “Será Dios mismo”.

Dije: “Eso es correcto”. Amén.

Un judío sabe que, cuando el Mesías venga, será Yehováh Dios mismo, Humanado, y no otra persona, pero Él mismo Humanándose como en días de Abraham y Moisés; pero, en esta ocasión, cuando Dios les envíe a los dos profetas que profetizarán en Israel, dentro de muy poco (Apocalipsis 11), Él les reprenderá que Él ya había venido en días de Su primera visitación como Jesús o Yeshúa, y no le recibieron. El profeta escribió en Zacarías 12.10-11:

10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. 

Aquí se está hablando de Yehováh, no de una segunda persona, pero de Yehováh mismo que, Humanándose, se dio a conocer a Israel como Hijo Unigénito y Primogénito; pero que, entonces, no le recibieron. Pero, felizmente, en el tiempo del fin, durante la Gran Tribulación, Él se dará a conocer a través de estos dos profetas de Apocalipsis 11 y, entonces, solo 144,000, el remanente elegido (restante o faltante por llamar, según Romanos 11) creerá el Evangelio (de una población actual cerca a los 10 millones de habitantes); y, después, vendrá el fin.


sábado, 20 de abril de 2024

LA AUTORIDAD DEL NOMBRE DE JESÚS EN EL BAUTISMO EN AGUA

L

a gran mayoría de iglesias cristianas evangélicas, carismáticas e, inclusive, la católica, han avanzado en creer en la autoridad del nombre de Jesús; y, por lo mismo, hoy en día invocan a Dios (por lo general, solo lo invocan por Sus títulos, y no por Su nombre, Jehová o, mejor, Yehováh) en el nombre de Jesús, para orar por los enfermos, y reprender demonios en servicios de liberación en el nombre de Jesús. ¿Por qué? Ellos han entendido que hay autoridad en este nombre, Jesús.

Sin embargo, y este agradable avance en la fe, que el evangelio de Dios nos ha concedido para nuestra prosperidad espiritual y gloria de Su nombre; cuando la mayoría de iglesias intentan introducir a un recién convertido al Cuerpo de Cristo, y al compañerismo con los ya santificados, tristemente ignoran y hasta rehúsan usar esta autoridad, la autoridad del nombre de Jesús en el bautismo en agua; para, y como es común, bautizar al recién convertido en el nombre del “Padre, Hijo y Espíritu santo”, conforme a una teología que, tristemente, aún impera en la mayoría de iglesias de hoy.

Éstos aducen que, porque el Señor Jesús dijo “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” (Mateo 28.19), es que ellos bautizan de esa manera; sin embargo, los renombrados teólogos de esta inmensa mayoría de iglesias saben que, Mateo 28.19, fue manipulado, que originalmente esta cita bíblica no rezaba así y que, en consecuencia, lo allí citado en casi la totalidad de revisiones bíblicas no debería ser considerado como serio fundamento para la fe. En cambio, cuando leemos en el libro de Hechos, cómo es que los apóstoles y evangelistas bautizaron a los recién convertidos, vemos que estos fueron bautizados invocando el nombre de Jesús (o Yeshúa, en el idioma hebreo; siendo que esta fe empezó a difundirse entre los hebreos, en Jerusalén); y que, tan pronto eran bautizados en el nombre de Jesús, luego todos oraban o intercedían a favor del recién convertido y bautizado, para que éste recibiera el don del Espíritu Santo como el mejor Testigo y señal que, realmente, se ha creído en el nombre de Jesús.

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

(Romanos 10.10)

Y, tanto en Juan 7.37-39, Gálatas 2.16; 3.2, y Efesios 1.13, se declara que el Espíritu Santo se recibe por la fe y, más exactamente, por la fe en Jesucristo; vale decir que, el Espíritu Santo, es la confirmación de que realmente hemos sido justificados o declarados justos por la fe en Jesucristo.

Efectivamente, muchos teólogos ignoran -voluntariamente- que Mateo 28.19 es espurio porque, según la imagen o copia fotostática de una porción del evangelio según Mateo, este versículo reza sencillamente como “Por tanto, id, y haced discípulos en las naciones bautizándolos en mi nombre. “

Y, según lo declaró Eusebio (Obispo) de Cesárea en sus libros III, capítulo 6, 132 (a), p. 152; IX, capítulo 11, 445; y I, capítulo 5, 9 (a), p. 24, respectivamente, tras haber tenido acceso a la Biblioteca de Cesárea, donde halló un original del evangelio según Mateo, entre los manuscritos más antiguos almacenados allí, él afirma que el Señor Jesús dijo a Sus discípulos:

“Id, y haced discípulos de todas las naciones en mi nombre, enseñándoles a observar todas las cosas que yo os he mandado.”

“Id y haced discípulos de todas las naciones en mi nombre.”, y

“Id vosotros, y haced discípulos de todas las Naciones, enseñándoles que observen todas las cosas, las cuales yo os he mandado.”

Y, en ningún momento, reconociendo el mandamiento de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, tal como reza en las versiones y revisiones de la Biblia que circulan en la actualidad.

El apóstol Pablo, cuando llegó a Éfeso, preguntó: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?” (Hechos 19.2). ¿Por qué? Él sabía la importancia de la presencia del Espíritu santo en el creyente, en la Iglesia. El apóstol Santiago dijo que el cuerpo sin el espíritu está muerto (Santiago 2.26) y, del mismo modo, un creyente o la iglesia o congregación local misma, sino tiene el Espíritu Santo está muerta. En Apocalipsis 3.1 se dice:

“… Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives [se ufanaban de decir que eran cristianos], y estás muerto.”

Y esa sería nuestra condición si, a cambio del Espíritu Santo nos conformamos con el espíritu de un “carismático” evangelista o pastor, un emotivo director de alabanzas o, por último (o primero), con la manifestación de carismas que, conforme a 1 Corintios 12.3, hasta podrían ser manifestaciones de espíritus de error, de demonios.

No, tenemos la buena nueva o evangelio en el nombre de Jesús para hacernos de la promesa del Espíritu Santo; y, si confesamos este Nombre, que es “sobre todo nombre”, y más sobre el nombre de títulos de Padre, Hijo y Espíritu Santo, durante el bautismo en agua, tal como lo enseñaron y practicaron en el libro de Hechos, vamos a permitir a Dios completar la obra de santificación en el creyente, para recibir el Espíritu Santo como señal de la justificación por la fe en Jesucristo, al haber confesado el nombre de Jesús durante el bautismo en agua.

Y luego, Frederick Cornwallis Conybeare (1856-1924), profesor de teología en la Universidad de Oxford, dio testimonio de este hecho y escribió: “De los testigos patrísticos del texto del Nuevo Testamento, tal como estaba en los manuscritos griegos alrededor del 300 al 340, ninguno es tan importante como Eusebio de Cesárea, puesto que vivía en la mayor biblioteca cristiana de la época, aquella que Orígenes y Pamphilus habían reunido. En su “Teofanía”, que se conserva en una versión siríaca antigua, de un códice de Nitria escrito en el año 411 [que está] en el Museo Británico, en su famosa “Historia Eclesiástica”, y en su panegírico del emperador Constantino; tras una moderada búsqueda en estas obras de Eusebio, he hallado dieciocho citas de Mateo 28:19, y siempre en la forma siguiente:

19 Id y haced discípulos de todas las naciones en mi nombre, enseñándoles a observar todas las cosas que yo os he mandado.”

Es más, según la Enciclopedia Católica de 1913, volumen 2, pág. 365, los católicos reconocen que el bautismo fue cambiado por la Iglesia Católica; y, en la Enciclopedia Católica de 1967, edición 2, volumen 2, pág. 56, 59, se dice:

“Una referencia explícita a la fórmula trinitaria bautismal no es encontrada en los primeros siglos.”

Y, en la Enciclopedia Católica, tomo II, pág. 263, se dice: “La fórmula bautismal fue cambiada de el  nombre de Yehoshúa por las palabras ‘Padre, Hijo, y Espíritu Santo’ por la Iglesia Católica en el siglo segundo.”[1]

Algunos aducen que, porque no hay registro en el libro de los Hechos, en que se invoca el nombre de Jesús durante el bautismo, que eso sería razón para no saber “la fórmula” o cómo se procedería durante el sacramento del bautismo en agua; sin embargo, y sosteniendo este argumento, bien que invocan una trinidad al momento de bautizar a los recién convertidos.

En hechos 16.18, se relata cómo el apóstol Pablo echó fuera un demonio de adivinación:

Y esto lo hacía por muchos días; más desagradando a Pablo, este se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

Pues bien, de la misma manera, y usando este claro ejemplo, bien podemos concluir que, cada vez que un creyente fue bautizado en el libro de los Hechos, éste fue bautizado “en el nombre de Jesucristo” tal como, en Hechos 2.38, quedó establecido por boca del apóstol Pedro:

38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Y, en Romanos 6.3-4, el apóstol Pablo enseñó que, mediante el bautismo en el nombre de Jesús, nos identificamos con Su muerte, sepultura y resurrección; estamos confesando, tan igual como cuando lo confesamos durante la Cena del Señor, que creemos en Su muerte y resurrección sustitutoria o vicaria a favor de nosotros.

Temamos, no sea que, en aquel día, Él nos desconozca y eche, calificándonos como hacedores de maldad (Mateo 7.22-23); porque, pudiendo ser humildes para reconocer las claras instrucciones de Dios en Su Palabra, para hacer partícipes a todo creyente de la totalidad de las bendiciones y Su gracia infinita para con los miembros de Su Cuerpo, la Iglesia (Efesios 1.3), les cerramos la puerta, la única puerta que nos permite ver y entrar a Su reino (Juan 3.3-5), mediante el nombre de Jesús, invocándolo en el momento del bautismo en agua.

17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Colosenses 3.17

Sí, todo, ¡TODO!, y esto incluye también al bautismo en agua, en el nombre de Jesús, Jesucristo o Señor Jesús.

La gracia de Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.

viernes, 5 de abril de 2024

LA SIMIENTE [DESCENDENCIA] DE LA SERPIENTE

126 “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Esta es la recompensa para todos los vencedores de todas las edades. Cuando la última llamada a la batalla haya sido hecha, cuando hayamos dejado nuestra armadura, entonces reposaremos en el paraíso de Dios y nuestra porción será el Arbol de la Vida para siempre.

127 “El Arbol de la Vida”. ¿No es esa una expresión hermosa? Se menciona tres veces en Génesis y tres veces en Apocalipsis. Es el mismo árbol y simboliza la misma cosa en cada una de las seis Escrituras.

128 Pero ¿qué es el Arbol de la Vida? Ahora, en primer lugar tenemos que saber qué es lo que significa el árbol. En Números 24:6, cuando Balaam describía a Israel, dijo que eran “como lináloes plantados por Jehová”. Arboles, a través de las Escrituras se refieren a personas — como dice en el primer Salmo. Entonces el Arbol de la Vida tiene que ser la Persona de la Vida, Jesús.

129 Ahora, habían dos árboles en medio del Huerto del Edén. Uno era el Arbol de la Vida, y el otro era el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal. El hombre habría de vivir por medio del Arbol de la Vida; pero no habría de tocar el otro árbol porque al hacerlo moriría. Pero el hombre tomó del otro árbol, y cuando lo hizo, la muerte entro en él por medio de su pecado, y él fue separado de Dios.

130 Ahora, aquel Arbol allá en el Edén, aquel Arbol que era la fuente de Vida, era Jesús. En San Juan en los capítulos seis al ocho, Jesús se presenta como la fuente de Vida Eterna. El mismo dijo que era el Pan del Cielo. El habló del ofrecimiento de Sí mismo, diciendo que si algún hombre comiere de El, nunca moriría. El proclamó que conocía a Abraham, y que antes de que Abraham fuera, El ERA. Profetizó que El mismo les daría agua viva y que todo aquel que bebiere de esta agua, nunca jamás tendría sed, sino que viviría eternamente. Se mostró como el GRAN “YO SOY”. El es el Pan de Vida, el Pozo de Vida, el Ser Eterno, el ARBOL DE LA VIDA. El estuvo allá en medio del Huerto del Edén así como también estará en medio del paraíso de Dios.

131 Algunos tienen la idea que aquellos dos árboles en el huerto eran iguales a los demás que Dios había puesto allí. Pero estudiantes esmerados saben que esto no es cierto. Cuando Juan el Bautista clamó que el hacha estaba puesta a la raíz de todos los árboles, él no estaba simplemente hablando de árboles naturales, sino de fundamentos espirituales. Ahora, en I Juan, dice:

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

I Juan 5:11

Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

San Juan 5:40

132 Así que el testimonio, la Palabra de Dios, dice claramente que VIDA, LA VIDA ETERNA, está en el Hijo. No está en ninguna otra parte.

El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

I Juan 5:12

133 Entonces, siendo que el testimonio no puede cambiar (quitado de, o agregado a), el testimonio queda en que LA VIDA ESTA EN EL HIJO. Siendo que esto es la verdad, EL ARBOL DE VIDA EN EL HUERTO, TIENE QUE SER JESUS.

134 Bien. Si el Arbol de la Vida es una persona, entonces el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal es TAMBIEN una persona. No puede ser de otra manera. Así que el Ser Justo y el ser maligno estaban allí lado a lado en medio del Huerto del Edén.

En Edén, en el huerto de Dios estuviste (Satanás).

Ezequiel 28:13

135 Aquí es donde recibimos la verdadera revelación de la simiente de la serpiente. Aquí está lo que verdaderamente sucedió en el Huerto del Edén. La Palabra dice que Eva fue engañada por la serpiente. Ella en realidad fue seducida por la serpiente.

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho…

Génesis 3:1

136 Esta bestia era tan semejante al ser humano (empero era totalmente animal) que podía razonar y hablar. El era una criatura que se paraba recto y era entre el chimpancé y el hombre, pero más semejante al hombre. Y era tan semejante al ser humano que su simiente podía, y hasta se unió con la de la mujer e hizo que ella concibiera. Cuando esto sucedió, Dios maldijo la serpiente. Cambió todos los huesos en el cuerpo de la serpiente de manera que tuvo que arrastrarse como una víbora. La ciencia puede esforzarse hasta lo sumo y nunca hallará el eslabón perdido, Dios tomó cuidado de eso. El hombre es sabio, y puede ver alguna relación entre el hombre y el animal, y procura probarlo por medio de la evolución. No hay tal evolución, pero el hombre y el animal sí se mezclaron. Ese es uno de los misterios de Dios que ha permanecido escondido, pero aquí está revelado. Sucedió allá en medio del Edén cuando Eva rechazó la Vida para aceptar la muerte.

Fíjese en lo que Dios les dijo en el huerto:

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Génesis 3:15

137 Si damos crédito a la Palabra que la mujer sí tuvo una Simiente, entonces la serpiente seguramente también tuvo una simiente. Si la Simiente de la mujer fue un varón que vino sin el concurso del hombre, entonces la simiente de la serpiente tendrá que venir en la misma forma, o sea, otro varón tendrá que nacer aparte de la instrumentalidad humana. No hay ningún estudiante que no sepa que la Simiente de la mujer fue Cristo, Quien vino por la instrumentalidad de Dios, aparte del concurso humano. Es igualmente conocido que la predicción de la herida en la cabeza de la serpiente era en efecto una profecía tocante a lo que Cristo lograría en contra de Satanás, en la cruz. Allí en la cruz, Cristo heriría la cabeza de Satanás, mientras que Satanás heriría el calcañar del Señor.

138 Esta porción de la Escritura es la revelación de cómo la simiente literal de la serpiente fue sembrada en la tierra, así como tenemos el registro de Lucas 1:26-35, donde está registrado exactamente cómo la Simiente de la mujer llegó a la manifestación física aparte de la instrumentalidad humana.

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.

Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.

Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios

Lucas 1:26-35

139 Como la Simiente de la mujer fue Dios literalmente reproduciéndose en carne humana, así también la simiente de la serpiente fue la manera literal por la cual Satanás halló como abrirse la puerta para entrar en el género humano. Fue imposible para Satanás reproducirse de la misma manera en que Dios se reprodujo a Sí mismo (porque él solamente es un ser-espíritu que fue CREADO), así que el registro en Génesis relata como fue que él produjo su simiente y se introdujo, o más bien se inyectó en el género humano. También recuerde que Satanás es llamado ‘la serpiente.’ Es la inyección de su simiente en el género humano de lo que estamos hablando.

140 Antes de que Adán conociese carnalmente a Eva, la serpiente ya la había conocido. Y el que nació de ese acto, fue Caín. Caín fue (nacido de, engendrado de) “del maligno” (1 Juan 3:12). El Espíritu Santo en Juan no podía en un lugar llamar a Adán “el maligno” (porque eso sería si fuera el padre de Caín), y en otro lugar llamarlo el “hijo de Dios”, lo cual era por creación (Lucas 3:38). Caín fue en carácter como su padre, uno que trae muerte, un asesino. Su reto atrevido hacia Dios cuando fue confrontado con el Todopoderoso, según Génesis 4:5, 9, 13 y 14, muestra características completamente inhumanas, y aun parece exceder cualquier relato registrado en las Escrituras tocante a una confrontación entre Dios y Satanás.

Pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.

He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.

Génesis 4:5, 9, 13, 14

141 Note la manera exacta en que el registro de Dios promulga los nacimientos de Caín, Abel y Set.

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.

Después dio a luz a su hermano Abel…

Génesis 4:1 y 2

Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set…

Génesis 4:25

142 Nacieron TRES hijos de DOS actos de conocimiento carnal de Adán. Ahora, siendo que la Biblia es la perfecta y exacta Palabra de Dios, esto no es un error sino que es un registro para nuestra iluminación. Siendo que nacieron TRES hijos, pero Adán sólo tuvo DOS actos, Ud. sabe POSITIVAMENTE que UNO de aquellos tres NO ERA de Adán. Dios ha registrado esto de esta manera tan exacta para mostrarnos algo.

143 La verdad del asunto es que Eva traía en sí DOS hijos (gemelos) de fecundaciones DISTINTAS. Ella llevaba gemelos, con la concepción de Caín producida un poco antes de la de Abel. ¿Ve Ud. aquellos GEMELOS de nuevo? Un tipo perfecto como siempre.

144 Para todos aquellos que no creen que esto sea posible, sepan que hoy mismo los registros médicos están llenos de tales casos en que mujeres han tenido gemelos que eran de óvulos distintos y fecundaciones distintas, con la fertilización de los óvulos ocurriendo días aparte. Y NO SOLAMENTE ES CIERTO ESO, sino que algunos de los registros muestran que los gemelos fueron engendrados por varones distintos.

145 Hace poco se publicó por todo el mundo la historia de una madre noruega que estaba demandando judicialmente de su esposo sostén para ella y sus gemelos, de los cuales uno era blanco y el otro negro. Ella admitió que tenía un amante negro. El tiempo entre las dos concepciones era como de tres semanas. En Beaumont, Texas, en 1963, los registros mostraron otra vez un nacimiento múltiple en el cual las fecundaciones fueron separadas por varios días, y ciertamente fue tan tremendo el caso, que la mujer casi murió juntamente con un hijo durante el parto.

146 Ahora, ¿por qué tuvo que ser esto? ¿Por qué tuvo que venir de esta manera la simiente de la serpiente? El hombre fue creado para Dios. El hombre habría de ser el templo de Dios. El lugar del reposo de Dios (del Espíritu Santo) era el hombre, el templo.

Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.

Mas Salomón le edificó casa;

si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:

El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo?

¿No hizo mi mano todas estas cosas?

¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

Hechos 7:46-51

147 Satanás ha sabido esto todo el tiempo. El también quiere morar en el hombre así como lo hace Dios. Pero Dios ha reservado para Sí mismo aquel derecho. Satanás no lo puede hacer. Sólo Dios apareció en carne humana. Satanás no pudo y nunca podrá hacerlo. El no tiene poderes creativos. La única manera como Satanás podía lograr lo que deseaba, era entrar en la serpiente en el Edén, así como entró por medio de los espíritus inmundos en los puercos en Gádara. Dios no entra en animales; pero Satanás lo puede hacer y lo hará para lograr sus propósitos. El no pudo tener un hijo directamente por Eva como Dios lo tuvo por María, así que entró en la serpiente y engañó a Eva. El la sedujo, y por medio de ella Satanás tuvo un hijo vicariamente. Caín manifestó completamente las características espirituales de Satanás y las características bestiales (sensuales, carnales) de la serpiente. Con razón el Espíritu Santo dijo que Caín era del maligno, en verdad lo era.

148 Ahora quiero considerar algunas pruebas ciertas que tenemos, para demostrar que en verdad hay una afinidad entre el hombre y el animal. Es una cosa física. ¿Sabe Ud. que se pueden tomar las células embrionarias del feto, que aún no ha nacido, y se pueden inyectar en el ser humano? Entonces las células de la tiroides, irán directamente a la tiroides humana, y las células de riñón, irán directamente a los riñones humanos. ¿Se da cuenta cuán estupendo es esto? Alguna inteligencia dirige aquellas células de animal exactamente a su debido lugar. Aquella inteligencia recibe esas células y las coloca en el lugar correcto. Hay una afinidad entre el hombre y el animal, pero las simientes no se pueden mezclar para reproducirse, lo han intentado.

149 Pero allá en el huerto aquel intercambio sucedió y la afinidad química que todavía existe, lo prueba. Porque allá en el Edén la serpiente era una criatura vertical. Era semejante al hombre, casi era hombre. Satanás se aprovechó de las características físicas de la serpiente para usarlo a él para engañar a Eva. Luego Dios destruyó aquella forma de la serpiente. Ningún otro animal puede mezclarse con el hombre, pero todavía existe la afinidad.

150 Ya que hemos llegado hasta aquí, déjeme tratar de cristalizar el pensamiento sobre este asunto para que Ud. pueda ver la necesidad de haber entrado en este estudio de la doctrina de la simiente de la serpiente.

151 Empezamos con el hecho de que hubieron DOS árboles en medio del huerto. El Arbol de la Vida era Jesús. El otro árbol definitivamente era Satanás por causa de lo que vino como fruto de aquel árbol. Ahora bien, sabemos que ambos árboles tenían algo que ver con el hombre, de otra manera nunca hubieran sido puestos allí. Tuvieron que tener parte en el plan y propósito soberano de Dios, en su relación particular con el hombre y con Dios mismo, porque de otra manera no podríamos atribuir omnisciencia a Dios. Hasta aquí todo es verdad, ¿no es así? Ahora, la Palabra definitivamente muestra que desde ANTES de la fundación del mundo el propósito de Dios era compartir Su Vida Eterna con el hombre

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,

En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,

de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.

Efesios 1:4-11

Y la adoraron (Satanás) todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.

Apocalipsis 13:8

152 Pero aquella Vida no podía ser, y no sería compartida de ninguna otra manera sino a través de “Dios manifestado en carne”. Esto era parte de Su predestinado propósito eterno. Este plan era para la alabanza de la gloria de Su gracia. Era el plan de la Redención. Era el plan de la Salvación. Ahora escuche bien: “Dios siendo un Salvador, fue necesario que predestinara a un hombre que necesitara salvación para así darse razón y propósito de existencia”. Eso es ciento por ciento correcto, y hay multitudes de Escrituras que lo prueban así, como por ejemplo:

Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Romanos 11:36

153 El hombre no podía venir directamente y tomar del Arbol de la Vida en medio del huerto. Esa Vida Eterna primeramente tenía que llegar a ser carne. Pero antes de que Dios pudiese haber traído y salvado a un pecador, tenía que tener un pecador para traer y salvar. El hombre tenía que caer. La caída que sería causada por Satanás, tenía que tener carne para así ocasionar la caída. Y Satanás también tenía que venir por carne. Pero Satanás no podía venir a través de carne humana para ocasionar la caída igual como Cristo vendría en carne humana para restaurar a los caídos. Pero había un animal, la serpiente, tan semejante al hombre que Satanás podía hacer contacto con esa bestia, y por medio de esa bestia él podía llegar a ser carne humana y causar la caída, y así inyectarse en el género humano; así como Jesús algún día se inyectaría en el género humano, en cuerpos humanos, a la altura de una resurrección en la cual nosotros tendremos cuerpos semejantes a Su Cuerpo glorificado.

154 Entonces, lo que Dios obró en el huerto era Su plan predestinado. Y cuando Satanás ocasionó lo que era necesario para cumplir el propósito de Dios, entonces el hombre no podía llegar al Arbol de la Vida en el huerto, ciertamente que no. No era tiempo. Pero un animal (¿no fue un animal lo que causó la caída? dejemos entonces que muera un animal) fue tomado y su sangre fue derramada, y entonces Dios tuvo comunión de nuevo con el hombre. Entonces habría de llegar un día cuando Dios aparecería en carne; y por medio de Su humillación, El restauraría al hombre caído y le haría participante de aquella Vida Eterna. Ya una vez que Ud. ve esto, entonces puede entender la doctrina de la simiente de la serpiente y que no fue una manzana que se comió Eva. No, fue la degradación de la humanidad por causa de la mezcla de la simiente.

155 Ahora, yo sé que dando respuesta a una pregunta, otra siempre aparece; y la gente me pregunta: “Si así cayó Eva, ¿qué hizo Adán, porque Dios siempre descarga la culpa sobre Adán?” Eso es sencillo. La Palabra de Dios es para siempre fijada en los Cielos. Antes de que fuese hecha la más pequeña partícula de materia, aquella Palabra (la ley de Dios) estuvo allí EXACTAMENTE COMO ESTA ESCRITA EN NUESTRAS BIBLIAS. Ahora, la Palabra nos enseña que si una mujer deja a su esposo y se va con otro hombre, ella es una adúltera y ya no es casada, y el esposo no debe reconciliarla. Esa Palabra fue verdad en el Edén igual como fue verdad cuando Moisés la escribió en la ley. La Palabra no puede cambiar. Adán la tomó de nuevo. El sabía exactamente lo que estaba haciendo, pero de todos modos lo hizo. Ella era parte de él y él estaba dispuesto a tomar su responsabilidad sobre sí mismo. El no la dejaría ir. Entonces Eva concibió por Adán, él sabía que sería así. El sabía exactamente lo que sucedería con el género humano, y él vendió el género humano al pecado para poder tener a Eva, porque la amaba.

156 Y entonces nacieron esos dos hijos, los cuales serían los padres del género humano, lo cual ya estaba contaminado. ¿Y qué dice el registro acerca de ellos? Leamos el registro en Judas 14: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán…” El capítulo 5 de Génesis es el capítulo de la genealogía de Enoc. Así es como da la genealogía: (1) Adán, (2) Set, (3) Enós, (4) Cainán, (5) Mahalaleel, (6) Jared, (7) Enoc. Se puede notar que no menciona a Caín. La línea de Adán sigue por Set. Si Caín fuera hijo de Adán la ley de la primogenitura le hubiera dado a Caín el derecho en el linaje. También hay que tomar en cuenta cuidadosamente lo que dice aquí:

Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

Génesis 5:3

157 No dice en ninguna parte que Caín era a la semejanza de Adán, pero tendría que ser si fuera su hijo, porque la ley de la reproducción es enfática en que cada especie trae según su semejanza. También tenemos que dar crédito al hecho de que en las dos genealogías, en Génesis y en Lucas, Caín no aparece. Si Caín fuera hijo de Adán, entonces estaría registrado en alguna parte: “Caín, quién era hijo de Adán, quién era hijo de Dios”. No dice eso, porque NO PUEDE decirlo.

158 Desde luego, han habido estudiantes que desde hace mucho han promulgado la idea de dos líneas de hombres: una que procede de la línea piadosa fundada por Set y la otra siendo la línea impía fundada por Caín. Y aunque es extraño, pero es la verdad, estos mismos estudiantes nunca nos han dicho cómo es que Caín fue un tipo tan malvado, mientras que Abel y Set fueron de la línea piadosa y espiritual. De hecho, Caín debiera haber sido más espiritual que Abel, y aun más que Set y así sucesivamente con cada uno de los siguientes, porque cada generación siempre se ha ido alejando más de Dios. Pero no, Caín se manifiesta como el hombre más malvado que jamás se haya definido, pues él se puso violentamente en contra de Dios y Su Palabra.

159 Ahora, tome nota de esto: la Escritura no juega con palabras. Todo lo que está en el Registro, está allí para que los ojos ungidos lo vean, tiene un propósito al estar allí. La Palabra dice:

Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.

Génesis 3:20

160 Pero en ninguna Escritura dice que Adán era el padre de todos los vivientes. Si esta connotación no se puede poner sobre Génesis 3:20, ¿por qué entonces sería mencionado que Eva es la madre de todos, y nada fue dicho acerca de Adán? El hecho es que aunque Eva fue la madre de todos los vivientes, Adán no fue el padre de todos los vivientes.

Eva dijo en Génesis 4:1: “…de Jehová he adquirido varón”. Ella no da crédito a Adán de ser el padre de Caín, sino que dice:

Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.

Génesis 4:25

161 Ella no dice que Dios le había DADO otra simiente; esa hubiera sido Cristo, porque El es DADO. Este hijo, Set, fue SUSTITUIDO en lugar de Abel. Ella reconoce su hijo quien vino a través de Adán; ella no reconoce ahora a Caín porque él vino a través de la serpiente. Cuando ella dice, “OTRA SIMIENTE en lugar de Abel”, ella está diciendo que Caín era diferente a Abel, porque si ellos hubieran sido del mismo padre, ella hubiera tenido que decir, “Me ha sido dada MAS SIMIENTE”.

162 Yo no creo todo lo que leo, pero en verdad es una cosa curiosa que en la revista Life, la edición del 10 de marzo de 1963, los psiquiatras estuviesen hablando de la misma cosa que estamos tratando aquí. Ahora yo sé que no todos los psiquiatras concuerdan entre sí mismos, pero aquí está. El temor a la serpiente no es una reacción consciente, sino una reacción inconsciente. Si fuera un temor natural, la gente estaría igualmente encantada ante la jaula del león o el gorila. Sus pensamientos inconscientes los mantienen mirando a las serpientes. Ese engaño de serpientes es inconscientemente sexual. Que ha sido así a través de las edades es visto en la gente generación tras generación pasando por la misma cosa. Serpientes siempre han sido y siempre serán repugnantemente atractivas. La serpiente siempre ha significado lo que es bueno y malo. Ha sido un símbolo fálico a través de las edades. Exactamente de acuerdo con la descripción del Huerto del Edén, hallamos en la serpiente la personificación de la maldad apasionada.

163 Es casi universal entre las muchas tribus sin cultura que la serpiente está asociada con el sexo y frecuentemente es adorada en conjunción con ello. El estudio de la sexología trae eso a la luz en muchos casos. Ahora, yo quisiera saber de dónde es que esta gente saca eso, siendo que es gente analfabeta y nunca ha leído la Biblia. Pero así como la historia del diluvio es conocida a través del mundo, también es conocida esta verdad de la caída del hombre. Ellos saben lo que sucedió allá en el Edén.

164 Ahora, en este detalle alguien me va a hacer esta pregunta: ¿Le dijo Dios a Eva que se cuidara de la serpiente, o que la serpiente la seduciría? Ahora escuche, Dios no tenía que decir nada respecto a lo que iba a suceder. Solamente obtenga Ud. el punto clave de la historia. El simplemente dio la Palabra. El les dijo que no probaran de la CIENCIA. Prueben de la VIDA. LA VIDA ERA LA PALABRA DE DIOS. LA MUERTE ERA CUALQUIER OTRA COSA APARTE DE LA PALABRA DE DIOS. Ella permitió que se cambiara UNA SOLA PALABRA y con eso la sedujo Satanás.

165 Dios pudo haber dicho: “No vayan a tomar fruto de los árboles más de lo que puedan comer”. Entonces Satanás podía decir: “Mira, pues eso es correcto. Se fijan que si toman demás, se les va pudrir. Pero aquí está un método para preservar la fruta; de modo que pueden tomar todo lo que quieran. Así que ¿ya ven? pueden hacer lo que Uds. quieren y también lo que Dios quiere”. Allí mismo es donde el diablo la seduciría. Aquel que ha ofendido en UN punto de la ley es culpable de TODA la ley. No juegue con esa Palabra. Eso es exactamente lo que sucedió en la edad de Efeso antes que terminará como en el año 170 d. C.

166 ¿Y qué fue lo que produjo aquel árbol? El Arbol de la Ciencia produjo muerte. Caín mató a su hermano Abel; el malvado mató al justo. Allí se fijó una orden. Se mantendrá esa orden hasta la restauración de todas las cosas como ha sido dicho por los profetas.

167 El Arbol de la Ciencia produjo hombres mañosos, hombres de renombre; sin embargo sus caminos son caminos de muerte. La gente de Dios es una gente sencilla, pero de mente espiritual, inclinada hacia Dios y la naturaleza, calmadamente labrando la tierra, estimando más a la verdad que a las riquezas. La simiente de la serpiente ha traído tremendos comercios, invenciones maravillosas, pero con todo esto viene la muerte. Su pólvora y sus bombas atómicas matan en la guerra; y en tiempo de paz sus invenciones mecánicas, como el automóvil, matan a mayor número de personas en tiempo de paz que lo que matan las invenciones de guerra en tiempos de aflicción. Muerte y destrucción son los frutos de sus labores.

168 Pero ellos son religiosos, creen en Dios. Ellos son como su padre, el diablo, y su antepasado, Caín. Ambos creían en Dios. Estos van a la iglesia, se mezclan con los justos así como también la cizaña se mezcla con el trigo. Al hacer así corrompen y producen una religión Nicolaíta. Ellos riegan su veneno con todo el esfuerzo por destruir a la simiente de Dios, así como Caín mató a Abel. Ante sus ojos no hay temor de Dios.

169 Pero Dios no dejará que ninguno de los suyos se pierda. El los guarda aun en la muerte, y ha prometido que en el día postrero los levantará.


Porción tomada del libro “Una Exposición de las Siete Edades de la Iglesia”, del profeta y evangelista, hermano William M. Branham, capítulo 3, La Edad de Éfeso.


NOTA ADICIONAL: Es importante resaltar que, según la Concordancia Strong, la expresión “simiente” también se traduce como “descendencia”; y, tal es así que, en las siguientes versiones de la Biblia, la cita Bíblica de Génesis 3.15 se lee “descendencia”, en vez de “simiente”; para entender, con mayor claridad, el sentido de esta enseñanza sobre la simiente o descendencia de la serpiente:

DHH

Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.

NBV

Habrá siempre enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella. El descendiente de la mujer te aplastará la cabeza, mientras tú solamente le morderás el talón.

NTV

Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón».

PDT

Haré que tú y la mujer sean enemigas y que tu descendencia sea enemiga de la de ella. La descendencia de ella buscará aplastarte la cabeza mientras tú le tratarás de picar en el talón.

BLP

Pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.

BLPH

Pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.

RVA-2015

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón.

RVC

Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.

TLA

Haré que tú y la mujer, sean enemigas; pondré enemistad entre sus descendientes y los tuyos. Un hijo suyo te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.

Por otra parte, igualmente es necesario esclarecer que, en nuestra versión de la Biblia RV-1960, el v. 26 de Génesis 1 se lee “serpiente”, igual que en Génesis 3.1; sin embargo, y según el original hebreo en que casi todo el Antiguo Testamento fue escrito, la expresión correcta allí no es “serpientes” sino ”reptiles”, animales que reptan o andan sobre su pecho. Y, tal como se declara en este estudio, la serpiente fue un ser erecto parecido al hombre que, por su pecado y maldad, fue degradado a la condición de un reptil.

Por último, es importante cómo en el evangelio según Mateo, en el original que también fue escrito en el idioma hebreo, en las expresiones “serpiente” o “serpientes”, allí se usa el mismo sustantivo que se usa en Génesis 3.1, נָחָשׁ que, como tratamos de explicar, no hace alusión -propiamente- a un reptil, que es el animal o bestia de Génesis 1.24, en la creación.

Por lo que, a la luz de esta enseñanza, aún hoy está presente esta descendencia de la serpiente que, a través de Caín y, finalmente, uno de los hijos de Noé, llega hasta nuestros días, Yehováh Dios lo permitió; entre otras cosas, para cumplimiento de la profecía en Génesis 3.15; y para, con este entendimiento, ser cuidadosos de no mezclarnos con esta simiente o descendencia. ¿Cómo? Si entonces Caín no aceptó la sangre para la remisión de sus pecados, hoy esta descendencia hará lo mismo. El apóstol Pablo los llamó “enemigos de la cruz de Cristo” (Filipenses 3.18).

¡Shalom!