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a Cena del
Señor fue instituida por el Señor Jesús en correspondencia a la Pascua que Dios
ordenó a Israel celebrar, cuando Él iba a derramar la décima plaga sobre
Egipto, con la muerte de los primogénitos, y poco antes de libertar a Israel
del yugo egipcio.
Con la sangre del cordero inmolado o degollado, el hebreo debía de untar sobre los postes y el dintel de su puerta, como una señal para Jehová Dios |
¿Qué
significa la palabra Pascua?
Proviene del
hebreo pésakj que se traduce como pasar
por alto; y, efectivamente, eso fue lo que sucedió aquella noche pues,
donde Dios vio la sangre sobre dintel y postes de una puerta israelita, Su
pueblo, Él pasó por alto, por sobre ellos, y la plaga de la muerte no les
afectó. “Y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de
mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.” (v. 13).
Sabemos lo
que la expresión pasar por alto
significa, ¿verdad?; es eximir, excusar, tolerar, perdonar; y esto es lo que
estas Escrituras nos dicen con relación a Cristo, la verdadera Pascua:
Pero
Dios, habiendo PASADO POR ALTO los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a
todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.
(Hechos
17:30)
A
quién [se refiere a Jesús] Dios puso como propiciación por medio de la fe en Su
sangre, para manifestar Su justicia, a causa de haber PASADO POR ALTO, en Su
paciencia, los pecados pasados.
(Romanos
3:25)
Pascua
significa pasar por alto, como
significando que Dios brincó por encima de Israel, de manera que Él no le hizo
daño con el derramamiento de esa plaga, en tanto Israel creyó y cumplió con el
mandamiento de aplicar la sangre de un cordero en los postes y el dintel de la
puerta.
La sangre
siempre fue la manera en que Dios mostró Su amor por Su hijo pues, desde que el pecado ingresó al mundo,
por causa de la desobediencia, Dios instruyó a Su hijo a usar la sangre de un
cordero para remitir todo pecado. En el libro de los Hebreos, capítulo 9 y
versículo 22, se dice: “y sin derramamiento de sangre no se hace remisión [del
pecado].”
Aquella
tarde, cuando Adán y Eva reconocieron que estaban desnudos; ellos, en su
vergüenza, se cubrieron con hojas de higuera; pero, cuando Dios los confrontó,
les instruyó a cubrirse con las pieles de un animal [se concluye que fue con la
piel de uno o más corderos]; lo que significaba que ellos tuvieron que inmolar
o degollar a esos corderos. ¿Por qué la muerte de un cordero, de un animal? Porque ellos tenían que reconocer que eran
pecadores y que, por consiguientes, el mal estaba en ellos para pecar, para
fallar contra Dios; y que en consecuencia, como aquel que reconoce que está
enfermo y que, por lo tanto, ahora acepta el medicamento para su tratamiento y
sanidad; ahora ellos, nosotros, reconociendo que somos pecadores, aceptamos de
buena gana las instrucciones de Dios, Su receta, Su consejo para ser tenidos
por justos; y el consejo de Dios para Adán y Eva fue que se cubrieran con la
justicia que se alcanzaba mediante la muerte de un sustituto inocente, de un
cordero en reemplazo de ellos. Dios les había anticipado que no comieran del
fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal porque, el día que ellos lo
comían, ese día morirían; pero Dios, rico en misericordia, proveyó el cordero
para morir en lugar de ellos. Como lo podemos reconocer, Dios no perdonó el
pecado, en ninguna manera, sino que cumplió Su advertencia condenando el
pecado; por lo que, cuando venimos a Dios mediante el sacrificio de nuestro
Señor Jesús, no debemos pensar que merecemos vivir por mérito alguno, ni
siquiera el ser perdonados, porque el pecado merece castigo; y, cuando vemos el
Cordero de Dios inmolado por nosotros en una cruenta cruz, luego debemos reconocer
que, como pecadores, fuimos juzgados, hallados culpables y condenados a muerte
en la muerte sustitutoria de nuestro Señor Jesús. El apóstol escribió lo
siguiente:
Porque
Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos [nosotros].
Ciertamente,
apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir
por el bueno.
Mas
Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores Cristo [el
Cordero de Dios, nuestra Pascua] murió por nosotros.
Romanos
5:6-8
Porque
el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos,
luego todos murieron [la muerte de Jesús nos es imputada o atribuida como
nuestra].
2
Corintios 5:14
Porque
no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de
nuestro Señor Jesucristo.
Quien
murió por nosotros para que, ya sea que velemos o que muramos, vivamos
juntamente con Él.
1
Tesalonicenses 5:9-10
Cristo Jesús es nuestra Pascua sacrificada |
Cuando Juan
el bautista vio al Señor Jesús, exclamó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo.” (Juan 1:29 y 36); esto es, él supo que el Señor Jesús era
Quién moriría por nuestros pecados conformes a las profecías (Isaías 53, Salmos
22:1, 7-8, 17-18; 16:10; 34:20; 69:9; Zacarías 12:10); y, cuando el Señor
celebró la última Pascua reunido con Sus apóstoles, Él instituyó la Cena del
Señor, ahora correspondiendo a Su carne y Su sangre: “tomó pan; y, habiendo
dado gracias, lo partió y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por
vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Así mismo tomó también la
copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así,
pues, todas las veces que comiereis de este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. (1 Corintios 11:23-26).
Limpiaos,
pues de la vieja levadura [el apóstol hace alusión aquí acerca de doctrina o
enseñanza, mandamientos de hombres o tradiciones, y todo argumento que se opone
al Evangelio], para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque
nuestra pascua, que es Cristo [Jesús], ya fue sacrificada por nosotros.
Así
que celebremos la fiesta [la Pascua, a Cristo], no con vieja levadura, ni con
levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y
de verdad.
1
Corintios 5:7-8
Calendario Judío para el mes de Abril 2019 |
Según el
calendario judío que muestro aquí, la pascua será celebrada el 15 de nisán, que
corresponde al sábado 20 de abril; por consiguiente, el sacrificio de nuestro
Señor Jesús fue el día anterior, por la tarde, un 14 de nisán, que corresponde
al viernes 19 de abril. Aun cuando no estamos bajo la ley (Romanos 6:15),
pienso que sería una grata ocasión para celebrar a Cristo, nuestra Pascua o Pésakj
(por Cuya causa Dios pasó por alto
los días de nuestra ignorancia) este 15 de nisán o sábado 20 de abril,
y siempre en horas de la noche, tal y como fue observado por Israel y el mismo
Señor: “llegada la noche” (Mateo 26:20; Marcos 14:17 y 1 Corintios 11:23); para
hacer memoria de Su bendita muerte; una muerte que nos otorga vida, vida en
abundancia. Le amamos porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19). ¡Amén!
Y por eso es
que el bautismo en agua es y debe ser en el Nombre del Señor Jesús, a fin de
identificarnos con Su muerte, sepultura y resurrección (Romanos 6:3-4); tener
parte y suerte en Su entera obra por nosotros; y que, por lo mismo, “Pedro les
dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados [Él es nuestra Pascua; por Él es que Dios pasa por
alto los años de nuestra ignorancia, y somos libres de Su ira]; y recibiréis el
don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38).
Porque
el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
Y
si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
Sabiendo
que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él.
Porque
en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para
Dios vive.
Así
también vosotros consideraos [en el griego se dice “hagan de cuenta que estáis”] muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro.
Romanos
6:7-11
Limpiaos,
pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois,
¡PORQUE NUESTRA PASCUA, QUE ES CRISTO, YA FUE SACRIFICADA POR NOSOTROS!
¡ASÍ
QUE CELEBREMOS LA FIESTA [LA PASCUA]!, no con la vieja levadura, ni con la
levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura [la Palabra de
Dios sin interpretación humana], de sinceridad y de verdad.
1
Corintios 5:7-8
La gracia de Jesucristo sea con todos ustedes.
Amén.