viernes, 13 de enero de 2023

FORTALECIDOS CON PODER EN EL HOMBRE INTERIOR

14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Efesios 3:14-19


E

n Romanos 15:4, el apóstol afirma que las Escrituras tienen la virtud o gracia para consolarnos; y el Señor, hablando del advenimiento del Espíritu Santo, dijo que una de Sus acciones sería la de consolarnos (Juan 14:26; 15:26); por lo que, cuando el Espíritu Santo consuela, esto lo hará –definitivamente- a través de las Escrituras; y que, además, esta será la manera para saber si tenemos o no el Espíritu Santo.

Del mismo modo, si esperamos que dios nos fortalezca con poder en el ser u hombre interior (conformado por nuestro espíritu y el alma), la manera en que Él lo hará será mediante las Escrituras, Su Palabra, no un recurso o rudimento humano o carnal.

Cuando Dios nos consuela y fortalece mediante las Escrituras es con el objeto de que, en adelante, depositemos nuestra confianza en Él y Su Palabra, que nos hagamos dependientes o dependamos solo en Él y Su Palaba. Esta fue la actitud de todo genuino profeta de Dios; que, al ver que Su Palabra dada a éste no falló; en una nueva ocasión, él volvió a busca el rostro de Dios en oración para recibir Palabra de Dios. Y esta fue la manera del Señor Jesús Quién, vez tras vez, busco Su Palabra en oración, en muchas vigilias; para, al día siguiente, traer Palabra o Mensaje de Dios al pueblo (Juan 17:6-8, 14).

Todos solemos tener desánimo hasta que lleguemos a la estatura del varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13); y, cuando esto suceda, será porque el consejo de Dios, habido en Su Palara, y Su sabiduría y misterios revelados a nuestra alma nos harán fuertes para no sucumbir al desánimo o toda artimaña del enemigo, para resistirle creyendo que Dios y Su Palabra son fieles para llevarnos de triunfo en triunfo (2 Corintios 2:14), para alabanza de Su santo nombre: Jehová (Yehováh en el hebreo).

El profeta y evangelista, Hermano Branham, cuenta la historia de un anciano jefe indio que acudió a una de sus reuniones por sanidad, y de su conflicto con el pecado. Seguidamente, la porción que da cuenta de este comentario en relación a cómo fortalecer nuestro ser u hombre interior:

36 Alguien me contó que él tuvo a uno, una vez, que se había convertido, recibió el Espíritu Santo, y le dijo a él: “¿Cómo le va?”

Y él dijo: “Muy bien y muy mal”.

El dijo: “Bueno, ¿qué quiere decir con muy mal y muy bien?”

El dijo: “Bueno, desde que yo recibir el Espíritu Santo”, dijo él, “han habido dos perros en mí, y uno de ellos es un perro negro y el otro es un perro blanco”. Y dijo: “Ellos discuten todo el tiempo”. Dijo: “Ellos gruñen y pelean el uno con el otro”. Y dijo: “El perro blanco quiere que haga el bien; el perro negro quiere que haga el mal”.

Dije: “Bueno, Jefe, ¿cuál de ellos gana la pelea?”

37 Dijo: “Eso depende de a cuál Jefe alimenta más”. Así que yo pienso que ésa es una buena respuesta aquí. ¿Ven? Eso solamente depende de la pelea del cuerpo que está en Uds.; depende a cuál le proveen Uds., a cuál naturaleza le proveen Uds., la naturaleza carnal tras las cosas del mundo, o la naturaleza espiritual tras las cosas de Dios. Eso lo hace.

64-0830E Preguntas y respuestas # 4.

Jesús es nuestro ejemplo; y, tanto así, que Sus discípulos aprendieron de Él para ser y hacer como Él; y, entre todos estos, el ejemplo del apóstol Pablo nos es alentador; porque, igual que todos nosotros, fue uno nacido en pecado (Salmo 51:5), un pecador como todos los que descendemos de Adán; pero que, mediante la fe de Jesucristo y en Jesucristo, mostró que es posible vivir victorioso por encima de todo pecado hasta el día que Él nos vista de Su gloria por siempre, por toda la eternidad. Amén.