miércoles, 25 de abril de 2018

La Paloma y el Cordero

58 Lo más inocente que tenemos, me supongo, sería el—el animal, el—el cordero. Cuando Dios quiso identificar a Jesucristo, Él le identificó como un Cordero. Y cuando Él mismo quiso identificarse, lo hizo como una ave, una Paloma. Y la paloma es la más inocente y la más limpia de todas las aves, y el—el cordero es el animal más inocente y puro entre toda la vida animal. Entonces Uds. puede ver...
     59 Jesús fue bautizado por Juan, y la Biblia dice: “Y—y él vio el Espíritu de Dios, como una paloma, descendiendo sobre Él”. Por eso, si hubiera sido un...si hubiera sido un lobo, o si hubiera sido cualquier otro animal, la—la naturaleza de la paloma no hubiera podido mezclarse con la naturaleza del lobo; ni tampoco la—la naturaleza de la paloma mezclarse con la naturaleza de cualquier otro animal sino el cordero. Y esas dos naturalezas se unieron, y entonces podían estar de acuerdo la una con la otra.
     60 ¿Ahora ven Uds. la predestinación? Era un cordero cuando llegó allí. ¿Ven? ¿Ven? Fue un cordero cuando—cuando fue traído; ya era un cordero. Él nació cordero. Él fue criado un cordero. ¿Ven?
     61 Y por eso, esa es la única clase de Espíritu genuino que puede recibir la Palabra, que puede recibir a Cristo. Los demás hacen el esfuerzo, se esfuerzan en obtenerlo, y ponen el Espíritu de Dios sobre un lobo (¿ven?): enojados, malos, mal intencionados. Él no permanecerá allí. El Espíritu Santo sencillamente levanta vuelo inmediatamente. Él no lo hará.
     62 ¿Qué si esa Paloma hubiese descendido, y en vez de ser un Cordero allí, hubiera sido algún otro animal? Hubiera levantado vuelo rápidamente y hubiera regresado. ¿Ven? Pero cuando halló aquella naturaleza con la cual podía mezclarse, sencillamente llegó a ser Uno.
     63 Y entonces la—la—la Paloma guió al Cordero, y noten, guió el Cordero al matadero. Ahora, el Cordero fue obediente a la Paloma. ¿Ven? Sin importar a dónde le guiara, Él estaba dispuesto a ir.
     64 Me pregunto, hoy, cuando Dios nos guía hacia una—una vida de completa rendición y servicio a Él, me pongo a pensar si a veces nuestro espíritu no se pone rebelde, como mostrando si acaso seremos corderos. ¿Ven? ¿Ven? Un cordero es obediente.
     65 Un cordero se auto-sacrifica. Él—él—no—él—no quita, no reclama lo suyo. Puede entregarlo todo y se le trasquile la lana —es todo lo que posee  y no, no se queja, simplemente sacrifica todo lo que posee; ese es el cordero. Él da todo lo que tiene a su...lo entrega todo, él mismo, y todo lo que es.
     66 Y así es el verdadero Cristiano, se sacrifican ellos mismos, no interesándoles nada de este mundo, sino entregando todo lo que tienen a Dios. ¿Ven?

Porción extraída del sermón La Señal, predicado por el Rev. William M. Branham, en Tabernáculo Branham, Jeffersonville, Indiana, EEUUA, el 1 de setiembre de 1963, por la mañana