La
Recompensa Prometida / La Edad de Éfeso
“Al
que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del
paraíso de Dios”. Esta es la recompensa para todos los vencedores de todas las
edades. Cuando la última llamada a la batalla haya sido hecha, cuando hayamos
dejado nuestra armadura, entonces reposaremos en el paraíso de Dios y nuestra
porción será el Árbol de la Vida para siempre.
“El Árbol de la Vida”. ¿No es esa una
expresión hermosa? Se menciona tres veces en Génesis y tres veces en
Apocalipsis. Es el mismo árbol y simboliza la misma cosa en cada una de las
seis Escrituras.
Pero
¿qué es el Árbol de la Vida? Ahora, en primer lugar tenemos que saber qué es lo
que significa el árbol. En Números 24:6, cuando Balaam describía a Israel, dijo
que eran “como lináloes plantados por Jehová”. Árboles, a través de las
Escrituras se refieren a personas — como dice en el primer Salmo. Entonces el Árbol
de la Vida tiene que ser la Persona de la Vida, Jesús.
Ahora,
habían dos árboles en medio del Huerto del Edén. Uno era el Árbol de la Vida, y
el otro era el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. El hombre habría de
vivir por medio del Árbol de la Vida; pero no habría de tocar el otro árbol
porque al hacerlo moriría. Pero el hombre tomó del otro árbol, y cuando lo
hizo, la muerte entro en él por medio de su pecado, y él fue separado de Dios.
Ahora,
aquel Árbol allá en el Edén, aquel Árbol que era la fuente de Vida, era Jesús.
En San Juan en los capítulos seis al ocho, Jesús se presenta como la fuente de
Vida Eterna. El mismo dijo que era el Pan del Cielo. El habló del ofrecimiento
de Sí mismo, diciendo que si algún hombre comiere de El, nunca moriría. El
proclamó que conocía a Abraham, y que antes de que Abraham fuera, El ERA.
Profetizó que El mismo les daría agua viva y que todo aquel que bebiere de esta
agua, nunca jamás tendría sed, sino que viviría eternamente. Se mostró como el
GRAN “YO SOY”. El es el Pan de Vida, el Pozo de Vida, el Ser Eterno, el ÁRBOL
DE LA VIDA. El estuvo allá en medio del Huerto del Edén así como también estará
en medio del paraíso de Dios.
Algunos
tienen la idea que aquellos dos árboles en el huerto eran iguales a los demás
que Dios había puesto allí. Pero estudiantes esmerados saben que esto no es
cierto. Cuando Juan el Bautista clamó que el hacha estaba puesta a la raíz de
todos los árboles, él no estaba simplemente hablando de árboles naturales, sino
de fundamentos espirituales. Ahora, en I Juan, dice:
Y
este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su
Hijo.
I Juan 5:11
Y
no queréis venir a mí para que tengáis vida.
San Juan 5:40
Así
que el testimonio, la Palabra de Dios, dice claramente que VIDA, LA VIDA
ETERNA, está en el Hijo. No está en ninguna otra parte.
El
que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la
vida.
I Juan 5:12
Entonces,
siendo que el testimonio no puede cambiar (quitado de, o agregado a), el
testimonio queda en que LA VIDA ESTA EN EL HIJO. Siendo que esto es la verdad,
EL ÁRBOL DE VIDA EN EL HUERTO, TIENE QUE SER JESUS.
Bien.
Si el Árbol de la Vida es una persona, entonces el Árbol de la Ciencia del Bien
y del Mal es TAMBIEN una persona. No puede ser de otra manera. Así que el Ser
Justo y el ser maligno estaban allí lado a lado en medio del Huerto del Edén.
En
Edén, en el huerto de Dios estuviste (Satanás).
Ezequiel 28:13
Aquí
es donde recibimos la verdadera revelación de la simiente de la serpiente. Aquí
está lo que verdaderamente sucedió en el Huerto del Edén. La Palabra dice que
Eva fue engañada por la serpiente. Ella en realidad fue seducida por la
serpiente.
Pero
la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho…
Génesis 3:1
Esta
bestia era tan semejante al ser humano (empero era totalmente animal) que podía
razonar y hablar. El era una criatura que se paraba recto y era entre el
chimpancé y el hombre, pero más semejante al hombre. Y era tan semejante al ser
humano que su simiente podía, y hasta se unió con la de la mujer e hizo que ella
concibiera. Cuando esto sucedió, Dios maldijo la serpiente. Cambió todos los
huesos en el cuerpo de la serpiente de manera que tuvo que arrastrarse como una
víbora. La ciencia puede esforzarse hasta lo sumo y nunca hallará el eslabón
perdido, Dios tomó cuidado de eso. El hombre es sabio, y puede ver alguna
relación entre el hombre y el animal, y procura probarlo por medio de la
evolución. No hay tal evolución, pero el hombre y el animal sí se mezclaron.
Ese es uno de los misterios de Dios que ha permanecido escondido, pero aquí
está revelado. Sucedió allá en medio del Edén cuando Eva rechazó la Vida para
aceptar la muerte. Fíjese en lo que Dios les dijo en el huerto:
Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Génesis 3:15
Si
damos crédito a la Palabra que la mujer sí tuvo una Simiente, entonces la
serpiente seguramente también tuvo una simiente. Si la Simiente de la mujer fue
un varón que vino sin el concurso del hombre, entonces la simiente de la
serpiente tendrá que venir en la misma forma, o sea, otro varón tendrá que
nacer aparte de la instrumentalidad humana. No hay ningún estudiante que no
sepa que la Simiente de la mujer fue Cristo, Quien vino por la instrumentalidad
de Dios, aparte del concurso humano. Es igualmente conocido que la predicción
de la herida en la cabeza de la serpiente era en efecto una profecía tocante a
lo que Cristo lograría en contra de Satanás, en la cruz. Allí en la cruz,
Cristo heriría la cabeza de Satanás, mientras que Satanás heriría el calcañar del
Señor.
Esta
porción de la Escritura es la revelación de cómo la simiente literal de la
serpiente fue sembrada en la tierra, así como tenemos el registro de Lucas
1:26-35, donde está registrado exactamente cómo la Simiente de la mujer llegó a
la manifestación física aparte de la instrumentalidad humana.
Al
sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la
casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde
ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú
entre las mueres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba
qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque
has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás
a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado
Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces
María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el
ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será
llamado Hijo de Dios
Lucas 1:26-35
Como
la Simiente de la mujer fue Dios literalmente reproduciéndose en carne humana,
así también la simiente de la serpiente fue la manera literal por la cual
Satanás halló como abrirse la puerta para entrar en el género humano. Fue
imposible para Satanás reproducirse de la misma manera en que Dios se reprodujo
a Sí mismo (porque él solamente es un ser-espíritu que fue CREADO), así que el
registro en Génesis relata como fue que él produjo su simiente y se introdujo,
o más bien se inyectó en el género humano. También recuerde que Satanás es
llamado ‘la serpiente.’ Es la inyección de su simiente en el género humano de
lo que estamos hablando.
Antes
de que Adán conociese carnalmente a Eva, la serpiente ya la había conocido. Y
el que nació de ese acto, fue Caín. Caín fue (nacido de, engendrado de) “del
maligno” (1 Juan 3:12). El Espíritu Santo en Juan no podía en un lugar llamar a
Adán “el maligno” (porque eso sería si fuera el padre de Caín), y en otro lugar
llamarlo el “hijo de Dios”, lo cual era por creación (Lucas 3:38). Caín fue en
carácter como su padre, uno que trae muerte, un asesino. Su reto atrevido hacia
Dios cuando fue confrontado con el Todopoderoso, según Génesis 4:5, 9, 13 y 14,
muestra características completamente inhumanas, y aun parece exceder cualquier
relato registrado en las Escrituras tocante a una confrontación entre Dios y
Satanás.
Pero
no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera,
y decayó su semblante. Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él
respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y dijo Caín a Jehová:
Grande es mi castigo para ser soportado. He aquí me echas hoy de la tierra, y
de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y
sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
Génesis 4:5, 9, 13, 14
Note
la manera exacta en que el registro de Dios promulga los nacimientos de Caín,
Abel y Set. Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y
dijo:
Por
voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel…
Génesis 4:1 y 2
Y
conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre
Set…
Génesis 4:25
Nacieron
TRES hijos de DOS actos de conocimiento carnal de Adán. Ahora, siendo que la
Biblia es la perfecta y exacta Palabra de Dios, esto no es un error sino que es
un registro para nuestra iluminación. Siendo que nacieron TRES hijos, pero Adán
sólo tuvo DOS actos, Ud. sabe POSITIVAMENTE que UNO de aquellos tres NO ERA de
Adán. Dios ha registrado esto de esta manera tan exacta para mostrarnos algo.
La
verdad del asunto es que Eva traía en sí DOS hijos (gemelos) de fecundaciones
DISTINTAS. Ella llevaba gemelos, con la concepción de Caín producida un poco
antes de la de Abel. ¿Ve Ud. aquellos GEMELOS de nuevo? Un tipo perfecto como
siempre.
Para
todos aquellos que no creen que esto sea posible, sepan que hoy mismo los
registros médicos están llenos de tales casos en que mujeres han tenido gemelos
que eran de óvulos distintos y fecundaciones distintas, con la fertilización de
los óvulos ocurriendo días aparte. Y NO SOLAMENTE ES CIERTO ESO, sino que
algunos de los registros muestran que los gemelos fueron engendrados por
varones distintos.
Hace
poco se publicó por todo el mundo la historia de una madre noruega que estaba
demandando judicialmente de su esposo sostén para ella y sus gemelos, de los
cuales uno era blanco y el otro negro. Ella admitió que tenía un amante negro.
El tiempo entre las dos concepciones era como de tres semanas. En Beaumont,
Texas, en 1963, los registros mostraron otra vez un nacimiento múltiple en el
cual las fecundaciones fueron separadas por varios días, y ciertamente fue tan
tremendo el caso, que la mujer casi murió juntamente con un hijo durante el
parto.
Ahora,
¿por qué tuvo que ser esto? ¿Por qué tuvo que venir de esta manera la simiente
de la serpiente? El hombre fue creado para Dios. El hombre habría de ser el
templo de Dios. El lugar del reposo de Dios (del Espíritu Santo) era el hombre,
el templo.
Este
halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de
Jacob. Mas Salomón le edificó casa; si bien el Altísimo no habita en templos
hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tierra el
estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el
lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas? ¡Duros de cerviz, e
incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu
Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
Hechos 7:46-51
Satanás
ha sabido esto todo el tiempo. El también quiere morar en el hombre así como lo
hace Dios. Pero Dios ha reservado para Sí mismo aquel derecho. Satanás no lo
puede hacer. Sólo Dios apareció en carne humana. Satanás no pudo y nunca podrá
hacerlo. El no tiene poderes creativos. La única manera como Satanás podía
lograr lo que deseaba, era entrar en la serpiente en el Edén, así como entró
por medio de los espíritus inmundos en los puercos en Gadara. Dios no entra en
animales; pero Satanás lo puede hacer y lo hará para lograr sus propósitos. El
no pudo tener un hijo directamente por Eva como Dios lo tuvo por María, así que
entró en la serpiente y engañó a Eva. El la sedujo, y por medio de ella Satanás
tuvo un hijo vicariamente. Caín manifestó completamente las características
espirituales de Satanás y las características bestiales (sensuales, carnales)
de la serpiente. Con razón el Espíritu Santo dijo que Caín era del maligno, en
verdad lo era.
Ahora
quiero considerar algunas pruebas ciertas que tenemos, para demostrar que en
verdad hay una afinidad entre el hombre y el animal. Es una cosa física. ¿Sabe
Ud. que se pueden tomar las células embrionarias del feto, que aún no ha
nacido, y se pueden inyectar en el ser humano? Entonces las células de la
tiroides, irán directamente a la tiroides humana, y las células de riñón, irán
directamente a los riñones humanos. ¿Se da cuenta cuán estupendo es esto?
Alguna inteligencia dirige aquellas células de animal exactamente a su debido
lugar. Aquella inteligencia recibe esas células y las coloca en el lugar
correcto. Hay una afinidad entre el hombre y el animal, pero las simientes no
se pueden mezclar para reproducirse, lo han intentado.
Pero
allá en el huerto aquel intercambio sucedió y la afinidad química que todavía
existe, lo prueba. Porque allá en el Edén la serpiente era una criatura
vertical. Era semejante al hombre, casi era hombre. Satanás se aprovechó de las
características físicas de la serpiente para usarlo a él para engañar a Eva.
Luego Dios destruyó aquella forma de la serpiente. Ningún otro animal puede
mezclarse con el hombre, pero todavía existe la afinidad.
Ya
que hemos llegado hasta aquí, déjeme tratar de cristalizar el pensamiento sobre
este asunto para que Ud. pueda ver la necesidad de haber entrado en este
estudio de la doctrina de la simiente de la serpiente.
Empezamos
con el hecho de que hubieron DOS árboles en medio del huerto. El Árbol de la
Vida era Jesús. El otro árbol definitivamente era Satanás por causa de lo que
vino como fruto de aquel árbol. Ahora bien, sabemos que ambos árboles tenían
algo que ver con el hombre, de otra manera nunca hubieran sido puestos allí.
Tuvieron que tener parte en el plan y propósito soberano de Dios, en su
relación particular con el hombre y con Dios mismo, porque de otra manera no
podríamos atribuir omnisciencia a Dios. Hasta aquí todo es verdad, ¿no es así?
Ahora, la Palabra definitivamente muestra que desde ANTES de la fundación del
mundo el propósito de Dios era compartir Su Vida Eterna con el hombre.
Según
nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él, En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados
hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda
sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según
su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las
cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las
que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo
tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que
hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
Efesios 1:4-11
Y
la adoraron (Satanás) todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban
escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio
del mundo.
Apocalipsis 13:8
Pero
aquella Vida no podía ser, y no sería compartida de ninguna otra manera sino a
través de “Dios manifestado en carne”. Esto era parte de Su predestinado
propósito eterno. Este plan era para la alabanza de la gloria de Su gracia. Era
el plan de la Redención. Era el plan de la Salvación. Ahora escuche bien: “Dios
siendo un Salvador, fue necesario que predestinara a un hombre que necesitara
salvación para así darse razón y propósito de existencia”. Eso es ciento por
ciento correcto, y hay multitudes de Escrituras que lo prueban así, como por
ejemplo:
Porque
de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los
siglos. Amén.
Romanos 11:36
El
hombre no podía venir directamente y tomar del Árbol de la Vida en medio del
huerto. Esa Vida Eterna primeramente tenía que llegar a ser carne. Pero antes
de que Dios pudiese haber traído y salvado a un pecador, tenía que tener un
pecador para traer y salvar. El hombre tenía que caer. La caída que sería
causada por Satanás, tenía que tener carne para así ocasionar la caída. Y
Satanás también tenía que venir por carne. Pero Satanás no podía venir a través
de carne humana para ocasionar la caída igual como Cristo vendría en carne
humana para restaurar a los caídos. Pero había un animal, la serpiente, tan
semejante al hombre que Satanás podía hacer contacto con esa bestia, y por
medio de esa bestia él podía llegar a ser carne humana y causar la caída, y así
inyectarse en el género humano; así como Jesús algún día se inyectaría en el
género humano, en cuerpos humanos, a la altura de una resurrección en la cual
nosotros tendremos cuerpos semejantes a Su Cuerpo glorificado.
Entonces,
lo que Dios obró en el huerto era Su plan predestinado. Y cuando Satanás
ocasionó lo que era necesario para cumplir el propósito de Dios, entonces el
hombre no podía llegar al Árbol de la Vida en el huerto, ciertamente que no. No
era tiempo. Pero un animal (¿no fue un animal lo que causó la caída? dejemos
entonces que muera un animal) fue tomado y su sangre fue derramada, y entonces
Dios tuvo comunión de nuevo con el hombre. Entonces habría de llegar un día
cuando Dios aparecería en carne; y por medio de Su humillación, El restauraría
al hombre caído y le haría participante de aquella Vida Eterna. Ya una vez que
Ud. ve esto, entonces puede entender la doctrina de la simiente de la serpiente
y que no fue una manzana que se comió Eva. No, fue la degradación de la
humanidad por causa de la mezcla de la simiente.
Ahora,
yo sé que dando respuesta a una pregunta, otra siempre aparece; y la gente me
pregunta: “Si así cayó Eva, ¿qué hizo Adán, porque Dios siempre descarga la culpa
sobre Adán?” Eso es sencillo. La Palabra de Dios es para siempre fijada en los
Cielos. Antes de que fuese hecha la más pequeña partícula de materia, aquella
Palabra (la ley de Dios) estuvo allí EXACTAMENTE COMO ESTA ESCRITA EN NUESTRAS
BIBLIAS. Ahora, la Palabra nos enseña que si una mujer deja a su esposo y se va
con otro hombre, ella es una adúltera y ya no es casada, y el esposo no debe
reconciliarla. Esa Palabra fue verdad en el Edén igual como fue verdad cuando
Moisés la escribió en la ley. La Palabra no puede cambiar. Adán la tomó de
nuevo. El sabía exactamente lo que estaba haciendo, pero de todos modos lo
hizo. Ella era parte de él y él estaba dispuesto a tomar su responsabilidad
sobre sí mismo. El no la dejaría ir. Entonces Eva concibió por Adán, él sabía
que sería así. El sabía exactamente lo que sucedería con el género humano, y él
vendió el género humano al pecado para poder tener a Eva, porque la amaba.
Y
entonces nacieron esos dos hijos, los cuales serían los padres del género
humano, lo cual ya estaba contaminado. ¿Y qué dice el registro acerca de ellos?
Leamos el registro en Judas 14: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde
Adán…” El capítulo 5 de Génesis es el capítulo de la genealogía de Enoc. Así es
como da la genealogía: (1) Adán, (2) Set, (3) Enós, (4) Cainán, (5) Mahalaleel,
(6) Jared, (7) Enoc. Se puede notar que no menciona a Caín. La línea de Adán
sigue por Set. Si Caín fuera hijo de Adán la ley de la primogenitura le hubiera
dado a Caín el derecho en el linaje. También hay que tomar en cuenta
cuidadosamente lo que dice aquí:
Y
vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a
su imagen, y llamó su nombre Set.
Génesis 5:3
No
dice en ninguna parte que Caín era a la semejanza de Adán, pero tendría que ser
si fuera su hijo, porque la ley de la reproducción es enfática en que cada
especie trae según su semejanza. También tenemos que dar crédito al hecho de
que en las dos genealogías, en Génesis y en Lucas, Caín no aparece. Si Caín
fuera hijo de Adán, entonces estaría registrado en alguna parte: “Caín, quién
era hijo de Adán, quién era hijo de Dios”. No dice eso, porque NO PUEDE
decirlo.
Desde
luego, han habido estudiantes que desde hace mucho han promulgado la idea de
dos líneas de hombres: una que procede de la línea piadosa fundada por Set y la
otra siendo la línea impía fundada por Caín. Y aunque es extraño, pero es la
verdad, estos mismos estudiantes nunca nos han dicho cómo es que Caín fue un
tipo tan malvado, mientras que Abel y Set fueron de la línea piadosa y
espiritual. De hecho, Caín debiera haber sido más espiritual que Abel, y aun
más que Set y así sucesivamente con cada uno de los siguientes, porque cada
generación siempre se ha ido alejando más de Dios. Pero no, Caín se manifiesta
como el hombre más malvado que jamás se haya definido, pues él se puso
violentamente en contra de Dios y Su Palabra.
Ahora,
tome nota de esto: la Escritura no juega con palabras. Todo lo que está en el
Registro, está allí para que los ojos ungidos lo vean, tiene un propósito al
estar allí. La Palabra dice:
Y
llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los
vivientes.
Génesis 3:20
Pero
en ninguna Escritura dice que Adán era el padre de todos los vivientes. Si esta
connotación no se puede poner sobre Génesis 3:20, ¿por qué entonces sería
mencionado que Eva es la madre de todos, y nada fue dicho acerca de Adán? El
hecho es que aunque Eva fue la madre de todos los vivientes, Adán no fue el
padre de todos los vivientes. Eva dijo en Génesis 4:1: “…de Jehová he adquirido
varón”. Ella no da crédito a Adán de ser el padre de Caín, sino que dice:
Porque
Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató
Caín.
Génesis 4:25
Ella
no dice que Dios le había DADO otra simiente; esa hubiera sido Cristo, porque
El es DADO. Este hijo, Set, fue SUSTITUIDO en lugar de Abel. Ella reconoce su
hijo quien vino a través de Adán; ella no reconoce ahora a Caín porque él vino
a través de la serpiente. Cuando ella dice, “OTRA SIMIENTE en lugar de Abel”,
ella está diciendo que Caín era diferente a Abel, porque si ellos hubieran sido
del mismo padre, ella hubiera tenido que decir, “Me ha sido dada MAS SIMIENTE”.
Yo
no creo todo lo que leo, pero en verdad es una cosa curiosa que en la revista Life,
la edición del 10 de marzo de 1963, los psiquiatras estuviesen hablando de la
misma cosa que estamos tratando aquí. Ahora yo sé que no todos los psiquiatras
concuerdan entre sí mismos, pero aquí está. El temor a la serpiente no es una
reacción consciente, sino una reacción inconsciente. Si fuera un temor natural,
la gente estaría igualmente encantada ante la jaula del león o el gorila. Sus
pensamientos inconscientes los mantienen mirando a las serpientes. Ese engaño
de serpientes es inconscientemente sexual. Que ha sido así a través de las
edades es visto en la gente generación tras generación pasando por la misma
cosa. Serpientes siempre han sido y siempre serán repugnantemente atractivas.
La serpiente siempre ha significado lo que es bueno y malo. Ha sido un símbolo
fálico a través de las edades. Exactamente de acuerdo con la descripción del
Huerto del Edén, hallamos en la serpiente la personificación de la maldad
apasionada.
Es
casi universal entre las muchas tribus sin cultura que la serpiente está
asociada con el sexo y frecuentemente es adorada en conjunción con ello. El
estudio de la sexología trae eso a la luz en muchos casos. Ahora, yo quisiera
saber de dónde es que esta gente saca eso, siendo que es gente analfabeta y
nunca ha leído la Biblia. Pero así como la historia del diluvio es conocida a
través del mundo, también es conocida esta verdad de la caída del hombre. Ellos
saben lo que sucedió allá en el Edén.
Ahora,
en este detalle alguien me va a hacer esta pregunta: ¿Le dijo Dios a Eva que se
cuidara de la serpiente, o que la serpiente la seduciría? Ahora escuche, Dios
no tenía que decir nada respecto a lo que iba a suceder. Solamente obtenga Ud.
el punto clave de la historia. El simplemente dio la Palabra. El les dijo que
no probaran de la CIENCIA. Prueben de la VIDA. LA VIDA ERA LA PALABRA DE DIOS.
LA MUERTE ERA CUALQUIER OTRA COSA APARTE DE LA PALABRA DE DIOS. Ella permitió
que se cambiara UNA SOLA PALABRA y con eso la sedujo Satanás.
Dios
pudo haber dicho: “No vayan a tomar fruto de los árboles más de lo que puedan
comer”. Entonces Satanás podía decir: “Mira, pues eso es correcto. Se fijan que
si toman demás, se les va pudrir. Pero aquí está un método para preservar la
fruta; de modo que pueden tomar todo lo que quieran. Así que ¿ya ven? pueden
hacer lo que Uds. quieren y también lo que Dios quiere”. Allí mismo es donde el
diablo la seduciría. Aquel que ha ofendido en UN punto de la ley es culpable de
TODA la ley. No juegue con esa Palabra. Eso es exactamente lo que sucedió en la
edad de Efeso antes que terminará como en el año 170 d. C.
¿Y
qué fue lo que produjo aquel árbol? El Árbol de la Ciencia produjo muerte. Caín
mató a su hermano Abel; el malvado mató al justo. Allí se fijó una orden. Se
mantendrá esa orden hasta la restauración de todas las cosas como ha sido dicho
por los profetas.
El
Árbol de la Ciencia produjo hombres mañosos, hombres de renombre; sin embargo
sus caminos son caminos de muerte. La gente de Dios es una gente sencilla, pero
de mente espiritual, inclinada hacia Dios y la naturaleza, calmadamente
labrando la tierra, estimando más a la verdad que a las riquezas. La simiente
de la serpiente ha traído tremendos comercios, invenciones maravillosas, pero con
todo esto viene la muerte. Su pólvora y sus bombas atómicas matan en la guerra;
y en tiempo de paz sus invenciones mecánicas, como el automóvil, matan a mayor
número de personas en tiempo de paz que lo que matan las invenciones de guerra
en tiempos de aflicción. Muerte y destrucción son los frutos de sus labores.
Pero
ellos son religiosos, creen en Dios. Ellos son como su padre, el diablo, y su
antepasado, Caín. Ambos creían en Dios. Estos van a la iglesia, se mezclan con
los justos así como también la cizaña se mezcla con el trigo. Al hacer así
corrompen y producen una religión Nicolaíta. Ellos riegan su veneno con todo el
esfuerzo por destruir a la simiente de Dios, así como Caín mató a Abel. Ante
sus ojos no hay temor de Dios.
Pero
Dios no dejará que ninguno de los suyos se pierda. El los guarda aun en la
muerte, y ha prometido que en el día postrero los levantará.
Sección
tomada del libro “Una Exposición de las Siete Edades de la Iglesia”, capítulo
“La Edad de Éfeso”, del Rev. William M. Branham