sábado, 4 de abril de 2020

La autoridad compartida de la iglesia


La autoridad compartida de la Iglesia

En efesios 1:3, el apóstol Pablo declara que hemos sido bendecidos con TODA bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, con bendiciones que comprometen la integridad, salud y prosperidad de nuestra alma o ser interior; y, en los versículos 19 y 20 de este mismo capítulo 1, que el Señor Jesús está sentado a la diestra de Dios –también- en lugares celestiales.

Silla o trono
El hecho de que el Señor Jesús está sentado, implica que lo está sobre un trono y, si esto es así, entonces Él, el Señor Jesús, está gobernando. Es más, la expresión “sobre” del v. 21 de este capítulo implica lo mismo, gobierno, que uno está sobre o por encima de otro, gobernándolo. Leámoslo:

Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero.

Sí, el Señor Jesús está sobre o gobierna sobre todo principado, autoridad, poder y señorío, y gobierna todo nombre que podamos nombrar y, por eso mismo, es que en Su Nombre tenemos autoridad para echar fuera demonios, que es lo que se afirma en el versículo 22:

Y sometió todas las cosas bajo Sus pies [los pies del Señor Jesús, ¿verdad?], y lo dio por cabeza [¡esto es igualmente glorioso!] SOBRE TODAS LAS COSAS a la Iglesia.

¿Ve usted lo que yo veo? Que la Iglesia (me refiero a la genuina) es cabeza o gobernante sobre (otra vez implicando el acto de gobernar, de tener dominio o autoridad) TODAS LAS COSAS; y, cuando el apóstol dice “todo”, eso implica TODO, que nada queda excluido.

Finalmente, en el capítulo 2 y versículo 6, el apóstol dice:

6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

En el v. 6 se nos dice que Dios nos sentó en estos mismos lugares celestiales (debe ser el Tercer Cielo porque, la expresión “celestial”, se escribe en el griego epouránios  que, literalmente, se traduce como “sobre los cielos”); y, como lo venimos entendiendo, sentarse significa estar sobre un trono de gobierno; y que, si esto es así, entonces la posición de privilegio y honor de Su Iglesia, Su Amada y Esposa, la Señora Jesucristo, es la misma autoridad que aquí se declara para el Señor Jesús; la Iglesia comparte esta misma autoridad.

Por eso es que el apóstol, en otra de sus sublimes cartas, nos profetiza que habrá una manifestación (en el griego se lee apokalypsis que, traducido, es revelación) de los hijos de Dios en gloria (Romanos 8:19); ésto es, que vamos a manifestar la plenitud de Aquel que nos llamó en Cristo Jesús.

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
Mateo 8:8

27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Mateo 8:27

Ésta es la misma autoridad que nos ha sido confiada por causa del Nombre del Señor Jesús, por Sus méritos para, en Su Nombre, ordenar, expulsar, liberar… “haremos proezas” (Salmos 60:12; y 108:13).

17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Marcos 16:17-18

¡Aleluya!

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