sábado, 7 de enero de 2017

Jesucristo Mismo: la Principal Piedra del Ángulo

Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo (Efesios 2:20)

El Apóstol Pablo nos dice aquí que la principal Piedra del Ángulo, en el establecimiento del Fundamento sobre el cual se edifica el edificio de la Iglesia de Dios o los santos de Dios, es Jesucristo mismo. En el original griego no se dice la expresión “principal”, esa expresión no aparece, sin embargo los escribas la incorporaron como para magnificar la importancia de Jesucristo mismo en la elaboración de ese Fundamento, todo lo que Él implica en ese fundamento que, valga la redundancia, fundamenta el Evangelio de Dios, el Evangelio que predicó el Señor y, después, Sus discípulos, y hoy todo genuino hombre de Dios.

En aquellos tiempos el fundamento estaba establecido, como hoy, en cuadrado, para desde allí edificar una casa, un templo, un edificio y, por consiguiente, este fundamento llegaba a estar constituido por cuatro ángulos. En cada ángulo, el constructor o perito arquitecto incorporaba una piedra de gran dimensión que sirviera de apoyo a las otras piedras de fundamento que se irían apilando, una tras otra, hasta llegar al siguiente ángulo donde, igualmente, yacía otra Piedra de Ángulo o Piedra Angular. Finalmente, habían cuatro Piedras Angulares, y el apóstol nos dice Jesucristo mismo es esa Piedra Angular en cada ángulo del Fundamento o Base en la construcción del edificio; lo que no significa que hayan cuatro Jesucristos, no, pero sí cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, los que sirvieron a los apóstoles para, buscando Luz en la Ley y los Profetas, en el Antiguo Testamento, cuidaran de que este Fundamento necesariamente estuviera establecido sobre Jesucristo mismo, el Autor y Consumador de la fe, de Quién justamente hablaron los profetas de la antigüedad inspirados por el Espíritu Santo, y de Quién los tipos y sombras contenidos a lo largo de TODO el Antiguo Testamento daban testimonio. Sin Jesucristo no hay sentido en el Evangelio que creemos y predicamos, sin Él realmente no hay Evangelio o Buena Noticia. El Evangelio está fundado en Jesucristo, y los apóstoles y profetas tuvieron cuidado, temor de Dios, por cuidar que Él fuera la Piedra Angular, la Piedra Confiable sobre Quién el resto de piedras encontraran apoyo y fundamento para establecer, valga la redundancia, un Fundamento confiable y estable, en cuadrado, sobre lo cual edificar el edificio de Dios, un edificio espiritual como lo dice el Apóstol Pedro.

Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
Vosotros también, como piedras vivas [observen que aquí se dice que los santos también son “piedras vivas”, tal como Él es “Piedra Viva” (v. 4)], sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
1 Pedro 2:4-5

Finalmente, cuando el apóstol escribe su primera carta a los Corintios y, a través de ello, a todos nosotros, a los santos de los últimos días, él hace esta necesaria y solemne declaración:

Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca [significando la calidad del material que se usa para sobre-edificar],
La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego [pasará por la Gran Tribulación].
1 Corintios 3:11-15

Aquí, como podemos leerlo, no está en discusión el Fundamento (recordando que Apóstol Pablo fue el perito arquitecto quién tuvo el privilegio y encomienda de Dios para poner este fundamento, v. 10), pero se nos reclama cuidado en el momento de sobreedificar. Todo constructor sabe que, para que un edificio tenga consistencia, el material que sirve para sobre-edificar un edificio, debe ser del mismo material que el del fundamento. En efecto, el Apóstol Pedro nos lo recordó en su primera carta: “Vosotros también, como piedras vidas”, tal y como Él es “Piedra Vida” (1 Pedro 2:4-5); y si el Señor Jesucristo es el Verbo o Palabra, entonces nosotros igualmente debemos ser lo Mismo, Palabra desde principio a fin. Y pienso que allí radica el problema de muchos ministerios, en muchas iglesias de las así llamadas “Evangélicas”, “Cristianas”, “Protestantes”, y hoy “Carismáticas”, en que no necesariamente usan Palabra para sobre edificar, sino sus propios criterios, sus interpretaciones, incorporando cosas esplendorosas (oro, plata, piedras preciosas) o algo sencillo o modesto, como para significar “humildad” (madera, heno, hojarasca), cuando lo único que tenemos que utilizar es la sola Palabra de Dios, sin agregarle y restarle nada.

Así, cuando vemos que existen iglesias que pretender sobreedificar con enseñanzas que admiten a la mujer usurpando el ministerio de Efesios 4:11, como pastor y maestro, y hasta como profetas (no les gusta que las traten de “profetizas”), me pregunto si no están sobreedificando con una interpretación atrevida e irreverente que no les conducirá a nada sino a la Gran Tribulación y, lo que es peor, según las palabras del Señor mismo en Apocalipsis 22:18-19:

Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro [eso será durante la Gran Tribulación, durante la visitación de Dios a los Judíos, al Israel espiritual y, después, el derramamiento de las Copas de la Ira de Dios],
Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro [lo cual es peor].

Cuando vemos mujeres prácticamente vistiéndose mundanamente, prácticamente impías, mostrando la desnudes de sus cuerpos, con escotes mostrando los pechos desnudos; con el cabello corto como hombres, pintadas como una prostituta, y realmente ataviadas como prostitutas, con pantalones cada vez más ajustados al cuerpo mostrando o poniendo al descubierto sus partes íntimas, que ellas deberían cubrir para un solo hombre; me pregunto si no están sobreedificando sobre un mal concepto que se tiene del Fundamento, el Cual es Jesucristo, cuando Él es puro, apartado de la mundanalidad que nos rodea e intenta socavar la Iglesia del Dios vivo. Oh, sí, sé que las mujeres han logrados grandes logros en estos últimos tiempos y, primordialmente, que se las respete como bien nos lo enseña Dios en Su Palabra, tratándolas como a vasos más frágiles; dándoles el lugar y honor que ellas merecen; como también nos alegra que prosperen en lo intelectual; y también han llegado a ser presidentas en muchos países de Latinoamérica y, recientemente, en los EEUUA una mujer pudo llegar a ser su primera presidenta; sin embargo, ese no fue el plan de Dios para con la mujer, ni con Su pueblo; y hoy las iglesias están sobreedificando con fundamento mundano, invocando el Nombre que es sobre todo nombre, Jesús, cierto pero, a la vez, con tal torpe percepción de lo que ese Nombre implica que vienen contaminando la casa de Dios, tan igual como fue en días del Templo en medio de Jerusalén, cuando Dios reveló sobre esta contaminación a Su profeta Ezequiel (Ezequiel, capítulos 8, 9, 10 y 11). Sin embargo, la admonición sigue siendo la misma:

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro:
Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro,
Y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.
1 Corintios 3:16-23

Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos reprobados.
Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros seamos como reprobados.
Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad.
2 Corintios 13:5-8

Esto es una reprensión para un genuino hijo e hija de Dios que aspira estar correcto con Dios, su Padre, su Redentor, y para pastores y maestros que parecen, en vez de vestir a la Iglesia que Él compró con Su propia Sangre, estar desvistiéndola, desnudándola para presentarla como una prostituta atractiva a un mundo que no quiere a Dios, sino religión, algo que manejar, manipular, ordenar y dominar, haciendo una imagen a aquella prostituta de Apocalipsis 17 y 18. De razón el apóstol escribió:

Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. (2 Pedro 2:1)

Y hoy vemos que esa profecía o declaración se está cumpliendo a cabalidad, a la luz de todos, para todos los gustos tal como el apóstol profetizó en 2 Timoteo 4:3-4:

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
Y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

¿Estamos, pues, sobreedificando con solo Palabra de Dios, en todo momento, o con interpretación privada, dogmas, concilios y sistemas humanos? Pero, gracias a Dios, Él tiene una Iglesia predestinada para ser santos y sin mancha delante de Él (Efesios 1:4-5; 5:26-27). ¿Cómo lo hará? Mediante el mismo Fundamento que nos confió a través de Su apóstol, maestro, predicador y profeta, el Apóstol Pablo. Y que Dios nos ayude a no fallar al leer las cartas o epístolas del apóstol, el perito arquitecto de este Fundamento, Jesucristo, la Palabra del incambiable Dios.


¡Shalom!

Mirando el Fundamento, Cristo, la Gloria de Dios

10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
1 Corintios 3:10-11

Cuando un constructor está construyendo un edificio, una casa, él lo primero que debió haber establecido al principio de la construcción es un fundamento que permita continuar edificando con sentido o dirección, con visión de acabar el edificio. En días antiguos, el concepto de fundamento evidentemente fue muy primitivo, rudimentario pero, obstante que el avance de este concepto ha ido en aumento con los años, siglos y milenios, lo cierto es que el fundamento representó un principio indispensable sin lo cual no se podría estar construyendo una casa o edificio seguro. Hoy, por ejemplo en el Japón, un país frecuentemente afectado por sismos de alta intensidad, se usan técnicas antisísmicas para la construcción de las viviendas y edificios, de tal forma que, cuando hay un temblor de tierra o terremoto, es sintomático ver a los japoneses rara vez salir de sus viviendas: eso es porque están más seguros dentro de ella, que fuera. El fundamento es tan confiable que hace que las viviendas y edificios sean igualmente confiables. Así, el fundamento, que también se traduce como principio (porque es un elemento con que se inicia o principia la edificación de una vivienda o edificio), es importante para seguir edificando sobre éste.

En la cita que nos ocupa, el apóstol nos dice que él fue designado ser el perito arquitecto para la construcción del edificio o casa de Dios: Su Iglesia y que, cuando él colocó el fundamento o principio, él puso a Jesucristo: Jesucristo es el fundamento. En Efesios 2:20, el mismo apóstol inclusive describe al Señor Jesucristo, a la revelación de la Persona de Jesús como la Principal Piedra del Ángulo que, en tiempos antiguos, era una de las piedras del fundamento colocado al principio de toda edificación, colocada justamente en la esquina del área de fundamento. Era la piedra principal porque era una piedra bastante grande e importante que orientaría la colocación de las otras piedras de fundamento y, también, las piedras que se irían asentando encima del fundamento. Jesús es tan importante en la edificación de este edificio, tanto que el salmista dijo: “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;” (Salmo 127:1ª) y, paradójicamente, aun con esta admonición, cuando Jesús, la Principal Piedra del Ángulo, vino, los edificadores no le consideraron para edificar la casa que Dios les estaba demandando edificar.

Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:
La piedra que desecharon los edificadores,
Ha venido a ser cabeza del ángulo.
El Señor ha hecho esto,
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
San Mateo 21:42

Cuando un constructor sigue sobreedificando, él lo hace considerando el fundamento; él lanza una plomada desde lo alto hacia el fundamento y, de esta manera, él se guía para no salirse del orden que le proyecta el fundamento. Eso es lo que el apóstol nos dice, para quienes están en las labores de sobreedificar la Casa de Dios, “y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica”. Como en lo natural no podemos sobreedificar como a nosotros nos place, o como mi teología lo dice, porque nada nos asegura que lo estemos haciendo bien a menos que sigamos la plomada que parte del fundamento (podríamos estar haciendo una pared inclinada, y eso colapsaría, etc.); igualmente en lo Espiritual, no podemos incorporar a la construcción de la Casa de Dios otro material sino de la misma naturaleza que el fundamento, Jesucristo, y Él es la Palabra: “En el principio era el Verbo [Palabra], y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (San Juan 1:1).

En Colosenses 1:16, el apóstol nos dice:

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Cuando Dios creó los cielos y la tierra, el universo, y todo cuanto en ellos hay, lo visible e invisible, Él lo hizo sobre el fundamento de Cristo y, cada día de la creación que fue transcurriendo, todo cuanto Él creó fue en Él, Cristo, el Ungido de Dios, la Imagen del Dios invisible (v. 15); y ese mismo patrón ahora Él espera se considere en la edificación de la Casa de Dios porque, temerariamente, hay quienes ponen otro fundamento que el que fue puesto por el perito arquitecto, el apóstol Pablo: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” Con razón, los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos, ¿por qué? Porque todo fue hecho en Cristo, el Plano, el Fundamento, la Imagen del Dios Viviente, la Gloria de Dios.

La Palabra de Dios expresa el carácter de Dios y, de la misma manera, el carácter de los Hijos e Hijas de Dios, que es lo que hace que exista comunión entre ellos.

20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
San Juan 17:20-23

Por consiguiente, la única forma que nos puede garantizar esta unidad entre hermanos y hermanas de una iglesia cristiana es que nuestro fundamento sea Su Palabra; y esa es la única forma para ser uno con Él mismo, así como Jesús fue UNO con Su Padre. ¿Por qué el Señor Jesús fue UNO con el Padre? Porque Él era la Palabra. La Palabra de Dios es la única forma de ser UNO con Dios; y así el Edificio, la Casa de Dios se va edificando armoniosamente con todas sus partes entrelazándose, apoyándose los unos sobre los otros, y todos sobre el Fundamento, Jesucristo, la Palabra, el carácter de Dios para imitar.

15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Efesios 4:15-16

Comúnmente se suele decir que “Dios no comparte Su gloria con los hombres” (Isaías 42:8); pero la compartió con Jesucristo, Hombre; Él es “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:3). Y esta generación verá la manifestación gloriosa de los Hijos de Dios (Romanos 8:19-21), manifestando a Dios en Cristo Jesús, la Imagen del Dios invisible, la gloria de Dios en Hombres y Mujeres predestinados para manifestarle como Él es, por razón de Su Palabra, por razón del Fundamento, Jesucristo. Amén.


El Fundamento: Jesucristo

20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Efesios 2:20

42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:
    La piedra que desecharon los edificadores,
    Ha venido a ser cabeza del ángulo.
    El Señor ha hecho esto,
    Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? m
43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.
44 Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
San Mateo 21:42-44

4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
6 Por lo cual también contiene la Escritura:
    He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
    Y el que creyere en él, no será avergonzado. m
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
    La piedra que los edificadores desecharon,
    Ha venido a ser la cabeza del ángulo; m
8 y:
    Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, m porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
                                                                         1 Pedro 2:4-8

Cuando comencé el andar Cristiano, Dios me dio varios sueños, y en uno de éstos me mostró una Biblia. Yo entraba por la puerta de una iglesia, que tenía la apariencia de una iglesia católica y, tras ingresar, divisé al frente lo que conocemos como “púlpito”, y sobre el púlpito una Biblia. Me acerqué para ver la Biblia, y la vi ensangrentada como por el centro, como de arriba hacia abajo; luego noté que uno de los versículos estaba resaltado en luz, yo leí el versículo pero, probable por mi poca práctica en la lectura de la Biblia (cuando empecé a leerla, pues no sabía por dónde empezar y, lo que es peor, no sabía tampoco qué buscar. Estaba muy desorientado), no lo pude memorizar, no recuerdo la cita resaltada en luz. Y allí terminó el sueño.

Tras muchos años en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y tras recibir enseñanza de Dios a través de Sus ministros, trayendo toda enseñanza a las Escrituras, que toda enseñanza esté fundada en la Biblia, creo entender el sueño. El Hermano Branham dijo en cierta ocasión: “La Palabra sangró”, y en verdad eso fue lo que sucedió allá en el Monte Calvario, cuando llevaron a nuestro Señor a la cruz: la Palabra fue crucificada, aun cuando también sabemos que nuestros pecados fueron llevados en Su cuerpo sobre el madero (1 Pedro 2:24). Yo creo que la Palabra vuelve a sangrar hoy en día.

Hoy, casi 2,000 años de esa sublime entrega de nuestro Amado en la cruz, y porque no había otra forma para que Él pudiera establecer el Puente por el cual nosotros pudiéramos transitar camino al Padre, camino al Cielo; hoy vemos cómo la Palabra vuelve a ser ensangrentada cuando es rechazada en Su integridad. Pueda ser que no rechacen TODA la Biblia, como tampoco Satanás lo hizo en el Huerto de Edén (cuando tentó a Eva, enseñándole mal la Palabra), pero rechazan una y otra Palabra, uno y otro versículo que no encaja con el sistema en que ya están fundados y enraizados, prefiriendo sus tradiciones y mandamientos de hombres, como en días del Señor cuando, por esa causa, Él fue rechazado. En palabras del apóstol en Hebreos 6:4-8, “crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”

10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
1 Corintios 3:10-11

En efecto, al Apóstol Pablo le tocó el privilegio para ser maestro de los gentiles, de la iglesia que está conformada por gentiles (las demás gentes, fuera de los judíos, fuera de Israel), y por él es que tenemos la mayoría de cartas en el Nuevo Testamento, además de los Evangelios, el libro de Los Hechos y El Apocalipsis, que hoy son la única garantía para el hombre y mujer piadoso para saber cómo agradar a Dios, cómo conducirse en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Dios Vivo (1 Timoteo 3:15). Pero el Espíritu Santo nos dijo a través del Apóstol Pedro que, así como en tiempos antiguos hubieron falsos profetas, que así hoy habrían falsos maestros (2 Pedro 2:1) y, en palabras del Apóstol Pablo, que los últimos días vendrían tiempos peligrosos. ¿Cómo es que se manifestarían estos tiempos peligrosos? Leámoslo:

1 Y debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más bien que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos también evita.
2 Timoteo 3:1-5

En tiempos del Apóstol Pablo hubieron quienes resistieron a sus enseñanzas, y lo mismo sucede hoy cuando ministros de renombre enseñan de todo, y aparentemente parecen tener iglesias prósperas llenas hasta el tope, habiendo derrumbado sus antiguos edificios para edificar otros nuevos y mucho más espaciosos que los primeros, para miles y miles de congregantes pero, obstante la aparente prosperidad, es allí donde se resiste o niega las enseñanzas del perito y arquitecto de la Iglesia del Dios Vivo, el Apóstol Pablo cuando, sino lo rechazan abiertamente, callan para no tocar aspectos que el apóstol tocó en su tiempo, recordando que Jesucristo es el mismo de ayer, hoy y siempre (Hebreos 13:8).

Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de dios [no la mujer]; pero la mujer es gloria del varón.
Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Juzgad nosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?
La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?
Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
1 Corintios 11:7, 10, 13-15

Bien dijo el Hermano Branham:
191 Conocemos todas las profecías, Israel está en su patria. Si Uds. quieren saber nacionalmente dónde estamos parados, vigilen a Israel, dónde está.
192 Si quieren saber la condición de la iglesia, vigilen cómo actúan las mujeres. Ella es la iglesia. Véanla, inmoral, indecente; observen, miren dónde está la iglesia. Sólo vigílenla. (¿Ven? ¿Ven?) Sólo vigilen las mujeres. Verán la manera como se van degradando las mujeres y se contaminan tanto, así está la iglesia (¿ven?), el tipo.
193 Observen dónde está Israel, verán donde estamos en la cifra del tiempo. Vean, sólo observen esas señales y maravillas. Si su—si su, o si sus ojos son abiertos, miren dónde estamos.
194 Ahora observen posicionalmente dónde nos encontramos, el mundo en una condición como Sodoma.
65-0426 Probando Su Palabra

34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sometidas, como también la ley lo dice.
35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso para las mujeres el hablar en la congregación.
36 ¿Acaso ha procedido de vosotros la palabra de Dios, o ha llegado sólo a vosotros?
37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.
38 Pero si alguno lo ignora, que lo ignore.
1 Corintios 14:34-38

9 Asimismo que las mujeres se atavíen con ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
11 La mujer aprenda en silencio, con toda sumisión.
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
1 Timoteo 2:9-14

1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sometidas a vuestros maridos; para que aun si algunos desobedecen a la palabra, sean ganados sin palabra mediante la conducta de sus esposas,
2 teniendo a la vista vuestra conducta casta y respetuosa.
3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,
4 sino el ser interior de la persona, en el incorruptible ornato de un espíritu manso y apacible, que es de gran valor delante de Dios.
5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sometidas a sus maridos;
6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
7 Vosotros, maridos, igualmente, convivid con ellas con comprensión, tratando a la mujer como a vaso más frágil, y dándoles honor también como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
1 Pedro 3:1-7

No es que los apóstoles estuvieran en contra de la mujer pero, por sus enseñanzas, debemos entender que tanto el hogar, como la iglesia, tiene un orden, como todo estado de cosas sin lo cual solo tendríamos caos, y que la mujer siempre fue y es fácil de ser engañada, por eso es que no hay cargo o los oficios de Efesios 4:11 para ella y que, en las iglesias donde se advierte contrario a las enseñanzas apostólicas, no solo resisten al Espíritu Santo que inspiró estas enseñanzas (lo que se advierte que no tienen el Espíritu Santo, así tengan dones o manifestaciones del Espíritu Santo, lo que Dios nos permitió entender a través de las enseñanzas del profeta, Hermano Branham), pero también permiten que demonios tomen dominio de tal iglesia. Usted se preguntará, ¿pero hay sanidad Divina en esas iglesias, liberación, etc.? Y yo creo en tales manifestaciones, tanto como creo que Balaam tuvo manifestación del Espíritu Santo y profetizó correctamente en favor de Israel, pero cuando él enseñó, allí él comprometió su corazón con satanás para traer tropiezo a Israel. Lo mismo sucedió en días del Señor Jesús, cuando Caifás profetizó correctamente, sin embargo él era un diablo. Y lo mismo sucede hoy, porque Él dijo que sucedería:

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les diré claramente: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad.
Mateo 7:21-23


No nos confiemos de los dones o manifestaciones del Espíritu Santo, aún si éstas son manifestaciones correctas y edificantes, pero que nuestra garantía de estar siendo edificados sobre la Roca Inconmovible de los Siglos sea Su Palabra, todo el consejo de Dios para la Iglesia del Dios Vivo (Hechos 20:27); el Fundamento, Jesucristo (Juan 1:1).