jueves, 11 de mayo de 2017

DIOS ES UN DIOS QUE GUSTA MANIFESTARSE ENTRE SU PUEBLO

A
 Dios le place manifestarse entre Su pueblo, entre los que Le creen, tanto para mostrar Su poder, Su gloria, como para santificar al pueblo, apartándolo del pecado, de la incredulidad a Su Palabra. Vivimos tiempos que prácticamente no tienen comparación con los tiempos Bíblicos, cuando la Iglesia primitiva era visitada continuamente por Dios, sea para convertir los corazones de más gente ordenada para Vida Eterna (Hechos 13:48), mostrando un Evangelio de poder por fe y para fe, o sea para santificar al pueblo ya convertido para, como se dice del propósito del don de profecía en 1 Corintios 14, para edificación, exhortación y consolación. Tal fue el grado de manifestación de Dios entre el pueblo –durante el primer siglo- que hasta dos murieron por mentir al Espíritu Santo, lo que causó temor en la Iglesia (Hechos 5:1-11). Y esa manifestación de Dios es la que necesitamos hoy para afianzar la justicia y santidad de Dios entre los santos.

¿Por qué esperamos o anhelamos que Dios se manifieste? –Porque Él es un Dios vivo. Si fuera un dios muerto, producto de nuestra imaginación y creación, evidentemente no esperaríamos su manifestación, ni la anhelaríamos pero, respecto al Dios de la Biblia, Él no solo tiene por natural o regular manifestarse entre Sus santos porque es un Dios vivo, SINO TAMBIÉN PORQUE LO HA PROMETIDO: “Y estas señales seguirán a los que creen…” (Marcos 16:17-18).

Desde el principio, cuando nuestros primeros padres pecaron, Dios consideró manifestarse, como una señal o muestra se Su interés por Su obra maestra: el Hombre y, porque esta obra maestra manifestaba Su imagen y semejanza, Su gloria, ahora por el pecado estaba dramáticamente alterado y pervertido; y Su manifestación tuvo el propósito de traer a manifestación un plan de redención, para traer Su obra maestra estropeada vuelta a la gloria con que fue creado en el principio.

A lo largo del Antiguo Testamento, vemos múltiples manifestaciones del poder de Dios para librar a Su pueblo del peligro y la necesidad y, en días de Moisés, el hombre que Dios usó para liberar a Su pueblo del yugo egipcio, hubieron tales manifestaciones del poder de Dios que –definitivamente- ni aun son emulados hasta nuestros días, incluso ni fueron emulados durante el ministerio de nuestro Señor Jesús, como el paso de la congregación a través del Mar Rojo, en seco, y las maravillas que Dios obró en favor de Su pueblo en su travesía por el desierto: Por ejemplo, de cómo el vestido y el calzado del pueblo no se envejeció (Deuteronomio 29:5), y de cómo Jehová Dios suplió pan y agua (Éxodo 16, Éxodo 17 y Números 20) a un pueblo –inclusive- contradictor y rebelde. ¡Y qué decir de las maravillas que Dios obró en días de Josué y, años después, en días de los Jueces, y los profetas Samuel, Elías y Eliseo!

Y llegado el tiempo de la manifestación de nuestro Señor Jesús, no solo Le vimos a Él hacer maravillas y prodigios, milagros y sanidades “porque Dios estaba con Él” (Hechos 10:38), sino que también nos prometió que, por virtud de nuestra fe en Él, las mismas señales y prodigios que se obraron en Su ministerio igualmente se manifestarían en todo creyente: “…El que en mí cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque Yo voy al Padre.” (Juan 14:12); de manera que podemos estar confiados y expectantes de Su manifestación, PORQUE ÉL LO PROMETIÓ.

Veamos algunas de Sus promesas para manifestarse entre Sus santos:

17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. (Marcos 16:17-18)

49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. (Lucas 24:49)

12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. (Juan 14:12-14)

21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. (Juan 14:21-23)

8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)

Seguidamente, cómo Dios se manifestó en la Iglesia primitiva en el libro de Los Hechos:

43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. (Hechos 2:43)

16 diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. 31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. (Hechos 4:16, 29-31)

5 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. 11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. 12 Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. (Hechos 5:5, 10-12)

8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. (Hechos 6:8)

5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8 así que había gran gozo en aquella ciudad. 13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. (Hechos 8:6-8, 13)

6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. 7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. 8 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. 9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. 10 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. 11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. (Hechos 12:6-11)

3 Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. (Hechos 14:3)

12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. (Hechos 15:12)

18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora. 25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. (Hechos 16:18, 25-26)

11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. (Hechos 19:11-12)

3 Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. 4 Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. 5 Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. 6 Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. 7 En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días. 8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. 9 Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados; (Hechos 28:2-9)

Seguidamente, testimonio de la manifestación del poder, maravillas, señales y prodigios de Dios en las cartas del Apóstol Pablo para el tiempo presente:

18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. (Romanos 15:18-19)

7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. (1 Corintios 12:7-11)

1 Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. 2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. 4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. 24 Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; 25 lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. 26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación. 31 Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. (1 Corintios 14:1-4, 24-26, 31)

5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? (Gálatas 3:5)

Y para el tiempo venidero:

18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;
21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. (Romanos 8:18-23)

2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. (1 Juan 3:2)

¿Por qué Él está interesado en manifestarse? –Porque esa es la única forma para Él para santificarnos y usarnos para Su gloria y alabanza, para nuestra edificación, “porque separados de Mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). La palabra santificar se traduce también como apartar, apartarnos del mundo y su influencia, porque el mundo entero está bajo el maligno (1 Juan 5:19). Cierto, tenemos la Palabra dada a través de los ministros, y que esa es la forma más eficaz para santificarnos (Juan 17:17), Y SIEMPRE Y CUANDO ESTÉN ACORDES CON EL ESPÍRITU DE LA PALABRA, DEL ESCRITO ESTÁ; sin embargo, estamos en tiempos sumamente peligrosos, tiempos de apostasía y apariencia de piedad, y ya muchos son los que medran la Palabra para dársela, adulterada, al pueblo; y que por ello mismo es que precisamos de una manifestación de Dios en nuestras vidas, en nuestras iglesias, que aún nuestros ministros procedan a temer la Palabra que, como bien lo dice el Profeta Isaías, “sea Él vuestro temor, y Él sea vuestro miedo.” (Isaías 8:13).

En 1 Corintios 14:1, el apóstol dice: “y procurad los dones espirituales”. La palabra procurar proviene del Griego zelóo, que literalmente se traduce por celo, pero que en el buen sentido se traduce por ardor, un celo en la búsqueda del bien, un deseo ardiente y persistente, un deseo sincero y esforzado hasta lograr lo que se aspira o anhela para beneficio. Pienso que esta es la razón del porqué no hay manifestación del Espíritu Santo en muchas iglesias y, en las que lo hay, sin doctrina para obtener el mayor provecho de los carismas en beneficio del Cuerpo, la Iglesia; ¡PORQUE MUCHOS NO LO ANHELAN!, y muchos no lo anhelan porque así son enseñados desde el púlpito. Sin embargo, el bien de esta manifestación está allí vigente, a la vista, “para edificación, exhortación y consolación” (v. 3); aún el don de lenguas, menospreciado por muchos por, según ellos, es el menor de los dones del Espíritu Santo; sin embargo, aun si fuera el menor de los dones, sigue siendo la manifestación de Dios, el Espíritu Santo para Su Iglesia, y deberíamos temer no atrevernos a decir algo en contra: “4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.” (v. 4).

Algunos enseñan que los dones o manifestaciones de carismas (dones) del Espíritu Santo ya no están vigentes para el tiempo presente, e intentan sostener su enseñanza en 1 Corintios 13:10: "mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará." porque, según ellos, YA TENEMOS LO QUE ES PERFECTO, LA BIBLIA, Y QUE NO NECESITAMOS NADA MÁS; sin embargo, fallan porque, SI BIEN NECESITAMOS NADA MÁS QUE LA BIBLIA, pues la Biblia es la que habla de la manifestación de estos carismas o dones del Espíritu Santo EN la Iglesia, y que el versículo 10 debemos leerlo en contexto con los versículos anteriores (8 y 9), de donde concluiríamos que los dones de ciencia o conocimiento y profecías terminarían su operación tan pronto "venga lo perfecto"; pero, aun cuando tenemos una Biblia perfecta y completa, ¿podríamos a atrevernos a declarar que ya no necesitamos que Dios se manifieste en Su Iglesia, y que basta con lo que los ministros predican desde el púlpito? Cuando notorio es que tenemos una Iglesia fraccionada en miles y miles de denominaciones y sectas, organizaciones que inclusive ni creen en el Espíritu Santo, con doctrinas antagónicas entre una y todas, y que por ello mismo precisamos Su manifestación para, entre tanta contradicción, tanta interpretación privada y fuera de contexto, Dios levante un pueblo que cumpla Juan 17:20-23 y Efesios 4:11-16, ¡PARA GLORIA DE SU NOMBRE! Así, a la luz del contexto de 1 Corintios 13:8-10, el cese de las profecías, lenguas e interpretación de lenguas, de ciencia o conocimiento y otros dones está en futuro y nadie, por razón de que se está manifestando una Iglesia con muchos aspectos por restaurar, debería atreverse a declarar y menos enseñar el cese de los dones del Espíritu Santo. Necesitamos el don de discernimiento de espíritus, porque está claro que demonios han ingresado en las iglesias e, inclusive, están predicando a través de ministros, ¡TRAYENDO DOCTRINAS DE DEMONIOS!; y ver, como en días del Apóstol Pedro, a otro Ananías y Safira caer muertos por ser irreverentes a Dios. Oro porque ello suceda.

Desee, anhele, aspire, arda por la manifestación de Dios en usted mismo, en su hogar, en su iglesia local, y que Su manifestación sea causa de santidad juntamente con la Palabra impartida desde el púlpito o mientras la leemos en actitud de oración.


La gracia de Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.

miércoles, 10 de mayo de 2017

NOMBRES COMPUESTOS DE JEHOVÁ DIOS

1. Jehová-Jiré (Génesis 22:13-14 – 3070 Yejová-Yiré).- Jehová proveerá o Yo Soy [tu] proveedor,

2. Jehová-Rafá (Éxodo 15:26 – 7495 Yejová-Rafá).- Jehová Sanador o Yo Soy [tu] sanador,

3. Jehová-Nisi (Éxodo 17:15-16 – Yejová-Nissi).- Jehová Estandarte o Yo Soy [tu] estandarte,

4. Jehová-Salom (Jueces 6:24 – Yejová-Shalom).- Jehová es paz o Yo Soy [tu] paz,

5. Jehová-Rohe (Salmo 23:1-6 – Yejová-raá).- Jehová es mi Pastor o Yo Soy [tu] pastor,

6. Jehová-Tsidkenu (Jeremías 23:5-6 – Yejová-Tsedacá).- Jehová es justicia o Yo Soy [tu] justicia,

7. Jehová-Sama (Ezequiel 48:37 – Yejová-Shammá).- Jehová presente o Yo Soy [o Estoy] presente.

martes, 9 de mayo de 2017

¿ESTÁ VIGENTE HOY EL MINISTERIO DE APÓSTOL?

U
n estudio interesante y necesario, y relativamente amplio sobre si está vigente o no el oficio o ministerio de apóstol en el día de hoy. Como lo leerán en este estudio (cuyo enlace dejo al término de esta meditación), y como bien lo sabemos por nuestro contacto a través del internet (páginas web y el YouTube) o el cable (para quienes, por ejemplo, tienen cable para conectarse con Enlace, una televisión cristiana de Costa Rica con amplia difusión a nivel latinoamericano o países de habla hispana), el oficio de apóstol se viene proliferando en nuestros días, e incluso hay mujeres que ostentan este oficio haciéndose llamar Apóstalas.

Llamamiento de los doce, al apostolado

En principio, la palabra Apóstol proviene del griego apostolos, que se traduce como delegado, una persona a quien se le delega una misión específica, un mensajero, uno enviado con órdenes específicas para que sean cumplidas y que, como bien lo leemos en los Evangelios, ese fue el carácter del llamamiento para los 12 apóstoles, a todos ellos el Señor Jesús –personalmente- les dio instrucciones específicas para cumplir, y que ellos luego cumplieron (con excepción de Judas, el que lo traicionó). Así, cuando escuchamos o sabemos de alguien quién siente el llamado para ser un apóstol, eso no es suficiente, eso no cumple claramente el procedimiento del llamado que los 12 apóstoles tuvieron y a quienes, ciertamente,  se les delegó un encargo, atribuciones y señales de poder que les seguirían para el fiel cumplimiento de la encomienda. Yo diría que muchos de nuestros Hermanos quienes sienten un ministerio de apóstol en sus vidas, siendo que esa no es la forma en que se constituye a un apóstol, y siendo que el Señor Jesús no está en Su aspecto físico para volver a delegar esta delegación o encargo o encomienda específica, a lo que realmente podrían aspirar es al ministerio comúnmente llamado entre nosotros como Misionero quién, a diferencia del apóstol, es constituido por hombres o la iglesia local, salvo que intervenga el Espíritu Santo tal como lo veremos en el caso de Bernabé, más adelante.

En efecto, en Gálatas 1:1, el apóstol nos dice:

1 Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),

Llamamiento del Apóstol Pablo
Miren la aclaración y distinción que hace el Apóstol Pablo: “apóstol… no de hombres ni por hombres”, porque pueda que ese sea el caso de casi la totalidad de los hoy llamados Apóstoles, al no haber sido constituidos por el Señor Jesucristo (Efesios 4:11) y por Dios el Padre, tal como el apóstol aquí lo afirma respecto a sí mismo: “sino por Jesucristo [y por consiguiente “de Jesucristo”] y por Dios el Padre”. Y probable esa no fue la procedencia del apostolado de aquellos apóstoles quienes fueron probados en Apocalipsis 2:2: “y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos.” Nótese que aquí no se cuestiona el apostolado de estas personas por el hecho de que este oficio ya no estaría en vigencia por aquellos días, ese no es el cuestionamiento porque, si el oficio de apóstol ya no hubiera estado en vigencia por aquellos días (la dedicatoria a la Iglesia en Éfeso, durante la revelación del Apocalipsis o Revelación al Apóstol Juan, habría acontecido en los últimos años del I Siglo), el cuestionamiento habría sido en ese sentido, pero no lo fue; dándonos a entender que, muy probablemente, era natural que se constituyeran apóstoles por aquel entonces, ¡PERO POR HOMBRES! y, por consiguiente, ¡DE HOMBRES!, a los que había únicamente que probar si estaban o no correctos en su enseñanza. El Hermano Branham, en su libro Las Edades, dice lo siguiente respecto a estos apóstoles cuestionados entre los efesios:

66 “No puedes soportar a los malos y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”. Estos efesios creían que el pueblo de Dios debiera ser santo. Según este versículo, tomaron cuidados para que no hubiera levadura de pecado en el cuerpo. Por lo que se ve, la apostasía ya había comenzado. El pecado había entrado en la Iglesia. Pero fueron obedientes a las palabras de Pablo cuando les dijo que echaran a los malos de en medio de ellos. Era una gente separada. Una gente que había salido del mundo, y ahora no iba a permitir que el mundo se metiera entre ellos. No iban a tolerar el pecado en la Iglesia. La santidad no era para ellos un dicho ni tampoco una figura gramatical; era más bien un modo de vivir.
67 “Has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”. ¡Qué declaración tan directa! “Has probado a los que se dicen ser apóstoles”. ¿No es eso algo presuntuoso? ¿Qué derecho tiene una gente de probar a aquellos que se dicen ser apóstoles? ¿Y cómo los probaron? ¡Oh, como amo esto! Aquí está:
Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que (ya) os hemos anunciado, sea anatema.
Gálatas 1:8       
68 Fueron los apóstoles quienes trajeron la Palabra original al pueblo. Aquella Palabra original no podía cambiar ni siquiera en un punto ni en una tilde. Pablo sabía que era Dios Quien le había hablado, y por eso dijo: “Aun si yo viniera y procurara darles una segunda revelación, si tratara de hacer un solo cambio en lo que les entregué originalmente, sea yo anatema”. ¿Ve Ud.? Pablo sabía que aquella primera revelación era correcta. Dios no puede dar una primera revelación y después una segunda revelación. Si lo hiciere, entonces demostraría que tuvo cambio en pensamiento.
69 Él puede dar una revelación y después agregar a esa revelación, como lo hizo en el Huerto del Edén cuando prometió la Simiente a la mujer, y luego estableció que aquella Simiente tenía que venir a través de Abraham, y después dijo que vendría por la sangre de David. Pero era la misma revelación. Solamente daba a la gente mayor información para ayudarles a recibirla y a entenderla. Pero la Palabra de Dios no puede cambiar. La Simiente vino exactamente como fue revelado. ¡Aleluya!
70 ¿Y ve Ud. lo que estaban haciendo aquellos apóstoles falsos? Ellos vinieron con su propia palabra. Los efesios conocían la Palabra como Pablo la había enseñado. Ellos estaban llenos del Espíritu Santo por medio de la imposición de las manos de Pablo. Se encontraron cara a cara con aquellos apóstoles falsos y les dijeron: “Uds. no están diciendo lo que dijo Pablo. Por eso, Uds. son falsos”. Oh, eso hace arder mi corazón. ¡Vuelva a la Palabra! No es Ud. el que en verdad prueba al apóstol y profeta y maestro. ES LA PALABRA LA QUE LOS PRUEBA.
LA EDAD DE ÉFESO, LAS EDADES

En el libro de Los Hechos, capítulo 14 y versículo 14, se registra que tanto a Pablo como a Bernabé se les reconocía como apóstoles por lo que, a la luz de este versículo y la cita de Apocalipsis 2:2, podría haber la posibilidad de un apostolado aun hoy, casi 2000 años después de que el Señor constituyó a Sus primeros 12 apóstoles, incluido el Apóstol Pablo. ¿Cómo podríamos fundamentar esta probabilidad y, en concreto, para aceptar que Bernabé fue considerado entre los apóstoles, como compañero del Apóstol Pablo? En Hechos 13:1-3, probablemente está la respuesta a esta interrogante, y la manera cómo es que los actuales apóstoles deberían ser constituidos: por revelación o Palabra dada expresamente por Espíritu Santo:

1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, DIJO EL ESPÍRITU SANTO: APARTADME A BERNABÉ Y A SAULO PARA LA OBRA A QUE LOS HE LLAMADO.
3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

¿Ven ustedes? Al igual que con el llamamiento de los 12 primeros apóstoles, aquí Pablo y Bernabé fueron delegados a una obra específica: “PARA LA OBRA A QUE LOS HE LLAMADO”, por lo que se explica el apostolado de Bernabé, para acompañar al Apóstol Pablo. De Bernabé se menciona mucho en pasajes previos a esta encomienda en Hechos 13:1-3. Por ejemplo:

27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. (Hechos 9:27).

22 Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.
23 Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
24 Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.
25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.
(Hechos 11:22-25)

Por estos pasajes podemos reconocer lo involucrado que estaba Bernabé en la obra del Señor, y tanto así él fue útil que hasta los apóstoles lo comisionaron o delegaron (apostolaron) para ir y apoyar convenientemente la obra que se estaba despertando con tan buen testimonio de la gracia de Dios entre los santos en Antioquía (Antioquía está ubicado al norte de la actual Siria). Sin embargo, y por lo que leemos en Hechos 13:1-3, Dios igualmente dio testimonio acerca de Bernabé, confirmándole el oficio de apóstol, al encomendarle la labor para acompañar al Apóstol Pablo.

Otra cita Bíblica que limitaría el apostolado únicamente a los 12 que el Señor llamó, incluyendo a Pablo, es 1 Corintios 15:7-8, en el contexto de cómo el apóstol sucinta la aparición del Señor Jesús, RESUCITADO, ante Sus apóstoles, y aún ante más de 500 hermanos a la vez, "de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen." (v. 6):

7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;
8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.

Miren cómo Pablo concluye aquí, en el contexto de la aparición del Señor "a todos los apóstoles", para decir "y al último de todos", ¿Todos qué?; si ligamos la declaración del versículo 8 al 7, seguramente concluimos que él se está refiriendo "a todos los apóstoles", "y al último de todos [los apóstoles],... me apareció a mí." para, otra vez, concluir que el apostolado o la delegación del Señor Jesús terminó con Pablo. Sin embargo, por lo que comprendemos a través de Hechos 13:1-3, Apocalipsis 2:2, y también por las expresiones del Apóstol Pablo en 2 Corintios 11:13: "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.", como con el caso de Apocalipsis 2:2, no se podría concluir que el régimen del apostolado terminó con el llamamiento, para este oficio, del Señor sobre Sus 12 apóstoles, incluyendo a Pablo.

Así, por lo leído en todos estos pasajes, podríamos concluir que solo hay 12 apóstoles, los que el Señor Jesús personalmente llamó y constituyó con el oficio de apóstol (incluido el Apóstol Pablo, tal como él lo declara en Gálatas 1:1, y otras cartas) e, igualmente, hay apóstoles de hombres y por hombres, constituidos y encomendados por hombres a los que, tal como hicieron los Hermanos de Éfesos (Apocalipsis 2:2), bastaría chequear si la enseñanza que ellos imparten es conforme a las enseñanzas del Apóstol Pablo, el perito y arquitecto que tuvo el privilegio para poner el Fundamento, el Cual es Jesucristo mismo, el Verbo, la Palabra.

Seguidamente, les inserto el trabajo titulado ¿ESTARÁ VIGENTE HOY EL MINISTERIO DE LOS APÓSTOLES?,  de la web Fundamento Evangelístico, para vuestra consideración y estudio sobre la materia.

La gracia de Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.

miércoles, 3 de mayo de 2017

EN ÉL

Por Kenneth E. Hagin


Una ley espiritual que pocos de nosotros comprendemos es: Nuestras confesiones nos gobiernan.
Cuando usamos la palabra confesión instintivamente pensamos en confesar el pecado. Y la Biblia ciertamente dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y para limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1: 9). Pero eso es el lado negativo de la confesión. La Biblia tiene mucho más que decir sobre el lado positivo: la confesión de nuestra fe.

ROMANOS 10: 9-10:
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Esto no se refiere a confesar el pecado. Esto es confesar a Jesús. En su corazón el hombre cree, y con su boca él confiesa que Jesús es su Señor.

PROVERBIOS 6:2
2 Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios.

Lo que nosotros decimos es nuestra confesión. Y nuestra confesión –las palabras que decimos- nos gobiernan. Jesús lo dijo.

MARCOS 11:23
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

Meditemos sobre estas palabras de Jesús un poco más, “…cualquiera que dijera… y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”

¿Sabía Jesús acerca de lo que estaba hablando? ¿O son éstas solo irresponsables palabras de un soñador? ¡No! ¡Éstas no son las palabras de un soñador! Jesús quiso decir exactamente lo que Él dijo. ¿Y qué es lo que Él dijo que usted tendrá? Él dijo que usted tendrá lo que usted diga.

Si usted realmente cree una cosa en su corazón –positiva o negativa- y usted lo declara con su boca, usted realmente lo tendrá. Jesús dijo que lo tendría. Es siempre con el corazón con que el hombre cree, y con la boca se hace confesión, cualquiera de las provisiones de Dios.

Note cómo estas dos frases de la Palabra de Dios dicen la misma cosa en diferentes palabras, “…con la boca se confiesa…” (Romanos 10:10), y “…lo que diga le será hecho.” (Marcos 11:23)

HEBREOS 4:14
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión [confesión].

La misma palabra Griega traducida profesión aquí es traducida en otra parte en la versión King James como confesión. Traducciones modernas la traducen como confesión. “Retengamos nuestra confesión”, les es dicho a los Cristianos aquí. ¿Cuál es la confesión que se nos dice que debemos retener – la confesión que debemos mantener? Es la confesión de nuestra fe en el Señor Jesucristo – la confesión de nuestra fe en el Padre Celestial – la confesión de nuestra fe en la Palabra de Dios.

La mayoría de Cristianos –aunque sinceros- son débiles. Esto es porque ellos nunca se atrevieron a confesar lo que la Palabra de Dios dice acerca de ellos. Ellos nunca se atrevieron a confesar que son lo que la Biblia dice que ellos son – que ellos son quienes la Biblia dice que son – y que ellos tienen lo que la Biblia dice tienen.

De hecho, muchos mantienen una confesión errada en lugar de aferrarse a una confesión correcta. Una confesión incorrecta es una confesión de derrota, de fracaso, y de la supremacía de satanás. Ellos siempre están hablando acerca de qué tiempo están teniendo con el diablo – qué batalla están sosteniendo – lo que están pasando – cómo el diablo les impide el éxito – manteniéndolos enfermos – manteniéndolos en esclavitud. Y mientras hablen así, según lo que Jesús dijo, eso es lo que van a tener.

Sé que la gente no lo haría si ellos realmente supieran lo que estaban haciendo, pero tal clase de confesión es una inconsciente declaración que Dios, nuestro Padre Celestial, es un fracaso.

¡Dios no es un fracasado! El fracaso no es de Dios. Cuando usted habla acerca del fracaso usted está hablando acerca de las obras del diablo. Dios no quiso que la Iglesia fuera derrotada. ¡Él dijo que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella! (Mateo 16:18).

La Fe Demanda Expresión y Testimonio

El testimonio es una parte de la vida de fe. Si usted quiere desarrollar una fe robusta – entonces continuamente diga lo que el Señor está haciendo por usted. Cuanto más hablas de ello, más real se vuelve para ti. Cuanto menos hablas de ello, menos real.

La fe es como el amor. Es del corazón, el espíritu. Y como el amor, vive y encuentra su gozo en la continua confesión de ello. En lo natural, Cuanto más marido y mujer confiesan su amor el uno por el otro, más crece.

Si usted notara cuidadosamente la vida de Jesús usted hallará que desde el principio de Su ministerio público hasta que fue llevado a la cruz, Él está siempre confesando QUIÉN ÉL ES . . . LO QUE ÉL ES . . . y SU MISIÓN EN LA VIDA.

Por ejemplo, Él dijo, “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.” (Juan 16:28). Ésta fue una confesión cuádruple. Cubre Su vida desde la Encarnación hasta la Ascensión.

Una de las confesiones más audaces que Jesús hizo fue, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). ¡Qué confesión atrevida! “Si quieres ver al Padre, mírame.” En Juan 12 está registrado que Él dijo, “. . . y el que me ve, ve al que me envió.  Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” (versículos 45-46).

Permítame decirlo otra vez. Jesús constantemente confesó QUIÉN ÉL ES . . . LO QUE ÉL ES . . . y SU MISIÓN EN LA VIDA.

“Sí,” alguien podría decir, “pero ese fue Jesús.”

Lo sé. Y la Biblia enseña que Jesús nos dejó un ejemplo y que debemos seguir Sus pasos. Usted debería estar constantemente confesando quién es usted. Oh no, no quién es físicamente – el hijo o hija de Juan Quispe quien vive en tal y tal calle. ¡No! Pero quién es usted en relación a la Palabra de Dios. Esa es la confesión a la que debemos aferrarnos.

1 JUAN 3:1, 2
1  Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; . . .

2 Amados, ahora somos hijos de Dios, . . .

ROMANOS 8:14, 16-17
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, . . .

¡Nosotros somos hijos de Dios! ¡Hijos de Dios! ¡Nosotros somos herederos de Dios – coherederos con Cristo! Confesamos alegremente nuestra relación con Dios. ¿Y en qué manera estamos relacionados a Dios? Hemos nacido de Dios. Hijos de Dios. Él es nuestro propio Padre. Nosotros somos Sus propios hijos. ¡Nos atrevemos a tomar nuestro lugar como hijos e hijas de Dios y confesamos que eso es quién nosotros somos!

DESCUBRA LO QUE LA PALABRA DE DIOS DICE ACERCA DE USTED Y HAGA ESO SU CONFESIÓN

La gente me pregunta a menudo sobre el estudio de la Biblia. Aunque tengo muchas sugerencias, aquí está la que presento sobre todas las demás en todas partes que voy.

Como un Cristiano, como un creyente, leo a través del Nuevo Testamento – ante todo las Epístolas [Cartas]. (Las Epístolas, usted ve, son las cartas escritas para usted el creyente. Éstas están escritas para la iglesia.) mientras usted lee, vea por todas las expresiones tales como, “en Cristo,” “en Él,” “en Quién,” “a través de Quién,” etc. Con un lápiz de color subraye estas expresiones. Usted encontrará aproximadamente 140 de tales expresiones, muchas de éstas en las Epístolas [Cartas]. Algunas de éstas, sin embargo, no le dicen exactamente algo que tiene "en Cristo”. Por ejemplo, el saludo de Pablo en una Epístola es, “Yo te saludo en el nombre del Señor Jesucristo.” Esto tiene la expresión “en Cristo” pero no le dice nada que sea suyo porque usted está “en Cristo”.

Usted también hallará otras escrituras que transmiten el mismo mensaje, pero no usan las frases específicas, “en Él”, etc. Sin embargo, le dicen quién es usted, o qué es usted o qué tiene usted, porque usted está “en Cristo”.

Ahora, cuando usted encuentre estas escrituras – escríbalas. Luego medite en ellas. Empiece por confesarlas. Empiece a decir con su boca, “Éste es quién yo soy, y éste es lo que yo soy, y éste es lo que yo tengo, en Cristo”.

Porque, como ve, la confesión de la fe crea realidades. En lo que a Dios concierne todo lo que usted tiene o es "en Cristo" es así. Él lo ha hecho. Todo lo que la Biblia dice que es nuestro, es nuestro legalmente. La Biblia es un documento legal, sellado por la sangre de Jesús. Sin embargo, es su creerlo y confesarlo que lo hace realidad para usted. ¡Dios quiere que disfrutemos y conozcamos la realidad de lo que Él ha provisto para nosotros – y Su Palabra nos dice cómo hacerlo!

Como un ejemplo, nosotros vemos que Dios ha provisto el nuevo nacimiento para nosotros. Y Su Palabra nos dice cómo la salvación se hizo real para nosotros. Aunque a veces hablamos así, "Dios me salvó así y así la última anoche", nosotros sabemos que desde el punto de vista de Dios Él no solamente salvó a esa persona la noche anterior. Él le salvó cuando Jesús fue levantado de los muertos. El hombre solo aceptó su salvación la “última noche” y la redención que Dios había provisto casi 2000 años antes llegó a ser una realidad para él.

HEBREOS 9:12
12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

Jesús nunca tiene que hacerlo de nuevo. Él ya lo ha hecho. La provisión ha sido hecha. Y Romanos 10:10 nos dice cómo nosotros obtenemos la realidad de la salvación en nuestras vidas individuales.

ROMANOS 10:10
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Es siempre con el corazón que el hombre cree – y con su boca él hace su confesión. Cuando usted cree una cosa en su corazón y lo confiesa con su boca – luego llega a ser real para usted. La confesión de fe crea realidades.

Al leer algunos de los "en Cristo", "en Él", "en Quien", etc., en las escrituras, no parecerán reales para usted. Puede que no parezca como si realmente tuviera lo que estas escrituras dicen que tiene en Él. Pero, si usted empieza a confesar con su boca, porque usted sí cree la Palabra de Dios en su corazón, “Esto es mío. Esto es quién yo soy. Esto es lo que yo tengo en Él”, luego llegará a ser realidad para usted. Ya es una realidad en el reino espiritual. Pero queremos que sea real en este reino físico donde vivimos en la carne. Así recuerde, mientras usted encuentre estas escrituras:

1.    Subraye cada escritura.
2.    Escríbalas al pie.
3.    Medite en ello.
4.    Haga una confesión de ello.
5.    Empiece a decirlo con su boca.

PARTE II

REALIDADES EN ÉL

La Gran Confesión

ROMANOS 10:9-10
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Confesión: Yo creo en mi corazón que Jesús es el Hijo de Dios. Yo creo que Él fue resucitado de la muerte para mi justificación. Yo Le confieso como mi Señor y Salvador. Jesús es mi Señor. Él está dominando mi vida. Él está conduciéndome. Él está guiándome.

Por supuesto, la primera confesión que nosotros debemos hacer es de Jesús como nuestro Señor. Siendo nacidos de nuevo, llegando a ser hijos de Dios, es la clave que desbloquea todas las provisiones y promesas de Dios para nosotros.

Esta confesión cambia nuestro señorío [por Su Señorío]. Define nuestra posición. La confesión del Señorío de Jesús inmediatamente nos coloca bajo el cuidado, bajo la protección del Señor Jesucristo. Él es nuestro Pastor. Le hemos confesado como Señor así podemos ir un paso más allá y confesarlo como Pastor. El Salmo 23 ahora nos pertenece. Jesús dijo, “Yo soy el buen Pastor . . .” (Juan 10:14).

A veces me despierto por la mañana confesando, “El Señor es mi Pastor. Yo no quiero. No quiero tener habilidad. No quiero fuerza. No quiero dinero. No quiero nada. El Señor es mi Pastor [nada me faltará]”.

. . .

HECHOS 17:28
28 Porque EN ÉL vivimos, y nos movemos, y somos; …

Confesión: ¡En Él yo vivo . . . me muevo . . . y soy! ¡Qué gran depósito de poder! ¡En Cristo mi Salvador y Señor yo tengo Vida! . . . ¡Energía! . . . ¡Fuerzas para las tareas imposibles!

. . .

JUAN 15:5ª, 7
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; . . .
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Confesión: Yo habito en Él. Vivo en Él. Él es la vid – yo soy el pámpano. La Vid está en el pámpano – y el pámpano está en la Vid. Su Vida – la Vida de Dios – está en mí. Su naturaleza – la naturaleza de Amor – está en mí. Así como la sangre fluye a través del cuerpo natural, Su Vida fluye a través de mi ser interior. Yo permitiré que esa Vida y Amor me dominen.

Cuando uno es nacido de nuevo él entra en Cristo. Esa es la única manera que usted puede entrar “en Él”. Pero luego Jesús dijo, “. . . si mis palabras permanecen en vosotros . . .” Permanecer significa vivir. Su Palabra vive en mí en la medida en que la practico. Muchos Cristianos nacen de nuevo, y están en Él, pero Su Palabra no está permaneciendo en ellos. Por ello es que sus oraciones no funcionan. La Palabra permanece en mí en la medida que la practico. Yo pudiera memorizarla, apuntarla, o aun predicarla, sin que viva en mí. Esa Palabra vive en mí solamente en la medida que la practico. Yo dejo que esa Palabra tenga curso libre en mí – enseñándome – gobernándome – dominándome. Yo permito que el mensaje de esa Palabra tome el lugar en mi vida. Yo sería Cristo si Él estuviera aquí en la carne.

2 CORINTIOS 5:17
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Confesión: Yo soy una nueva criatura en Cristo Jesús. Yo soy una nueva creación estando . . . con la Vida de Dios . . . la naturaleza de Dios . . . y la habilidad de Dios en mí.

Un Cristiano no es renovado como lo es una alfombra. Él es una nueva criatura. Él no es solo un acabado. Él es una nueva creación – algo que antes jamás existió. Una traducción se lee, “él es una nueva especie”.

El Cristiano, en el nuevo nacimiento, no tiene un nuevo cuerpo físico – aunque algún día lo tendrá. Es el hombre por dentro quién es una nueva creación. El viejo hombre quién acostumbró estar allí se ha ido. El hombre interior es el real usted. (Vea 2 Corintios 4:16). Y el hombre interior, el hombre real, es una nueva creación. Él toma la misma Vida y Naturaleza de Dios. Aférrese a su confesión que usted es una nueva criatura. Entonces el nuevo hombre en el interior se manifestará en el exterior a través de la carne. Aprenda a permitir a este nuevo hombre en el interior dominar al hombre exterior.

Dios está mirando a ese nuevo hombre en Cristo cuando Él nos mira. Y nosotros miramos mucho mejor en Cristo que cuando estuvimos fuera de Él. Nosotros no podemos vernos en Cristo. ¡Nos miramos desde el punto de vista natural – pero Dios nos mira en Él!

. . .

EFESIOS 2:10
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús …

CONFESIÓN: Yo soy Su hechura. Él me hizo una nueva creación.

Nosotros no podemos hacernos a nosotros mismos nuevas criaturas – Él sí. Nosotros somos Su hechura. Y es mejor que tenga cuidado de cómo habla de Su hechura. Sea cuidadoso para decir la misma cosa acerca de Su hechura que Él lo dice en Su Palabra. Sea cuidadoso de no blasfemar o burlarse de Dios al decir, “Oh, yo soy tan pobre, débil e indigno. Yo nunca llegaré a nada.” Él nunca le hizo a usted esa clase de nueva criatura. ÉL LE HIZO UNA NUEVA CRIATURA DIGNA. ÉL LE HIZO UNA NUEVA CRIATURA QUIÉN PODRÍA PARARSE EN SU PRESENCIA COMO SI NUNCA HUBIERA COMETIDO PECADO ALGUNO. ÉL LE HIZO UNA NUEVA Y JUSTA CRIATURA. Empiece diciendo quién usted realmente es – en lugar de quién usted piensa que usted es.

2 CORINTIOS 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Confesión: Yo soy la justicia de Dios en Cristo. Mi posición con Dios es segura. Mis oraciones pueden mucho. (Vea Santiago 5:16).

Nosotros sin temor declaramos que Dios nos ha hecho justos. Nosotros no lo hicimos. Dios lo hizo. Justicia significa estar de pie con Dios. Jesús Quién es justo llegó a ser nuestra justicia. Por consiguiente nosotros podemos permanecer en la Presencia de Dios como si nunca hubiéramos hecho mal alguno. Podemos permanecer en la Presencia de Dios sin una sensación de condenación o complejo de inferioridad espiritual.

. . .


ROMANOS 8:1
1  Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús . . .

Confesión: Porque yo estoy en Cristo Jesús, AHORA MISMO, tiempo presente, no hay ningún sentimiento de condenación sobre mí.

. . .

1 CORINTIOS 1:30
30 Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

Confesión: Jesucristo, mi Señor, es mi sabiduría. Él es mi justicia. Él es mi santificación. Él es mi redención.

. . .

ROMANOS 5:17
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida POR UNO SOLO, JESUCRISTO, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

Confesión: Yo he recibido abundancia de gracia y el don de la justicia. Yo reino como un rey en mi dominio en esta vida a través de Jesucristo.

En la versión amplificada se lee aquí, “. . . reinarán como reyes en vida a través de Uno, Jesucristo . . .” ¿Dónde vamos a reinar como reyes? En vida. En esta vida. ¿Cómo? Por Jesucristo. El Apóstol Pablo usó esta ilustración porque ellos tuvieron reyes en el tiempo en el cual él vivió. En aquellos días el rey reinaba sobre su dominio particular. Su palabra era la autoridad final. Cualquiera cosa que él dijo, fue. Él reinaba. Y la Palabra dice que nosotros reinaremos en vida por Jesucristo.

. . .

EN QUIEN TENEMOS REDENCIÓN

COLOSENSES 1:13-14
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 EN QUIEN tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

EFESIOS 1:7
7 EN QUIEN tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

“En quién tenemos redención . . .” Cuán agradecidos podemos estar de que no estamos tratando de conseguirlo. ¡Ya lo tenemos! Ahora estamos libres de la potestad de las tinieblas, del poder de satanás. Por virtud del nuevo nacimiento hemos sido libertados fuera del reino de las tinieblas, y trasladados dentro del reino de Su amado Hijo. Podemos vencer al diablo sin importar dónde lo encontremos o cual sea la prueba. El dominio de satanás terminó y el dominio de Jesús empezó en nuestras vidas en el momento que aceptamos a Jesús como Señor y fuimos nacidos de nuevo. Gálatas 3:13 nos dice eso, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”. ¡Hemos sido redimidos de la maldición de la ley! ¿Cuál es la maldición de la ley? Regrese a los primeros cinco libros de la Biblia y vea – especialmente la última mitad del capítulo 28 de Deuteronomio. En Cristo, estamos redimidos de la maldición de la ley – que es triple: pobreza, enfermedad, y la segunda muerte – ¡y las bendiciones de Abraham son nuestras! (Vea Gálatas 3:14 y la primera mitad del capítulo 28 de Deuteronomio). ¡El dominio de satanás sobre nosotros como nuevas criaturas en Cristo ha terminado. ¡Jesús es nuestro Señor!

. . .

1 PEDRO 2:24
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

MATEO 8:17
17 . . . EL MISMO tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Confesión: ¡Por Sus heridas yo fui sanado! La Palabra de Dios me dice que yo fui sanado casi 2000 años atrás por Sus heridas. Si yo fui sanado entonces yo estoy sanado. La sanidad me pertenece porque yo estoy en Cristo.

El Apóstol Pedro mirando hacia atrás al sacrificio en el Calvario dijo, “por cuya herida fuisteis sanados.” No vamos a ser, sino fuimos. Dios recuerda cuando puso sobre Jesús no sólo las iniquidades y los pecados de todos nosotros, sino también nuestras dolencias y enfermedades. Jesús recuerda que Él los llevó por nosotros. Por lo tanto, el Espíritu Santo inspiró al Apóstol Pedro para escribir, “. . . por cuya herida fuisteis sanados.” Esto nos pertenece porque nosotros estamos en Cristo. Él lo proveyó para nosotros. Confiese que Cristo es su redentor. Confiese que usted está redimido. Confiese que satanás ya no tiene más dominio sobre usted – y aférrese a esa confesión. Usted ha sido libertado del reino de las tinieblas. Rechace permitir el dominio de satanás sobre usted. No acepte la enfermedad – rechácelo.

. . .

ROMANOS 8:2
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Confesión: La ley de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y la muerte.

El Dr. John G. Lake fue un misionero en África por muchos años del moderno movimiento del Evangelio Completo. La mortal peste bubónica estalló en su área – cientos murieron. Él cuidó de los enfermos y enterró a los muertos. Finalmente, los Británicos enviaron un barco con apoyo y un cuerpo de doctores. Los doctores enviaron por Lake para que subiera abordo y le preguntaron, “¿Qué ha estado usted usando para protegerse a sí mismo?”

“Señores,” Lake respondió, “Yo creo la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y la muerte. Y mientras  yo camine en la luz de esa ley de Vida, ningún germen se conectará a mí.”

“¿No cree que debería usar nuestros preventivos [medicamentos profilácticos]?”, preguntó el médico.

“No,” Lake respondió, “pero doctor yo pienso que usted gustaría experimentar conmigo. Si usted lo desea vaya a una de estas personas muertas y tome la espuma que sale de sus pulmones después de muerto, luego póngalo bajo el microscopio y usted verá masas de gérmenes vivos. Usted encontrará que éstos están vivos hasta un razonable tiempo luego que un hombre he muerto. Usted puede llenar mi mano con ellos y yo lo mantendré bajo el microscopio, y en lugar que estos gérmenes permanezcan vivos, morirán instantáneamente.”

Los doctores estuvieron de acuerdo. Ellos hicieron el experimento y fue verdad. Cuando ellos expresaron su asombro por lo que había causado eso Lake les dijo, “Eso es la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús.”

. . .

SANTIAGO 4:7
7 . . . resistid al diablo, y huirá de vosotros.

“Usted” es el sujeto comprendido de esta oración. Usted resista al diablo y él huirá de usted. Él huirá de usted como aterrorizado. Dios ya ha hecho todo lo que Él va a hacer al respecto. Él envió a Jesús y Jesús resucitó victorioso sobre el diablo. Él lo derrotó por usted. Y ahora es vuestro turno para hacer algo al respecto. Usted lo puede porque usted está “in Él.” Oh, el diablo no tiene miedo tanto miedo de usted como individuo. Pero cuando usted descubre lo que sus derechos y privilegios son en Cristo . . . cuando usted descubre que el Nombre de Jesús le pertenece . . . cuando él sabe que usted ha aprendido lo que ese Nombre hará . . . luego él huirá de usted como si estuviera aterrorizado.

. . .

1 JUAN 4:4
4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Confesión: Porque estoy en Cristo, el Mayor vive en mí. Él es mayor que el diablo. Mayor que la enfermedad. Mayor que las circunstancias. ¡Y Él vive en mí!

No solo somos nacidos de Dios, y participantes de Su amor, pero tenemos morando dentro de nosotros al Espíritu de Él Quién resucitó a Jesús de la muerte. Usted pudiera estar afrontando algunos problemas que parecieran imposibles. En vez de hablar de lo imposible que es, mire a Él Quién está dentro de usted y diga, “Dios está en mí ahora.” Su confesión de fe Le causará obrar a su favor. Él se levantará en usted y le dará éxito. El Maestro de la Creación está en usted.

. . .

ROMANOS 8:37
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Confesión: ¡Soy un conquistador!

Si la Palabra de Dios nos hubiera dicho que éramos conquistadores habría sido suficiente – pero nos dice que somos MÁS QUE VENCEDORES POR MEDIO DE ÉL. En lugar de decir, “Soy un derrotado,” levántese y diga lo que la Biblia dice acerca de usted. Diga, “¡Soy un conquistador!” Pueda que no le parezca que usted es un conquistador – pero su confesión de ello, por lo que ve en la Palabra de Dios, creará la realidad de ello en su vida. Tarde o temprano usted se convertirá en lo que usted confiesa. Usted no tendrá miedo de ninguna circunstancia. Usted no tendrá miedo de ninguna enfermedad. Usted no tendrá miedo de ninguna condición. ¡Usted enfrentará la vida sin temor, un conquistador!

. . .

FILIPENSES 4:13
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Confesión: Por medio de Cristo, mi Señor, yo puedo todas las cosas. Él me fortalece. Yo no puedo ser conquistado. Yo no puedo ser derrotado. Yo si puedo todas las cosas por medio de Él.

El razonamiento humano carnal y natural nos limitaría a nuestra propia capacidad. Miramos a las circunstancias, los problemas, las pruebas y las tormentas y decimos que no podemos. El lenguaje de la duda, la carne, y de los sentidos es, “Yo no puedo. Yo no tengo habilidad, la oportunidad, o las fuerzas. Estoy limitado.” Pero el lenguaje de la fe dice, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” La Fuerza de Dios es nuestra. Nosotros no confiamos en nuestras propias fuerzas – la Biblia no dice nada acerca de que nosotros somos fuertes en nosotros mismos. Dice que Dios es nuestra fuerza.

. . .

GÁLATAS 2:20
20 CON CRISTO estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Confesión: Yo estoy crucificado con Cristo. Yo no tengo que tratar de hacerlo. Yo ya estoy crucificado con Cristo. ¡Sin embargo vivo! ¡Y Cristo vive en mí!

COLOSENSES 1:26-27
26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es CRISTO EN VOSOTROS, la esperanza de gloria,

¡Cristo vive en mí!

EFESIOS 2:1, 4-6
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente CON CRISTO (por gracia sois salvos),

6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales CON CRISTO JESÚS,

Confesión: Yo fui crucificado con Cristo. Cuando Él fue vivificado y traído vuelto a vida – Yo fui vivificado con Él. Yo fui resucitado juntamente con Él y se me hizo sentar juntamente con Él en lugares celestiales. Hoy, posicionalmente, yo estoy sentado con Cristo en lugares celestiales.

. . .

FILIPENSES 4:19
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Confesión: ¡Todas mis necesidades son suplidas!

. . .

EFESIOS 1:3
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales EN CRISTO,

Note que no dice que Él va a bendecirnos con algo – ¡sino que Él ya lo ha hecho! Esto significa que en Cristo Jesús, desde el tiempo que usted ha nacido de nuevo hasta que salga hacia la Eternidad, Él ya ha hecho provisión para usted. Todo lo que usted necesita, es con lo que Él lo ha bendecido. Es suyo. En la mente de Dios es suyo. ¡Encuentre Su provisión para Sus hijos en Su Palabra y haga que lleguen a ser una realidad in vuestra vida en Cristo –confesándolo con su boca- para la gloria de Dios el Padre!

EN CRISTO


Romanos 3:24
Romanos 8:1
Romanos 8:2
Romanos 12:5
1 Corintios 1:2
1 Corintios 1:30
1 Corintios 15:22
2 Corintios 1:21
2 Corintios 2:14
2 Corintios 3:14
2 Corintios 5:17
2 Corintios 5:19
Gálatas 2:4
Gálatas 3:26
Gálatas 3:28
Gálatas 5:6
Gálatas 6:15
Efesios 1:3
Efesios 1:10
Efesios 2:6
Efesios 2:10
Efesios 2:13
Efesios 3:6
Filipenses 3:13, 14
Colosenses 1:28
1 Tesalonicenses 4:16
1Tesalonicenses 5:18
1 Timoteo 1:14
2 Timoteo 1:9
2 Timoteo 1:13
2 Timoteo 2:1
2 Timoteo 2:10
2 Timoteo 3:15
Filemón 1:6
2 Pedro 1:8
2 Juan 1:9



EN ÉL


Hechos 17:28
Juan 1:4
Juan 3:15, 16
2 Corintios 1:20
2 Corintios 5:21
Efesios 1:4
Efesios 1:10
Filipenses 3:9
Colosenses 2:6
Colosenses 2:7
Colosenses 2:10
1 Juan 2:5
1 Juan 2:6
1 Juan 2:8
1 Juan 2:27
1 Juan 2:28
1 Juan 3:3
1 Juan 3:5
1 Juan 3:6
1 Juan 3:24
1 Juan 4:13
1 Juan 5:14, 15
1 Juan 5:20



EN EL AMADO
Efesios 1:6

EN EL SEÑOR


Efesios 5:87
Efesios 6:10



EN QUIÉN


Efesios 1:7
Efesios 1:11
Efesios 1:13
Efesios 2:21
Efesios 2:22
Efesios 3:12
Colosenses 1:14
Colosenses 2:3
Colosenses 2:11
1 Pedro 1:8




POR CRISTO


Romanos 3:22
Romanos 5:15
Romanos 5:17-19
Romanos 7:4
1 Corintios 1:4
2 Corintios 5:18
Gálatas 2:16
Efesios 1:5
Filipenses 1:11
Filipenses 4:19
1 Pedro 1:3
1 Pedro 2:5
1 Pedro 5:10



POR ÉL


1 Corintios 1:5
1 Corintios 8:6
Colosenses 1:16
Colosenses 1:7
Colosenses 1:20
Colosenses 3:17
Hebreos 7:25
Hebreos 13:15
1 Pedro 1:21



POR ÉL MISMO


Hebreos 1:3
Hebreos 9:26



POR SU SANGRE


Hebreos 9:11, 12
Hebreos 9:14, 15
Hebreos 10:19. 20
1 Juan 1:7



POR QUIÉN


Romanos 5:2
Romanos 5:11
Gálatas 6:14



DE QUIÉN


Efesios 4:16
Colosenses 2:19



DE CRISTO


2 Corintios 2:15
Colosenses 2:17
Colosenses 3:24
Filipenses 3:12



DE ÉL


1 Juan 1:5
1 Juan 2:27



MEDIANTE CRISTO


Romanos 5:1
Romanos 5:11
Romanos 6:11
Romanos 6:23
1 Corintios 15:57
Gálatas 3:13-14
Gálatas 4:7
Efesios 2:7
Filipenses 4:6, 7
Filipenses 4:13
Hebreos 10:10
Hebreos 13:20-21



MEDIANTE ÉL


Juan 3:17
Romanos 5:9
Romanos 8:37
1 Juan 4:9



CON CRISTO


Romanos 6:8
Gálatas 2:20
Efesios 2:5
Colosenses 2:20
Colosenses 3:1
Colosenses 3:3



CON ÉL


Romanos 6:4
Romanos 6:6
Romanos 6:8
Romanos 8:32
2 Corintios 13:4
Colosenses 2:12
Colosenses 2:13-15
Colosenses 3:4
2 Timoteo 2:11-12



POR MÍ


Juan 6:57
Juan 14:6



EN MÍ


Juan 6:56
Juan 14:20
Juan 15:4, 5
Juan 15:7, 8
Juan 167:33



EN MI AMOR
Juan 15:9

EN SU NOMBRE


Mateo 18:20
Marcos 16:17, 18
Juan 14:13, 14
Juan 16:23, 24
1 Corintios 6:11



Estos versículos no usan específicamente la frase EN ÉL, en Quién, etc., pero ellos trasmiten el mensaje de quién usted es, o lo que usted es, o lo que usted tiene POR CAUSA DE CRISTO. (Una lista parcial solamente).



Mateo 8:17
Mateo 11:28-30
Mateo 18:11
Mateo 18:18-20
Mateo 28:18-20
Marcos 1:8
Marcos 9:23
Marcos 11:23, 24
Lucas 10:19
Juan 4:14
Juan 6:40
Juan 10:10
Juan 14:12
Juan 14:23
Juan 17:23
Gálatas 3.29
Gálatas 5:1
Filipenses 2:5
Filipenses 2:13
Colosenses 1:13
Colosenses 1:26-27
Tito 2:14
Tito 3:7
Hebreos 2:9-11
Hebreos 2:14, 15
Hebreos 2:18
Hebreos 4:14-16
Hebreos 7:19, 22
Hebreos 8:6
Hebreos 9:24
Hebreos 9:28
Hebreos 10:14
Hebreos 13:5b, 6
Hebreos 13:8
Santiago 4:7
1 Pedro 2:9
1 Pedro 2:21
1 Pedro 3:18
1 Pedro 5:7
1 Juan 1:9
1 Juan 2:1
1 Juan 3:2
1 Juan 3:14
1 Juan 4:4
1 Juan 4:10
1 Juan 4:15
1 Juan 5:1, 4-5
1 Juan 5:11, 12
Apocalipsis 1:5, 6



Una Oración del Pecador Para recibir a Jesús como Salvador

Amado Padre Celestial.
Yo vengo a Ti en el Nombre de Jesús.
Tu Palabra dice, “. . . al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Así que yo sé que Usted no me echará fuera, sino que Usted me recibirá. Y yo le agradezco por ello.

Usted dice en Su Palabra, “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo . . . porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:9, 13).
Yo creo en mi corazón que Jesús es el Hijo de Dios. Yo creo que Él fue levantado de la muerte para mi justificación. Yo estoy invocando Su Nombre – el Nombre de Jesús – así que yo sé, Padre, que usted me salva ahora.

Su Palabra dice que, “. . . con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10).
Yo sí creo con mi corazón, y confieso a Jesús ahora como mi Señor. ¡Por lo tanto, soy salvo! ¡Gracias, Padre!

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