miércoles, 3 de mayo de 2017

EN ÉL

Por Kenneth E. Hagin


Una ley espiritual que pocos de nosotros comprendemos es: Nuestras confesiones nos gobiernan.
Cuando usamos la palabra confesión instintivamente pensamos en confesar el pecado. Y la Biblia ciertamente dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y para limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1: 9). Pero eso es el lado negativo de la confesión. La Biblia tiene mucho más que decir sobre el lado positivo: la confesión de nuestra fe.

ROMANOS 10: 9-10:
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Esto no se refiere a confesar el pecado. Esto es confesar a Jesús. En su corazón el hombre cree, y con su boca él confiesa que Jesús es su Señor.

PROVERBIOS 6:2
2 Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios.

Lo que nosotros decimos es nuestra confesión. Y nuestra confesión –las palabras que decimos- nos gobiernan. Jesús lo dijo.

MARCOS 11:23
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

Meditemos sobre estas palabras de Jesús un poco más, “…cualquiera que dijera… y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”

¿Sabía Jesús acerca de lo que estaba hablando? ¿O son éstas solo irresponsables palabras de un soñador? ¡No! ¡Éstas no son las palabras de un soñador! Jesús quiso decir exactamente lo que Él dijo. ¿Y qué es lo que Él dijo que usted tendrá? Él dijo que usted tendrá lo que usted diga.

Si usted realmente cree una cosa en su corazón –positiva o negativa- y usted lo declara con su boca, usted realmente lo tendrá. Jesús dijo que lo tendría. Es siempre con el corazón con que el hombre cree, y con la boca se hace confesión, cualquiera de las provisiones de Dios.

Note cómo estas dos frases de la Palabra de Dios dicen la misma cosa en diferentes palabras, “…con la boca se confiesa…” (Romanos 10:10), y “…lo que diga le será hecho.” (Marcos 11:23)

HEBREOS 4:14
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión [confesión].

La misma palabra Griega traducida profesión aquí es traducida en otra parte en la versión King James como confesión. Traducciones modernas la traducen como confesión. “Retengamos nuestra confesión”, les es dicho a los Cristianos aquí. ¿Cuál es la confesión que se nos dice que debemos retener – la confesión que debemos mantener? Es la confesión de nuestra fe en el Señor Jesucristo – la confesión de nuestra fe en el Padre Celestial – la confesión de nuestra fe en la Palabra de Dios.

La mayoría de Cristianos –aunque sinceros- son débiles. Esto es porque ellos nunca se atrevieron a confesar lo que la Palabra de Dios dice acerca de ellos. Ellos nunca se atrevieron a confesar que son lo que la Biblia dice que ellos son – que ellos son quienes la Biblia dice que son – y que ellos tienen lo que la Biblia dice tienen.

De hecho, muchos mantienen una confesión errada en lugar de aferrarse a una confesión correcta. Una confesión incorrecta es una confesión de derrota, de fracaso, y de la supremacía de satanás. Ellos siempre están hablando acerca de qué tiempo están teniendo con el diablo – qué batalla están sosteniendo – lo que están pasando – cómo el diablo les impide el éxito – manteniéndolos enfermos – manteniéndolos en esclavitud. Y mientras hablen así, según lo que Jesús dijo, eso es lo que van a tener.

Sé que la gente no lo haría si ellos realmente supieran lo que estaban haciendo, pero tal clase de confesión es una inconsciente declaración que Dios, nuestro Padre Celestial, es un fracaso.

¡Dios no es un fracasado! El fracaso no es de Dios. Cuando usted habla acerca del fracaso usted está hablando acerca de las obras del diablo. Dios no quiso que la Iglesia fuera derrotada. ¡Él dijo que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella! (Mateo 16:18).

La Fe Demanda Expresión y Testimonio

El testimonio es una parte de la vida de fe. Si usted quiere desarrollar una fe robusta – entonces continuamente diga lo que el Señor está haciendo por usted. Cuanto más hablas de ello, más real se vuelve para ti. Cuanto menos hablas de ello, menos real.

La fe es como el amor. Es del corazón, el espíritu. Y como el amor, vive y encuentra su gozo en la continua confesión de ello. En lo natural, Cuanto más marido y mujer confiesan su amor el uno por el otro, más crece.

Si usted notara cuidadosamente la vida de Jesús usted hallará que desde el principio de Su ministerio público hasta que fue llevado a la cruz, Él está siempre confesando QUIÉN ÉL ES . . . LO QUE ÉL ES . . . y SU MISIÓN EN LA VIDA.

Por ejemplo, Él dijo, “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.” (Juan 16:28). Ésta fue una confesión cuádruple. Cubre Su vida desde la Encarnación hasta la Ascensión.

Una de las confesiones más audaces que Jesús hizo fue, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). ¡Qué confesión atrevida! “Si quieres ver al Padre, mírame.” En Juan 12 está registrado que Él dijo, “. . . y el que me ve, ve al que me envió.  Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” (versículos 45-46).

Permítame decirlo otra vez. Jesús constantemente confesó QUIÉN ÉL ES . . . LO QUE ÉL ES . . . y SU MISIÓN EN LA VIDA.

“Sí,” alguien podría decir, “pero ese fue Jesús.”

Lo sé. Y la Biblia enseña que Jesús nos dejó un ejemplo y que debemos seguir Sus pasos. Usted debería estar constantemente confesando quién es usted. Oh no, no quién es físicamente – el hijo o hija de Juan Quispe quien vive en tal y tal calle. ¡No! Pero quién es usted en relación a la Palabra de Dios. Esa es la confesión a la que debemos aferrarnos.

1 JUAN 3:1, 2
1  Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; . . .

2 Amados, ahora somos hijos de Dios, . . .

ROMANOS 8:14, 16-17
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, . . .

¡Nosotros somos hijos de Dios! ¡Hijos de Dios! ¡Nosotros somos herederos de Dios – coherederos con Cristo! Confesamos alegremente nuestra relación con Dios. ¿Y en qué manera estamos relacionados a Dios? Hemos nacido de Dios. Hijos de Dios. Él es nuestro propio Padre. Nosotros somos Sus propios hijos. ¡Nos atrevemos a tomar nuestro lugar como hijos e hijas de Dios y confesamos que eso es quién nosotros somos!

DESCUBRA LO QUE LA PALABRA DE DIOS DICE ACERCA DE USTED Y HAGA ESO SU CONFESIÓN

La gente me pregunta a menudo sobre el estudio de la Biblia. Aunque tengo muchas sugerencias, aquí está la que presento sobre todas las demás en todas partes que voy.

Como un Cristiano, como un creyente, leo a través del Nuevo Testamento – ante todo las Epístolas [Cartas]. (Las Epístolas, usted ve, son las cartas escritas para usted el creyente. Éstas están escritas para la iglesia.) mientras usted lee, vea por todas las expresiones tales como, “en Cristo,” “en Él,” “en Quién,” “a través de Quién,” etc. Con un lápiz de color subraye estas expresiones. Usted encontrará aproximadamente 140 de tales expresiones, muchas de éstas en las Epístolas [Cartas]. Algunas de éstas, sin embargo, no le dicen exactamente algo que tiene "en Cristo”. Por ejemplo, el saludo de Pablo en una Epístola es, “Yo te saludo en el nombre del Señor Jesucristo.” Esto tiene la expresión “en Cristo” pero no le dice nada que sea suyo porque usted está “en Cristo”.

Usted también hallará otras escrituras que transmiten el mismo mensaje, pero no usan las frases específicas, “en Él”, etc. Sin embargo, le dicen quién es usted, o qué es usted o qué tiene usted, porque usted está “en Cristo”.

Ahora, cuando usted encuentre estas escrituras – escríbalas. Luego medite en ellas. Empiece por confesarlas. Empiece a decir con su boca, “Éste es quién yo soy, y éste es lo que yo soy, y éste es lo que yo tengo, en Cristo”.

Porque, como ve, la confesión de la fe crea realidades. En lo que a Dios concierne todo lo que usted tiene o es "en Cristo" es así. Él lo ha hecho. Todo lo que la Biblia dice que es nuestro, es nuestro legalmente. La Biblia es un documento legal, sellado por la sangre de Jesús. Sin embargo, es su creerlo y confesarlo que lo hace realidad para usted. ¡Dios quiere que disfrutemos y conozcamos la realidad de lo que Él ha provisto para nosotros – y Su Palabra nos dice cómo hacerlo!

Como un ejemplo, nosotros vemos que Dios ha provisto el nuevo nacimiento para nosotros. Y Su Palabra nos dice cómo la salvación se hizo real para nosotros. Aunque a veces hablamos así, "Dios me salvó así y así la última anoche", nosotros sabemos que desde el punto de vista de Dios Él no solamente salvó a esa persona la noche anterior. Él le salvó cuando Jesús fue levantado de los muertos. El hombre solo aceptó su salvación la “última noche” y la redención que Dios había provisto casi 2000 años antes llegó a ser una realidad para él.

HEBREOS 9:12
12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

Jesús nunca tiene que hacerlo de nuevo. Él ya lo ha hecho. La provisión ha sido hecha. Y Romanos 10:10 nos dice cómo nosotros obtenemos la realidad de la salvación en nuestras vidas individuales.

ROMANOS 10:10
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Es siempre con el corazón que el hombre cree – y con su boca él hace su confesión. Cuando usted cree una cosa en su corazón y lo confiesa con su boca – luego llega a ser real para usted. La confesión de fe crea realidades.

Al leer algunos de los "en Cristo", "en Él", "en Quien", etc., en las escrituras, no parecerán reales para usted. Puede que no parezca como si realmente tuviera lo que estas escrituras dicen que tiene en Él. Pero, si usted empieza a confesar con su boca, porque usted sí cree la Palabra de Dios en su corazón, “Esto es mío. Esto es quién yo soy. Esto es lo que yo tengo en Él”, luego llegará a ser realidad para usted. Ya es una realidad en el reino espiritual. Pero queremos que sea real en este reino físico donde vivimos en la carne. Así recuerde, mientras usted encuentre estas escrituras:

1.    Subraye cada escritura.
2.    Escríbalas al pie.
3.    Medite en ello.
4.    Haga una confesión de ello.
5.    Empiece a decirlo con su boca.

PARTE II

REALIDADES EN ÉL

La Gran Confesión

ROMANOS 10:9-10
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Confesión: Yo creo en mi corazón que Jesús es el Hijo de Dios. Yo creo que Él fue resucitado de la muerte para mi justificación. Yo Le confieso como mi Señor y Salvador. Jesús es mi Señor. Él está dominando mi vida. Él está conduciéndome. Él está guiándome.

Por supuesto, la primera confesión que nosotros debemos hacer es de Jesús como nuestro Señor. Siendo nacidos de nuevo, llegando a ser hijos de Dios, es la clave que desbloquea todas las provisiones y promesas de Dios para nosotros.

Esta confesión cambia nuestro señorío [por Su Señorío]. Define nuestra posición. La confesión del Señorío de Jesús inmediatamente nos coloca bajo el cuidado, bajo la protección del Señor Jesucristo. Él es nuestro Pastor. Le hemos confesado como Señor así podemos ir un paso más allá y confesarlo como Pastor. El Salmo 23 ahora nos pertenece. Jesús dijo, “Yo soy el buen Pastor . . .” (Juan 10:14).

A veces me despierto por la mañana confesando, “El Señor es mi Pastor. Yo no quiero. No quiero tener habilidad. No quiero fuerza. No quiero dinero. No quiero nada. El Señor es mi Pastor [nada me faltará]”.

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HECHOS 17:28
28 Porque EN ÉL vivimos, y nos movemos, y somos; …

Confesión: ¡En Él yo vivo . . . me muevo . . . y soy! ¡Qué gran depósito de poder! ¡En Cristo mi Salvador y Señor yo tengo Vida! . . . ¡Energía! . . . ¡Fuerzas para las tareas imposibles!

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JUAN 15:5ª, 7
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; . . .
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Confesión: Yo habito en Él. Vivo en Él. Él es la vid – yo soy el pámpano. La Vid está en el pámpano – y el pámpano está en la Vid. Su Vida – la Vida de Dios – está en mí. Su naturaleza – la naturaleza de Amor – está en mí. Así como la sangre fluye a través del cuerpo natural, Su Vida fluye a través de mi ser interior. Yo permitiré que esa Vida y Amor me dominen.

Cuando uno es nacido de nuevo él entra en Cristo. Esa es la única manera que usted puede entrar “en Él”. Pero luego Jesús dijo, “. . . si mis palabras permanecen en vosotros . . .” Permanecer significa vivir. Su Palabra vive en mí en la medida en que la practico. Muchos Cristianos nacen de nuevo, y están en Él, pero Su Palabra no está permaneciendo en ellos. Por ello es que sus oraciones no funcionan. La Palabra permanece en mí en la medida que la practico. Yo pudiera memorizarla, apuntarla, o aun predicarla, sin que viva en mí. Esa Palabra vive en mí solamente en la medida que la practico. Yo dejo que esa Palabra tenga curso libre en mí – enseñándome – gobernándome – dominándome. Yo permito que el mensaje de esa Palabra tome el lugar en mi vida. Yo sería Cristo si Él estuviera aquí en la carne.

2 CORINTIOS 5:17
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Confesión: Yo soy una nueva criatura en Cristo Jesús. Yo soy una nueva creación estando . . . con la Vida de Dios . . . la naturaleza de Dios . . . y la habilidad de Dios en mí.

Un Cristiano no es renovado como lo es una alfombra. Él es una nueva criatura. Él no es solo un acabado. Él es una nueva creación – algo que antes jamás existió. Una traducción se lee, “él es una nueva especie”.

El Cristiano, en el nuevo nacimiento, no tiene un nuevo cuerpo físico – aunque algún día lo tendrá. Es el hombre por dentro quién es una nueva creación. El viejo hombre quién acostumbró estar allí se ha ido. El hombre interior es el real usted. (Vea 2 Corintios 4:16). Y el hombre interior, el hombre real, es una nueva creación. Él toma la misma Vida y Naturaleza de Dios. Aférrese a su confesión que usted es una nueva criatura. Entonces el nuevo hombre en el interior se manifestará en el exterior a través de la carne. Aprenda a permitir a este nuevo hombre en el interior dominar al hombre exterior.

Dios está mirando a ese nuevo hombre en Cristo cuando Él nos mira. Y nosotros miramos mucho mejor en Cristo que cuando estuvimos fuera de Él. Nosotros no podemos vernos en Cristo. ¡Nos miramos desde el punto de vista natural – pero Dios nos mira en Él!

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EFESIOS 2:10
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús …

CONFESIÓN: Yo soy Su hechura. Él me hizo una nueva creación.

Nosotros no podemos hacernos a nosotros mismos nuevas criaturas – Él sí. Nosotros somos Su hechura. Y es mejor que tenga cuidado de cómo habla de Su hechura. Sea cuidadoso para decir la misma cosa acerca de Su hechura que Él lo dice en Su Palabra. Sea cuidadoso de no blasfemar o burlarse de Dios al decir, “Oh, yo soy tan pobre, débil e indigno. Yo nunca llegaré a nada.” Él nunca le hizo a usted esa clase de nueva criatura. ÉL LE HIZO UNA NUEVA CRIATURA DIGNA. ÉL LE HIZO UNA NUEVA CRIATURA QUIÉN PODRÍA PARARSE EN SU PRESENCIA COMO SI NUNCA HUBIERA COMETIDO PECADO ALGUNO. ÉL LE HIZO UNA NUEVA Y JUSTA CRIATURA. Empiece diciendo quién usted realmente es – en lugar de quién usted piensa que usted es.

2 CORINTIOS 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Confesión: Yo soy la justicia de Dios en Cristo. Mi posición con Dios es segura. Mis oraciones pueden mucho. (Vea Santiago 5:16).

Nosotros sin temor declaramos que Dios nos ha hecho justos. Nosotros no lo hicimos. Dios lo hizo. Justicia significa estar de pie con Dios. Jesús Quién es justo llegó a ser nuestra justicia. Por consiguiente nosotros podemos permanecer en la Presencia de Dios como si nunca hubiéramos hecho mal alguno. Podemos permanecer en la Presencia de Dios sin una sensación de condenación o complejo de inferioridad espiritual.

. . .


ROMANOS 8:1
1  Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús . . .

Confesión: Porque yo estoy en Cristo Jesús, AHORA MISMO, tiempo presente, no hay ningún sentimiento de condenación sobre mí.

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1 CORINTIOS 1:30
30 Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

Confesión: Jesucristo, mi Señor, es mi sabiduría. Él es mi justicia. Él es mi santificación. Él es mi redención.

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ROMANOS 5:17
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida POR UNO SOLO, JESUCRISTO, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

Confesión: Yo he recibido abundancia de gracia y el don de la justicia. Yo reino como un rey en mi dominio en esta vida a través de Jesucristo.

En la versión amplificada se lee aquí, “. . . reinarán como reyes en vida a través de Uno, Jesucristo . . .” ¿Dónde vamos a reinar como reyes? En vida. En esta vida. ¿Cómo? Por Jesucristo. El Apóstol Pablo usó esta ilustración porque ellos tuvieron reyes en el tiempo en el cual él vivió. En aquellos días el rey reinaba sobre su dominio particular. Su palabra era la autoridad final. Cualquiera cosa que él dijo, fue. Él reinaba. Y la Palabra dice que nosotros reinaremos en vida por Jesucristo.

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EN QUIEN TENEMOS REDENCIÓN

COLOSENSES 1:13-14
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 EN QUIEN tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

EFESIOS 1:7
7 EN QUIEN tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

“En quién tenemos redención . . .” Cuán agradecidos podemos estar de que no estamos tratando de conseguirlo. ¡Ya lo tenemos! Ahora estamos libres de la potestad de las tinieblas, del poder de satanás. Por virtud del nuevo nacimiento hemos sido libertados fuera del reino de las tinieblas, y trasladados dentro del reino de Su amado Hijo. Podemos vencer al diablo sin importar dónde lo encontremos o cual sea la prueba. El dominio de satanás terminó y el dominio de Jesús empezó en nuestras vidas en el momento que aceptamos a Jesús como Señor y fuimos nacidos de nuevo. Gálatas 3:13 nos dice eso, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero”. ¡Hemos sido redimidos de la maldición de la ley! ¿Cuál es la maldición de la ley? Regrese a los primeros cinco libros de la Biblia y vea – especialmente la última mitad del capítulo 28 de Deuteronomio. En Cristo, estamos redimidos de la maldición de la ley – que es triple: pobreza, enfermedad, y la segunda muerte – ¡y las bendiciones de Abraham son nuestras! (Vea Gálatas 3:14 y la primera mitad del capítulo 28 de Deuteronomio). ¡El dominio de satanás sobre nosotros como nuevas criaturas en Cristo ha terminado. ¡Jesús es nuestro Señor!

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1 PEDRO 2:24
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

MATEO 8:17
17 . . . EL MISMO tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Confesión: ¡Por Sus heridas yo fui sanado! La Palabra de Dios me dice que yo fui sanado casi 2000 años atrás por Sus heridas. Si yo fui sanado entonces yo estoy sanado. La sanidad me pertenece porque yo estoy en Cristo.

El Apóstol Pedro mirando hacia atrás al sacrificio en el Calvario dijo, “por cuya herida fuisteis sanados.” No vamos a ser, sino fuimos. Dios recuerda cuando puso sobre Jesús no sólo las iniquidades y los pecados de todos nosotros, sino también nuestras dolencias y enfermedades. Jesús recuerda que Él los llevó por nosotros. Por lo tanto, el Espíritu Santo inspiró al Apóstol Pedro para escribir, “. . . por cuya herida fuisteis sanados.” Esto nos pertenece porque nosotros estamos en Cristo. Él lo proveyó para nosotros. Confiese que Cristo es su redentor. Confiese que usted está redimido. Confiese que satanás ya no tiene más dominio sobre usted – y aférrese a esa confesión. Usted ha sido libertado del reino de las tinieblas. Rechace permitir el dominio de satanás sobre usted. No acepte la enfermedad – rechácelo.

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ROMANOS 8:2
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Confesión: La ley de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y la muerte.

El Dr. John G. Lake fue un misionero en África por muchos años del moderno movimiento del Evangelio Completo. La mortal peste bubónica estalló en su área – cientos murieron. Él cuidó de los enfermos y enterró a los muertos. Finalmente, los Británicos enviaron un barco con apoyo y un cuerpo de doctores. Los doctores enviaron por Lake para que subiera abordo y le preguntaron, “¿Qué ha estado usted usando para protegerse a sí mismo?”

“Señores,” Lake respondió, “Yo creo la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y la muerte. Y mientras  yo camine en la luz de esa ley de Vida, ningún germen se conectará a mí.”

“¿No cree que debería usar nuestros preventivos [medicamentos profilácticos]?”, preguntó el médico.

“No,” Lake respondió, “pero doctor yo pienso que usted gustaría experimentar conmigo. Si usted lo desea vaya a una de estas personas muertas y tome la espuma que sale de sus pulmones después de muerto, luego póngalo bajo el microscopio y usted verá masas de gérmenes vivos. Usted encontrará que éstos están vivos hasta un razonable tiempo luego que un hombre he muerto. Usted puede llenar mi mano con ellos y yo lo mantendré bajo el microscopio, y en lugar que estos gérmenes permanezcan vivos, morirán instantáneamente.”

Los doctores estuvieron de acuerdo. Ellos hicieron el experimento y fue verdad. Cuando ellos expresaron su asombro por lo que había causado eso Lake les dijo, “Eso es la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús.”

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SANTIAGO 4:7
7 . . . resistid al diablo, y huirá de vosotros.

“Usted” es el sujeto comprendido de esta oración. Usted resista al diablo y él huirá de usted. Él huirá de usted como aterrorizado. Dios ya ha hecho todo lo que Él va a hacer al respecto. Él envió a Jesús y Jesús resucitó victorioso sobre el diablo. Él lo derrotó por usted. Y ahora es vuestro turno para hacer algo al respecto. Usted lo puede porque usted está “in Él.” Oh, el diablo no tiene miedo tanto miedo de usted como individuo. Pero cuando usted descubre lo que sus derechos y privilegios son en Cristo . . . cuando usted descubre que el Nombre de Jesús le pertenece . . . cuando él sabe que usted ha aprendido lo que ese Nombre hará . . . luego él huirá de usted como si estuviera aterrorizado.

. . .

1 JUAN 4:4
4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Confesión: Porque estoy en Cristo, el Mayor vive en mí. Él es mayor que el diablo. Mayor que la enfermedad. Mayor que las circunstancias. ¡Y Él vive en mí!

No solo somos nacidos de Dios, y participantes de Su amor, pero tenemos morando dentro de nosotros al Espíritu de Él Quién resucitó a Jesús de la muerte. Usted pudiera estar afrontando algunos problemas que parecieran imposibles. En vez de hablar de lo imposible que es, mire a Él Quién está dentro de usted y diga, “Dios está en mí ahora.” Su confesión de fe Le causará obrar a su favor. Él se levantará en usted y le dará éxito. El Maestro de la Creación está en usted.

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ROMANOS 8:37
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Confesión: ¡Soy un conquistador!

Si la Palabra de Dios nos hubiera dicho que éramos conquistadores habría sido suficiente – pero nos dice que somos MÁS QUE VENCEDORES POR MEDIO DE ÉL. En lugar de decir, “Soy un derrotado,” levántese y diga lo que la Biblia dice acerca de usted. Diga, “¡Soy un conquistador!” Pueda que no le parezca que usted es un conquistador – pero su confesión de ello, por lo que ve en la Palabra de Dios, creará la realidad de ello en su vida. Tarde o temprano usted se convertirá en lo que usted confiesa. Usted no tendrá miedo de ninguna circunstancia. Usted no tendrá miedo de ninguna enfermedad. Usted no tendrá miedo de ninguna condición. ¡Usted enfrentará la vida sin temor, un conquistador!

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FILIPENSES 4:13
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Confesión: Por medio de Cristo, mi Señor, yo puedo todas las cosas. Él me fortalece. Yo no puedo ser conquistado. Yo no puedo ser derrotado. Yo si puedo todas las cosas por medio de Él.

El razonamiento humano carnal y natural nos limitaría a nuestra propia capacidad. Miramos a las circunstancias, los problemas, las pruebas y las tormentas y decimos que no podemos. El lenguaje de la duda, la carne, y de los sentidos es, “Yo no puedo. Yo no tengo habilidad, la oportunidad, o las fuerzas. Estoy limitado.” Pero el lenguaje de la fe dice, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” La Fuerza de Dios es nuestra. Nosotros no confiamos en nuestras propias fuerzas – la Biblia no dice nada acerca de que nosotros somos fuertes en nosotros mismos. Dice que Dios es nuestra fuerza.

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GÁLATAS 2:20
20 CON CRISTO estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Confesión: Yo estoy crucificado con Cristo. Yo no tengo que tratar de hacerlo. Yo ya estoy crucificado con Cristo. ¡Sin embargo vivo! ¡Y Cristo vive en mí!

COLOSENSES 1:26-27
26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es CRISTO EN VOSOTROS, la esperanza de gloria,

¡Cristo vive en mí!

EFESIOS 2:1, 4-6
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente CON CRISTO (por gracia sois salvos),

6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales CON CRISTO JESÚS,

Confesión: Yo fui crucificado con Cristo. Cuando Él fue vivificado y traído vuelto a vida – Yo fui vivificado con Él. Yo fui resucitado juntamente con Él y se me hizo sentar juntamente con Él en lugares celestiales. Hoy, posicionalmente, yo estoy sentado con Cristo en lugares celestiales.

. . .

FILIPENSES 4:19
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Confesión: ¡Todas mis necesidades son suplidas!

. . .

EFESIOS 1:3
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales EN CRISTO,

Note que no dice que Él va a bendecirnos con algo – ¡sino que Él ya lo ha hecho! Esto significa que en Cristo Jesús, desde el tiempo que usted ha nacido de nuevo hasta que salga hacia la Eternidad, Él ya ha hecho provisión para usted. Todo lo que usted necesita, es con lo que Él lo ha bendecido. Es suyo. En la mente de Dios es suyo. ¡Encuentre Su provisión para Sus hijos en Su Palabra y haga que lleguen a ser una realidad in vuestra vida en Cristo –confesándolo con su boca- para la gloria de Dios el Padre!

EN CRISTO


Romanos 3:24
Romanos 8:1
Romanos 8:2
Romanos 12:5
1 Corintios 1:2
1 Corintios 1:30
1 Corintios 15:22
2 Corintios 1:21
2 Corintios 2:14
2 Corintios 3:14
2 Corintios 5:17
2 Corintios 5:19
Gálatas 2:4
Gálatas 3:26
Gálatas 3:28
Gálatas 5:6
Gálatas 6:15
Efesios 1:3
Efesios 1:10
Efesios 2:6
Efesios 2:10
Efesios 2:13
Efesios 3:6
Filipenses 3:13, 14
Colosenses 1:28
1 Tesalonicenses 4:16
1Tesalonicenses 5:18
1 Timoteo 1:14
2 Timoteo 1:9
2 Timoteo 1:13
2 Timoteo 2:1
2 Timoteo 2:10
2 Timoteo 3:15
Filemón 1:6
2 Pedro 1:8
2 Juan 1:9



EN ÉL


Hechos 17:28
Juan 1:4
Juan 3:15, 16
2 Corintios 1:20
2 Corintios 5:21
Efesios 1:4
Efesios 1:10
Filipenses 3:9
Colosenses 2:6
Colosenses 2:7
Colosenses 2:10
1 Juan 2:5
1 Juan 2:6
1 Juan 2:8
1 Juan 2:27
1 Juan 2:28
1 Juan 3:3
1 Juan 3:5
1 Juan 3:6
1 Juan 3:24
1 Juan 4:13
1 Juan 5:14, 15
1 Juan 5:20



EN EL AMADO
Efesios 1:6

EN EL SEÑOR


Efesios 5:87
Efesios 6:10



EN QUIÉN


Efesios 1:7
Efesios 1:11
Efesios 1:13
Efesios 2:21
Efesios 2:22
Efesios 3:12
Colosenses 1:14
Colosenses 2:3
Colosenses 2:11
1 Pedro 1:8




POR CRISTO


Romanos 3:22
Romanos 5:15
Romanos 5:17-19
Romanos 7:4
1 Corintios 1:4
2 Corintios 5:18
Gálatas 2:16
Efesios 1:5
Filipenses 1:11
Filipenses 4:19
1 Pedro 1:3
1 Pedro 2:5
1 Pedro 5:10



POR ÉL


1 Corintios 1:5
1 Corintios 8:6
Colosenses 1:16
Colosenses 1:7
Colosenses 1:20
Colosenses 3:17
Hebreos 7:25
Hebreos 13:15
1 Pedro 1:21



POR ÉL MISMO


Hebreos 1:3
Hebreos 9:26



POR SU SANGRE


Hebreos 9:11, 12
Hebreos 9:14, 15
Hebreos 10:19. 20
1 Juan 1:7



POR QUIÉN


Romanos 5:2
Romanos 5:11
Gálatas 6:14



DE QUIÉN


Efesios 4:16
Colosenses 2:19



DE CRISTO


2 Corintios 2:15
Colosenses 2:17
Colosenses 3:24
Filipenses 3:12



DE ÉL


1 Juan 1:5
1 Juan 2:27



MEDIANTE CRISTO


Romanos 5:1
Romanos 5:11
Romanos 6:11
Romanos 6:23
1 Corintios 15:57
Gálatas 3:13-14
Gálatas 4:7
Efesios 2:7
Filipenses 4:6, 7
Filipenses 4:13
Hebreos 10:10
Hebreos 13:20-21



MEDIANTE ÉL


Juan 3:17
Romanos 5:9
Romanos 8:37
1 Juan 4:9



CON CRISTO


Romanos 6:8
Gálatas 2:20
Efesios 2:5
Colosenses 2:20
Colosenses 3:1
Colosenses 3:3



CON ÉL


Romanos 6:4
Romanos 6:6
Romanos 6:8
Romanos 8:32
2 Corintios 13:4
Colosenses 2:12
Colosenses 2:13-15
Colosenses 3:4
2 Timoteo 2:11-12



POR MÍ


Juan 6:57
Juan 14:6



EN MÍ


Juan 6:56
Juan 14:20
Juan 15:4, 5
Juan 15:7, 8
Juan 167:33



EN MI AMOR
Juan 15:9

EN SU NOMBRE


Mateo 18:20
Marcos 16:17, 18
Juan 14:13, 14
Juan 16:23, 24
1 Corintios 6:11



Estos versículos no usan específicamente la frase EN ÉL, en Quién, etc., pero ellos trasmiten el mensaje de quién usted es, o lo que usted es, o lo que usted tiene POR CAUSA DE CRISTO. (Una lista parcial solamente).



Mateo 8:17
Mateo 11:28-30
Mateo 18:11
Mateo 18:18-20
Mateo 28:18-20
Marcos 1:8
Marcos 9:23
Marcos 11:23, 24
Lucas 10:19
Juan 4:14
Juan 6:40
Juan 10:10
Juan 14:12
Juan 14:23
Juan 17:23
Gálatas 3.29
Gálatas 5:1
Filipenses 2:5
Filipenses 2:13
Colosenses 1:13
Colosenses 1:26-27
Tito 2:14
Tito 3:7
Hebreos 2:9-11
Hebreos 2:14, 15
Hebreos 2:18
Hebreos 4:14-16
Hebreos 7:19, 22
Hebreos 8:6
Hebreos 9:24
Hebreos 9:28
Hebreos 10:14
Hebreos 13:5b, 6
Hebreos 13:8
Santiago 4:7
1 Pedro 2:9
1 Pedro 2:21
1 Pedro 3:18
1 Pedro 5:7
1 Juan 1:9
1 Juan 2:1
1 Juan 3:2
1 Juan 3:14
1 Juan 4:4
1 Juan 4:10
1 Juan 4:15
1 Juan 5:1, 4-5
1 Juan 5:11, 12
Apocalipsis 1:5, 6



Una Oración del Pecador Para recibir a Jesús como Salvador

Amado Padre Celestial.
Yo vengo a Ti en el Nombre de Jesús.
Tu Palabra dice, “. . . al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Así que yo sé que Usted no me echará fuera, sino que Usted me recibirá. Y yo le agradezco por ello.

Usted dice en Su Palabra, “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo . . . porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:9, 13).
Yo creo en mi corazón que Jesús es el Hijo de Dios. Yo creo que Él fue levantado de la muerte para mi justificación. Yo estoy invocando Su Nombre – el Nombre de Jesús – así que yo sé, Padre, que usted me salva ahora.

Su Palabra dice que, “. . . con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10).
Yo sí creo con mi corazón, y confieso a Jesús ahora como mi Señor. ¡Por lo tanto, soy salvo! ¡Gracias, Padre!

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