Por Kenneth E. Hagin
Cuando usamos la palabra confesión instintivamente pensamos en
confesar el pecado. Y la Biblia ciertamente dice: "Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y para limpiarnos
de toda maldad" (1 Juan 1: 9). Pero eso es el lado negativo de la
confesión. La Biblia tiene mucho más que decir sobre el lado positivo: la
confesión de nuestra fe.
ROMANOS 10: 9-10:
9 que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Esto no se refiere a confesar el
pecado. Esto es confesar a Jesús. En su corazón el hombre cree, y con su boca
él confiesa que Jesús es su Señor.
PROVERBIOS 6:2
2 Te has enlazado con las palabras de
tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de
tus labios.
Lo que nosotros decimos es nuestra confesión.
Y nuestra confesión –las palabras que decimos- nos gobiernan. Jesús lo dijo.
MARCOS 11:23
23 Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en
su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Meditemos sobre estas palabras de
Jesús un poco más, “…cualquiera que dijera… y no dudare en su corazón, sino
creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”
¿Sabía Jesús acerca de lo que estaba
hablando? ¿O son éstas solo irresponsables palabras de un soñador? ¡No! ¡Éstas
no son las palabras de un soñador! Jesús quiso decir exactamente lo que Él
dijo. ¿Y qué es lo que Él dijo que usted tendrá? Él dijo que usted tendrá lo que usted diga.
Si usted realmente cree una cosa en su
corazón –positiva o negativa- y usted lo declara con su boca, usted realmente
lo tendrá. Jesús dijo que lo tendría. Es siempre con el corazón con que el hombre cree, y con la boca se hace confesión,
cualquiera de las provisiones de Dios.
Note cómo estas dos frases de la
Palabra de Dios dicen la misma cosa en diferentes palabras, “…con la boca se
confiesa…” (Romanos 10:10), y “…lo que diga le será hecho.” (Marcos 11:23)
HEBREOS 4:14
14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra
profesión [confesión].
La misma palabra Griega traducida
profesión aquí es traducida en otra parte en la versión King James como
confesión. Traducciones modernas la traducen como confesión. “Retengamos
nuestra confesión”, les es dicho a los Cristianos aquí. ¿Cuál es la confesión
que se nos dice que debemos retener – la confesión que debemos mantener? Es la
confesión de nuestra fe en el Señor Jesucristo – la confesión de nuestra fe en
el Padre Celestial – la confesión de nuestra fe en la Palabra de Dios.
La mayoría de Cristianos –aunque sinceros-
son débiles. Esto es porque ellos nunca se atrevieron a confesar lo que la
Palabra de Dios dice acerca de ellos. Ellos nunca se atrevieron a confesar que
son lo que la Biblia dice que ellos son – que ellos son quienes la Biblia dice
que son – y que ellos tienen lo que la Biblia dice tienen.
De hecho, muchos mantienen una
confesión errada en lugar de aferrarse a una confesión correcta. Una confesión
incorrecta es una confesión de derrota, de fracaso, y de la supremacía de
satanás. Ellos siempre están hablando acerca de qué tiempo están teniendo con
el diablo – qué batalla están sosteniendo – lo que están pasando – cómo el
diablo les impide el éxito – manteniéndolos enfermos – manteniéndolos en
esclavitud. Y mientras hablen así, según lo que Jesús dijo, eso es lo que van a
tener.
Sé que la gente no lo haría si ellos
realmente supieran lo que estaban haciendo, pero tal clase de confesión es una
inconsciente declaración que Dios, nuestro Padre Celestial, es un fracaso.
¡Dios no es un fracasado! El fracaso
no es de Dios. Cuando usted habla acerca del fracaso usted está hablando acerca
de las obras del diablo. Dios no quiso que la Iglesia fuera derrotada. ¡Él dijo
que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella! (Mateo 16:18).
La
Fe Demanda Expresión y Testimonio
El testimonio es una parte de la vida
de fe. Si usted quiere desarrollar una fe robusta – entonces continuamente diga
lo que el Señor está haciendo por usted. Cuanto más hablas de ello, más real se
vuelve para ti. Cuanto menos hablas de ello, menos real.
La fe es como el amor. Es del corazón,
el espíritu. Y como el amor, vive y encuentra su gozo en la continua confesión
de ello. En lo natural, Cuanto más marido y mujer confiesan su amor el uno por
el otro, más crece.
Si usted notara cuidadosamente la vida
de Jesús usted hallará que desde el principio de Su ministerio público hasta
que fue llevado a la cruz, Él está siempre confesando QUIÉN ÉL ES . . . LO QUE
ÉL ES . . . y SU MISIÓN EN LA VIDA.
Por ejemplo, Él dijo, “Salí del Padre,
y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.” (Juan 16:28).
Ésta fue una confesión cuádruple. Cubre Su vida desde la Encarnación hasta la
Ascensión.
Una de las confesiones más audaces que
Jesús hizo fue, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). ¡Qué
confesión atrevida! “Si quieres ver al Padre, mírame.” En Juan 12 está
registrado que Él dijo, “. . . y el que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo
aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” (versículos 45-46).
Permítame decirlo otra vez. Jesús
constantemente confesó QUIÉN ÉL ES . . . LO QUE ÉL ES . . . y SU MISIÓN EN LA
VIDA.
“Sí,” alguien podría decir, “pero ese
fue Jesús.”
Lo sé. Y la Biblia enseña que Jesús
nos dejó un ejemplo y que debemos seguir Sus pasos. Usted debería estar
constantemente confesando quién es usted. Oh no, no quién es físicamente – el
hijo o hija de Juan Quispe quien vive en tal y tal calle. ¡No! Pero quién es
usted en relación a la Palabra de Dios. Esa es la confesión a la que debemos
aferrarnos.
1 JUAN 3:1, 2
1
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios; . . .
2 Amados, ahora somos hijos de Dios, .
. .
ROMANOS 8:14, 16-17
14 Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
16 El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
17 Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, . . .
¡Nosotros somos hijos de Dios! ¡Hijos
de Dios! ¡Nosotros somos herederos de Dios – coherederos con Cristo! Confesamos
alegremente nuestra relación con Dios. ¿Y en qué manera estamos relacionados a
Dios? Hemos nacido de Dios. Hijos de Dios. Él es nuestro propio Padre. Nosotros
somos Sus propios hijos. ¡Nos atrevemos a tomar nuestro lugar como hijos e
hijas de Dios y confesamos que eso es quién nosotros somos!
DESCUBRA
LO QUE LA PALABRA DE DIOS DICE ACERCA DE USTED Y HAGA ESO SU CONFESIÓN
La gente me pregunta a menudo sobre el
estudio de la Biblia. Aunque tengo muchas sugerencias, aquí está la que
presento sobre todas las demás en todas partes que voy.
Como un Cristiano, como un creyente,
leo a través del Nuevo Testamento – ante todo las Epístolas [Cartas]. (Las
Epístolas, usted ve, son las cartas escritas para usted el creyente. Éstas
están escritas para la iglesia.) mientras usted lee, vea por todas las
expresiones tales como, “en Cristo,” “en Él,” “en Quién,” “a través de Quién,”
etc. Con un lápiz de color subraye estas expresiones. Usted encontrará
aproximadamente 140 de tales expresiones, muchas de éstas en las Epístolas
[Cartas]. Algunas de éstas, sin embargo, no le dicen exactamente algo que tiene
"en Cristo”. Por ejemplo, el saludo de Pablo en una Epístola es, “Yo te
saludo en el nombre del Señor Jesucristo.” Esto tiene la expresión “en Cristo”
pero no le dice nada que sea suyo porque usted está “en Cristo”.
Usted también hallará otras escrituras
que transmiten el mismo mensaje, pero no usan las frases específicas, “en Él”,
etc. Sin embargo, le dicen quién es usted, o qué es usted o qué tiene usted,
porque usted está “en Cristo”.
Ahora, cuando usted encuentre estas
escrituras – escríbalas. Luego medite en ellas. Empiece por confesarlas.
Empiece a decir con su boca, “Éste es quién yo soy, y éste es lo que yo soy, y
éste es lo que yo tengo, en Cristo”.
Porque, como ve, la confesión de la fe
crea realidades. En lo que a Dios concierne todo lo que usted tiene o es "en
Cristo" es así. Él lo ha hecho. Todo lo que la Biblia dice que es nuestro,
es nuestro legalmente. La Biblia es un documento legal, sellado por la sangre
de Jesús. Sin embargo, es su creerlo y confesarlo que lo hace realidad para
usted. ¡Dios quiere que disfrutemos y conozcamos la realidad de lo que Él ha
provisto para nosotros – y Su Palabra nos dice cómo hacerlo!
Como un ejemplo, nosotros vemos que
Dios ha provisto el nuevo nacimiento para nosotros. Y Su Palabra nos dice cómo
la salvación se hizo real para nosotros. Aunque a veces hablamos así,
"Dios me salvó así y así la última anoche", nosotros sabemos que
desde el punto de vista de Dios Él no solamente salvó a esa persona la noche
anterior. Él le salvó cuando Jesús fue levantado de los muertos. El hombre solo
aceptó su salvación la “última noche” y la redención que Dios había provisto
casi 2000 años antes llegó a ser una realidad para él.
HEBREOS 9:12
12 y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el
Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Jesús nunca tiene que hacerlo de
nuevo. Él ya lo ha hecho. La provisión ha sido hecha. Y Romanos 10:10 nos dice
cómo nosotros obtenemos la realidad de la salvación en nuestras vidas individuales.
ROMANOS 10:10
10 Porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Es siempre con el corazón que el
hombre cree – y con su boca él hace su confesión. Cuando usted cree una cosa en
su corazón y lo confiesa con su boca – luego llega a ser real para usted. La
confesión de fe crea realidades.
Al leer algunos de los "en
Cristo", "en Él", "en Quien", etc., en las escrituras,
no parecerán reales para usted. Puede que no parezca como si realmente tuviera
lo que estas escrituras dicen que tiene en Él.
Pero, si usted empieza a confesar con su boca, porque usted sí cree la Palabra
de Dios en su corazón, “Esto es mío. Esto es quién yo soy. Esto es lo que yo
tengo en Él”, luego llegará a ser realidad para usted. Ya es una realidad en el
reino espiritual. Pero queremos que sea real en este reino físico donde vivimos
en la carne. Así recuerde, mientras usted encuentre estas escrituras:
1. Subraye cada
escritura.
2. Escríbalas al
pie.
3. Medite en
ello.
4. Haga una
confesión de ello.
5. Empiece a
decirlo con su boca.
PARTE
II
REALIDADES
EN ÉL
La
Gran Confesión
ROMANOS 10:9-10
9 que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Confesión: Yo creo en mi corazón que Jesús es el Hijo de Dios. Yo creo que Él fue
resucitado de la muerte para mi justificación. Yo Le confieso como mi Señor y
Salvador. Jesús es mi Señor. Él está dominando mi vida. Él está conduciéndome.
Él está guiándome.
Por supuesto, la primera confesión que
nosotros debemos hacer es de Jesús como nuestro Señor. Siendo nacidos de nuevo,
llegando a ser hijos de Dios, es la clave que desbloquea todas las provisiones
y promesas de Dios para nosotros.
Esta confesión cambia nuestro señorío
[por Su Señorío]. Define nuestra posición. La confesión del Señorío de Jesús
inmediatamente nos coloca bajo el cuidado, bajo la protección del Señor
Jesucristo. Él es nuestro Pastor. Le hemos confesado como Señor así podemos ir
un paso más allá y confesarlo como Pastor. El Salmo 23 ahora nos pertenece.
Jesús dijo, “Yo soy el buen Pastor . . .” (Juan 10:14).
A veces me despierto por la mañana
confesando, “El Señor es mi Pastor. Yo no quiero. No quiero tener habilidad. No
quiero fuerza. No quiero dinero. No quiero nada. El Señor es mi Pastor [nada me
faltará]”.
. . .
HECHOS 17:28
28 Porque EN ÉL vivimos, y nos
movemos, y somos; …
Confesión: ¡En Él yo vivo . . . me muevo . . . y soy! ¡Qué gran depósito de poder!
¡En Cristo mi Salvador y Señor yo tengo Vida! . . . ¡Energía! . . . ¡Fuerzas
para las tareas imposibles!
. . .
JUAN 15:5ª, 7
5 Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; . . .
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Confesión: Yo habito en Él. Vivo en Él. Él es la vid – yo soy el pámpano. La Vid
está en el pámpano – y el pámpano está en la Vid. Su Vida – la Vida de Dios –
está en mí. Su naturaleza – la naturaleza de Amor – está en mí. Así como la
sangre fluye a través del cuerpo natural, Su Vida fluye a través de mi ser
interior. Yo permitiré que esa Vida y Amor me dominen.
Cuando uno es nacido de nuevo él entra
en Cristo. Esa es la única manera que usted puede entrar “en Él”. Pero luego
Jesús dijo, “. . . si mis palabras permanecen en vosotros . . .” Permanecer
significa vivir. Su Palabra vive en mí en la medida en que la practico. Muchos
Cristianos nacen de nuevo, y están en Él, pero Su Palabra no está permaneciendo
en ellos. Por ello es que sus oraciones no funcionan. La Palabra permanece en
mí en la medida que la practico. Yo pudiera memorizarla, apuntarla, o aun
predicarla, sin que viva en mí. Esa Palabra vive en mí solamente en la medida
que la practico. Yo dejo que esa Palabra tenga curso libre en mí – enseñándome
– gobernándome – dominándome. Yo permito que el mensaje de esa Palabra tome el
lugar en mi vida. Yo sería Cristo si Él estuviera aquí en la carne.
2 CORINTIOS 5:17
17 De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.
Confesión: Yo soy una nueva criatura en Cristo Jesús. Yo soy una nueva creación
estando . . . con la Vida de Dios . . . la naturaleza de Dios . . . y la
habilidad de Dios en mí.
Un Cristiano no es renovado como lo es
una alfombra. Él es una nueva criatura. Él no es solo un acabado. Él es una
nueva creación – algo que antes jamás existió. Una traducción se lee, “él es
una nueva especie”.
El Cristiano, en el nuevo nacimiento,
no tiene un nuevo cuerpo físico – aunque algún día lo tendrá. Es el hombre por
dentro quién es una nueva creación. El viejo hombre quién acostumbró estar allí
se ha ido. El hombre interior es el real usted. (Vea 2 Corintios 4:16). Y el
hombre interior, el hombre real, es una nueva creación. Él toma la misma Vida y
Naturaleza de Dios. Aférrese a su confesión que usted es una nueva criatura.
Entonces el nuevo hombre en el interior se manifestará en el exterior a través
de la carne. Aprenda a permitir a este nuevo hombre en el interior dominar al
hombre exterior.
Dios está mirando a ese nuevo hombre
en Cristo cuando Él nos mira. Y nosotros miramos mucho mejor en Cristo que
cuando estuvimos fuera de Él. Nosotros no podemos vernos en Cristo. ¡Nos
miramos desde el punto de vista natural – pero Dios nos mira en Él!
. . .
EFESIOS 2:10
10 Porque somos hechura suya, creados
en Cristo Jesús …
CONFESIÓN: Yo soy Su hechura. Él me hizo una nueva creación.
Nosotros no podemos hacernos a
nosotros mismos nuevas criaturas – Él sí. Nosotros somos Su hechura. Y es mejor
que tenga cuidado de cómo habla de Su hechura. Sea cuidadoso para decir la
misma cosa acerca de Su hechura que Él lo dice en Su Palabra. Sea cuidadoso de
no blasfemar o burlarse de Dios al decir, “Oh, yo soy tan pobre, débil e
indigno. Yo nunca llegaré a nada.” Él nunca le hizo a usted esa clase de nueva
criatura. ÉL LE HIZO UNA NUEVA CRIATURA DIGNA. ÉL LE HIZO UNA NUEVA CRIATURA
QUIÉN PODRÍA PARARSE EN SU PRESENCIA COMO SI NUNCA HUBIERA COMETIDO PECADO
ALGUNO. ÉL LE HIZO UNA NUEVA Y JUSTA CRIATURA. Empiece diciendo quién usted
realmente es – en lugar de quién usted piensa que usted es.
2 CORINTIOS 5:21
21 Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él.
Confesión: Yo soy la justicia de Dios en Cristo. Mi posición con Dios es segura.
Mis oraciones pueden mucho. (Vea Santiago 5:16).
Nosotros sin temor declaramos que Dios
nos ha hecho justos. Nosotros no lo hicimos. Dios lo hizo. Justicia significa
estar de pie con Dios. Jesús Quién es justo llegó a ser nuestra justicia. Por
consiguiente nosotros podemos permanecer en la Presencia de Dios como si nunca
hubiéramos hecho mal alguno. Podemos permanecer en la Presencia de Dios sin una
sensación de condenación o complejo de inferioridad espiritual.
. . .
ROMANOS 8:1
1
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús
. . .
Confesión: Porque yo estoy en Cristo Jesús, AHORA MISMO, tiempo presente, no hay
ningún sentimiento de condenación sobre mí.
. . .
1 CORINTIOS 1:30
30 Más por él estáis vosotros en
Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención;
Confesión: Jesucristo, mi Señor, es mi sabiduría. Él es mi justicia. Él es mi
santificación. Él es mi redención.
. . .
ROMANOS 5:17
17 Pues si por la transgresión de uno
solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida POR UNO SOLO, JESUCRISTO, los
que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Confesión: Yo he recibido abundancia de gracia y el don de la justicia. Yo reino
como un rey en mi dominio en esta vida a través de Jesucristo.
En la versión amplificada se lee aquí,
“. . . reinarán como reyes en vida a través de Uno, Jesucristo . . .” ¿Dónde
vamos a reinar como reyes? En vida. En esta vida. ¿Cómo? Por Jesucristo. El
Apóstol Pablo usó esta ilustración porque ellos tuvieron reyes en el tiempo en
el cual él vivió. En aquellos días el rey reinaba sobre su dominio particular.
Su palabra era la autoridad final. Cualquiera cosa que él dijo, fue. Él
reinaba. Y la Palabra dice que nosotros reinaremos en vida por Jesucristo.
. . .
EN
QUIEN TENEMOS REDENCIÓN
COLOSENSES 1:13-14
13 el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 EN QUIEN tenemos redención por su
sangre, el perdón de pecados.
EFESIOS 1:7
7 EN QUIEN tenemos redención por su
sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
“En quién tenemos redención . . .”
Cuán agradecidos podemos estar de que no estamos tratando de conseguirlo. ¡Ya
lo tenemos! Ahora estamos libres de la potestad de las tinieblas, del poder de
satanás. Por virtud del nuevo nacimiento hemos sido libertados fuera del reino
de las tinieblas, y trasladados dentro del reino de Su amado Hijo. Podemos
vencer al diablo sin importar dónde lo encontremos o cual sea la prueba. El
dominio de satanás terminó y el dominio de Jesús empezó en nuestras vidas en el
momento que aceptamos a Jesús como Señor y fuimos nacidos de nuevo. Gálatas
3:13 nos dice eso, “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero”. ¡Hemos sido redimidos de la maldición de la ley! ¿Cuál es la maldición
de la ley? Regrese a los primeros cinco libros de la Biblia y vea –
especialmente la última mitad del capítulo 28 de Deuteronomio. En Cristo,
estamos redimidos de la maldición de la ley – que es triple: pobreza,
enfermedad, y la segunda muerte – ¡y las bendiciones de Abraham son nuestras!
(Vea Gálatas 3:14 y la primera mitad del capítulo 28 de Deuteronomio). ¡El
dominio de satanás sobre nosotros como nuevas criaturas en Cristo ha terminado.
¡Jesús es nuestro Señor!
. . .
1 PEDRO 2:24
24 quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
MATEO 8:17
17 . . . EL MISMO tomó nuestras
enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Confesión: ¡Por Sus heridas yo fui sanado! La Palabra de Dios me dice que yo fui
sanado casi 2000 años atrás por Sus heridas. Si yo fui sanado entonces yo estoy
sanado. La sanidad me pertenece porque yo estoy en Cristo.
El Apóstol Pedro mirando hacia atrás
al sacrificio en el Calvario dijo, “por cuya herida fuisteis sanados.” No vamos a ser, sino fuimos. Dios recuerda cuando puso sobre Jesús no sólo las
iniquidades y los pecados de todos nosotros, sino también nuestras dolencias y
enfermedades. Jesús recuerda que Él los llevó por nosotros. Por lo tanto, el
Espíritu Santo inspiró al Apóstol Pedro para escribir, “. . . por cuya herida
fuisteis sanados.” Esto nos pertenece porque nosotros estamos en Cristo. Él lo
proveyó para nosotros. Confiese que Cristo es su redentor. Confiese que usted
está redimido. Confiese que satanás ya no tiene más dominio sobre usted – y
aférrese a esa confesión. Usted ha sido libertado del reino de las tinieblas. Rechace
permitir el dominio de satanás sobre usted. No acepte la enfermedad –
rechácelo.
. . .
ROMANOS 8:2
2 Porque la ley del Espíritu de vida
en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Confesión: La ley de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y
la muerte.
El Dr. John G. Lake fue un misionero
en África por muchos años del moderno movimiento del Evangelio Completo. La
mortal peste bubónica estalló en su área – cientos murieron. Él cuidó de los
enfermos y enterró a los muertos. Finalmente, los Británicos enviaron un barco
con apoyo y un cuerpo de doctores. Los doctores enviaron por Lake para que
subiera abordo y le preguntaron, “¿Qué ha estado usted usando para protegerse a
sí mismo?”
“Señores,” Lake respondió, “Yo creo la
ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado
y la muerte. Y mientras yo camine en la
luz de esa ley de Vida, ningún germen se conectará a mí.”
“¿No cree que debería usar nuestros
preventivos [medicamentos profilácticos]?”, preguntó el médico.
“No,” Lake respondió, “pero doctor yo
pienso que usted gustaría experimentar conmigo. Si usted lo desea vaya a una de
estas personas muertas y tome la espuma que sale de sus pulmones después de
muerto, luego póngalo bajo el microscopio y usted verá masas de gérmenes vivos.
Usted encontrará que éstos están vivos hasta un razonable tiempo luego que un
hombre he muerto. Usted puede llenar mi mano con ellos y yo lo mantendré bajo
el microscopio, y en lugar que estos gérmenes permanezcan vivos, morirán
instantáneamente.”
Los doctores estuvieron de acuerdo.
Ellos hicieron el experimento y fue verdad. Cuando ellos expresaron su asombro
por lo que había causado eso Lake les dijo, “Eso es la ley del Espíritu de Vida
en Cristo Jesús.”
. . .
SANTIAGO 4:7
7 . . . resistid al diablo, y huirá de
vosotros.
“Usted” es el sujeto comprendido de
esta oración. Usted resista al diablo y él huirá de usted. Él huirá de usted
como aterrorizado. Dios ya ha hecho todo lo que Él va a hacer al respecto. Él
envió a Jesús y Jesús resucitó victorioso sobre el diablo. Él lo derrotó por
usted. Y ahora es vuestro turno para hacer algo al respecto. Usted lo puede
porque usted está “in Él.” Oh, el diablo no tiene miedo tanto miedo de usted
como individuo. Pero cuando usted descubre lo que sus derechos y privilegios
son en Cristo . . . cuando usted descubre que el Nombre de Jesús le pertenece .
. . cuando él sabe que usted ha aprendido lo que ese Nombre hará . . . luego él
huirá de usted como si estuviera aterrorizado.
. . .
1 JUAN 4:4
4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y
los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en
el mundo.
Confesión: Porque estoy en Cristo, el Mayor vive en mí. Él es mayor que el diablo.
Mayor que la enfermedad. Mayor que las circunstancias. ¡Y Él vive en mí!
No solo somos nacidos de Dios, y
participantes de Su amor, pero tenemos morando dentro de nosotros al Espíritu
de Él Quién resucitó a Jesús de la muerte. Usted pudiera estar afrontando
algunos problemas que parecieran imposibles. En vez de hablar de lo imposible
que es, mire a Él Quién está dentro de usted y diga, “Dios está en mí ahora.”
Su confesión de fe Le causará obrar a su favor. Él se levantará en usted y le
dará éxito. El Maestro de la Creación está en usted.
. . .
ROMANOS 8:37
37 Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Confesión: ¡Soy un conquistador!
Si la Palabra de Dios nos hubiera
dicho que éramos conquistadores habría sido suficiente – pero nos dice que
somos MÁS QUE VENCEDORES POR MEDIO DE ÉL. En lugar de decir, “Soy un
derrotado,” levántese y diga lo que la Biblia dice acerca de usted. Diga, “¡Soy
un conquistador!” Pueda que no le parezca que usted es un conquistador – pero
su confesión de ello, por lo que ve en la Palabra de Dios, creará la realidad
de ello en su vida. Tarde o temprano usted se convertirá en lo que usted
confiesa. Usted no tendrá miedo de ninguna circunstancia. Usted no tendrá miedo
de ninguna enfermedad. Usted no tendrá miedo de ninguna condición. ¡Usted
enfrentará la vida sin temor, un conquistador!
. . .
FILIPENSES 4:13
13 Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece.
Confesión: Por medio de Cristo, mi Señor, yo puedo todas las cosas. Él me
fortalece. Yo no puedo ser conquistado. Yo no puedo ser derrotado. Yo si puedo
todas las cosas por medio de Él.
El razonamiento humano carnal y
natural nos limitaría a nuestra propia capacidad. Miramos a las circunstancias,
los problemas, las pruebas y las tormentas y decimos que no podemos. El
lenguaje de la duda, la carne, y de los sentidos es, “Yo no puedo. Yo no tengo
habilidad, la oportunidad, o las fuerzas. Estoy limitado.” Pero el lenguaje de
la fe dice, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” La Fuerza de Dios es
nuestra. Nosotros no confiamos en nuestras propias fuerzas – la Biblia no dice
nada acerca de que nosotros somos fuertes en nosotros mismos. Dice que Dios es
nuestra fuerza.
. . .
GÁLATAS 2:20
20 CON CRISTO estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
Confesión: Yo estoy crucificado con Cristo. Yo no tengo que tratar de hacerlo. Yo
ya estoy crucificado con Cristo. ¡Sin embargo vivo! ¡Y Cristo vive en mí!
COLOSENSES 1:26-27
26 el misterio que había estado oculto
desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer
las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es CRISTO EN
VOSOTROS, la esperanza de gloria,
¡Cristo vive en mí!
EFESIOS 2:1, 4-6
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
4 Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5 aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente CON CRISTO (por gracia sois salvos),
6 y juntamente con él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales CON CRISTO JESÚS,
Confesión: Yo fui crucificado con Cristo. Cuando Él fue vivificado y traído vuelto
a vida – Yo fui vivificado con Él. Yo fui resucitado juntamente con Él y se me
hizo sentar juntamente con Él en lugares celestiales. Hoy, posicionalmente, yo
estoy sentado con Cristo en lugares celestiales.
. . .
FILIPENSES 4:19
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que
os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Confesión: ¡Todas mis necesidades son suplidas!
. . .
EFESIOS 1:3
3 Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales EN CRISTO,
Note que no dice que Él va a
bendecirnos con algo – ¡sino que Él ya lo ha hecho! Esto significa que en
Cristo Jesús, desde el tiempo que usted ha nacido de nuevo hasta que salga
hacia la Eternidad, Él ya ha hecho provisión para usted. Todo lo que usted necesita,
es con lo que Él lo ha bendecido. Es suyo. En la mente de Dios es suyo.
¡Encuentre Su provisión para Sus hijos en Su Palabra y haga que lleguen a ser
una realidad in vuestra vida en Cristo –confesándolo con su boca- para la
gloria de Dios el Padre!
EN
CRISTO
Romanos 3:24
Romanos 8:1
Romanos 8:2
Romanos 12:5
1 Corintios 1:2
1 Corintios 1:30
1 Corintios 15:22
2 Corintios 1:21
2 Corintios 2:14
2 Corintios 3:14
2 Corintios 5:17
2 Corintios 5:19
Gálatas 2:4
Gálatas 3:26
Gálatas 3:28
Gálatas 5:6
Gálatas 6:15
Efesios 1:3
Efesios 1:10
Efesios 2:6
Efesios 2:10
Efesios 2:13
Efesios 3:6
Filipenses 3:13, 14
Colosenses 1:28
1 Tesalonicenses 4:16
1Tesalonicenses 5:18
1 Timoteo 1:14
2 Timoteo 1:9
2 Timoteo 1:13
2 Timoteo 2:1
2 Timoteo 2:10
2 Timoteo 3:15
Filemón 1:6
2 Pedro 1:8
2 Juan 1:9
EN
ÉL
Hechos 17:28
Juan 1:4
Juan 3:15, 16
2 Corintios 1:20
2 Corintios 5:21
Efesios 1:4
Efesios 1:10
Filipenses 3:9
Colosenses 2:6
Colosenses 2:7
Colosenses 2:10
1 Juan 2:5
1 Juan 2:6
1 Juan 2:8
1 Juan 2:27
1 Juan 2:28
1 Juan 3:3
1 Juan 3:5
1 Juan 3:6
1 Juan 3:24
1 Juan 4:13
1 Juan 5:14, 15
1 Juan 5:20
EN
EL AMADO
Efesios 1:6
EN
EL SEÑOR
Efesios 5:87
Efesios 6:10
EN
QUIÉN
Efesios 1:7
Efesios 1:11
Efesios 1:13
Efesios 2:21
Efesios 2:22
Efesios 3:12
Colosenses 1:14
Colosenses 2:3
Colosenses 2:11
1 Pedro 1:8
POR
CRISTO
Romanos 3:22
Romanos 5:15
Romanos 5:17-19
Romanos 7:4
1 Corintios 1:4
2 Corintios 5:18
Gálatas 2:16
Efesios 1:5
Filipenses 1:11
Filipenses 4:19
1 Pedro 1:3
1 Pedro 2:5
1 Pedro 5:10
POR
ÉL
1 Corintios 1:5
1 Corintios 8:6
Colosenses 1:16
Colosenses 1:7
Colosenses 1:20
Colosenses 3:17
Hebreos 7:25
Hebreos 13:15
1 Pedro 1:21
POR
ÉL MISMO
Hebreos 1:3
Hebreos 9:26
POR
SU SANGRE
Hebreos 9:11, 12
Hebreos 9:14, 15
Hebreos 10:19. 20
1 Juan 1:7
POR
QUIÉN
Romanos 5:2
Romanos 5:11
Gálatas 6:14
DE
QUIÉN
Efesios 4:16
Colosenses 2:19
DE
CRISTO
2 Corintios 2:15
Colosenses 2:17
Colosenses 3:24
Filipenses 3:12
DE
ÉL
1 Juan 1:5
1 Juan 2:27
MEDIANTE
CRISTO
Romanos 5:1
Romanos 5:11
Romanos 6:11
Romanos 6:23
1 Corintios 15:57
Gálatas 3:13-14
Gálatas 4:7
Efesios 2:7
Filipenses 4:6, 7
Filipenses 4:13
Hebreos 10:10
Hebreos 13:20-21
MEDIANTE
ÉL
Juan 3:17
Romanos 5:9
Romanos 8:37
1 Juan 4:9
CON
CRISTO
Romanos 6:8
Gálatas 2:20
Efesios 2:5
Colosenses 2:20
Colosenses 3:1
Colosenses 3:3
CON
ÉL
Romanos 6:4
Romanos 6:6
Romanos 6:8
Romanos 8:32
2 Corintios 13:4
Colosenses 2:12
Colosenses 2:13-15
Colosenses 3:4
2 Timoteo 2:11-12
POR
MÍ
Juan 6:57
Juan 14:6
EN
MÍ
Juan 6:56
Juan 14:20
Juan 15:4, 5
Juan 15:7, 8
Juan 167:33
EN
MI AMOR
Juan 15:9
EN
SU NOMBRE
Mateo 18:20
Marcos 16:17, 18
Juan 14:13, 14
Juan 16:23, 24
1 Corintios 6:11
Estos versículos no usan
específicamente la frase EN ÉL, en Quién, etc., pero ellos trasmiten el mensaje
de quién usted es, o lo que usted es, o lo que usted tiene POR CAUSA DE CRISTO.
(Una lista parcial solamente).
Mateo 8:17
Mateo 11:28-30
Mateo 18:11
Mateo 18:18-20
Mateo 28:18-20
Marcos 1:8
Marcos 9:23
Marcos 11:23, 24
Lucas 10:19
Juan 4:14
Juan 6:40
Juan 10:10
Juan 14:12
Juan 14:23
Juan 17:23
Gálatas 3.29
Gálatas 5:1
Filipenses 2:5
Filipenses 2:13
Colosenses 1:13
Colosenses 1:26-27
Tito 2:14
Tito 3:7
Hebreos 2:9-11
Hebreos 2:14, 15
Hebreos 2:18
Hebreos 4:14-16
Hebreos 7:19, 22
Hebreos 8:6
Hebreos 9:24
Hebreos 9:28
Hebreos 10:14
Hebreos 13:5b, 6
Hebreos 13:8
Santiago 4:7
1 Pedro 2:9
1 Pedro 2:21
1 Pedro 3:18
1 Pedro 5:7
1 Juan 1:9
1 Juan 2:1
1 Juan 3:2
1 Juan 3:14
1 Juan 4:4
1 Juan 4:10
1 Juan 4:15
1 Juan 5:1, 4-5
1 Juan 5:11, 12
Apocalipsis 1:5, 6
Una
Oración del Pecador Para recibir a Jesús como Salvador
Amado Padre Celestial.
Yo vengo a Ti en el Nombre de Jesús.
Tu Palabra dice, “. . . al que a mí
viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Así que yo sé que Usted no me echará
fuera, sino que Usted me recibirá. Y yo le agradezco por ello.
Usted dice en Su Palabra, “que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo . . . porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:9, 13).
Yo creo en mi corazón que Jesús es el
Hijo de Dios. Yo creo que Él fue levantado de la muerte para mi justificación.
Yo estoy invocando Su Nombre – el Nombre de Jesús – así que yo sé, Padre, que
usted me salva ahora.
Su Palabra dice que, “. . . con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”
(Romanos 10:10).
Yo sí creo con mi corazón, y confieso
a Jesús ahora como mi Señor. ¡Por lo tanto, soy salvo! ¡Gracias, Padre!
________________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario