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n estudio interesante y necesario, y
relativamente amplio sobre si está vigente o no el oficio o ministerio de
apóstol en el día de hoy. Como lo leerán en este estudio (cuyo enlace dejo al
término de esta meditación), y como bien lo sabemos por nuestro contacto a
través del internet (páginas web y el YouTube) o el cable (para quienes, por
ejemplo, tienen cable para conectarse con Enlace,
una televisión cristiana de Costa Rica con amplia difusión a nivel latinoamericano
o países de habla hispana), el oficio de apóstol
se viene proliferando en nuestros días, e incluso hay mujeres que ostentan este
oficio haciéndose llamar Apóstalas.
Llamamiento de los doce, al apostolado |
En principio, la palabra Apóstol proviene del griego apostolos, que se traduce como delegado,
una
persona a quien se le delega una misión específica, un
mensajero, uno enviado con órdenes específicas para que sean cumplidas y
que, como bien lo leemos en los Evangelios, ese fue el carácter del llamamiento
para los 12 apóstoles, a todos ellos el Señor Jesús –personalmente- les dio
instrucciones específicas para cumplir, y que ellos luego cumplieron (con
excepción de Judas, el que lo traicionó). Así, cuando escuchamos o sabemos de
alguien quién siente el llamado para ser un apóstol,
eso no es suficiente, eso no cumple claramente el procedimiento del llamado que
los 12 apóstoles tuvieron y a quienes, ciertamente, se les delegó un encargo, atribuciones y
señales de poder que les seguirían para el fiel cumplimiento de la encomienda.
Yo diría que muchos de nuestros Hermanos quienes sienten un ministerio de apóstol en sus vidas, siendo que esa no
es la forma en que se constituye a un apóstol,
y siendo que el Señor Jesús no está en Su aspecto físico para volver a delegar
esta delegación o encargo o encomienda específica, a lo que realmente podrían
aspirar es al ministerio comúnmente llamado entre nosotros como Misionero quién, a diferencia del
apóstol, es constituido por hombres o la iglesia local, salvo que intervenga el
Espíritu Santo tal como lo veremos en el caso de Bernabé, más adelante.
En efecto, en Gálatas 1:1, el apóstol
nos dice:
1 Pablo,
apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre
que lo resucitó de los muertos),
Llamamiento del Apóstol Pablo |
Miren la aclaración y distinción que
hace el Apóstol Pablo: “apóstol… no de hombres ni por hombres”, porque pueda
que ese sea el caso de casi la totalidad de los hoy llamados Apóstoles, al no haber sido constituidos
por el Señor Jesucristo (Efesios 4:11) y por Dios el Padre, tal como el apóstol
aquí lo afirma respecto a sí mismo: “sino por Jesucristo [y por consiguiente
“de Jesucristo”] y por Dios el Padre”. Y probable esa no fue la procedencia del
apostolado de aquellos apóstoles quienes fueron probados en Apocalipsis 2:2: “y
has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos.” Nótese que aquí no se cuestiona el apostolado de estas personas
por el hecho de que este oficio ya no estaría en vigencia por aquellos días,
ese no es el cuestionamiento porque, si el oficio de apóstol ya no hubiera estado en vigencia por aquellos días (la
dedicatoria a la Iglesia en Éfeso, durante la revelación del Apocalipsis o
Revelación al Apóstol Juan, habría acontecido en los últimos años del I Siglo),
el cuestionamiento habría sido en ese sentido, pero no lo fue; dándonos a
entender que, muy probablemente, era natural que se constituyeran apóstoles por
aquel entonces, ¡PERO POR HOMBRES! y, por consiguiente, ¡DE HOMBRES!, a los que
había únicamente que probar si estaban o no correctos en su enseñanza. El
Hermano Branham, en su libro Las Edades, dice lo siguiente respecto a estos
apóstoles cuestionados entre los efesios:
66 “No puedes
soportar a los malos y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo
son, y los has hallado mentirosos”. Estos efesios creían que el pueblo de Dios
debiera ser santo. Según este versículo, tomaron cuidados para que no hubiera
levadura de pecado en el cuerpo. Por lo que se ve, la apostasía ya había
comenzado. El pecado había entrado en la Iglesia. Pero fueron obedientes a las
palabras de Pablo cuando les dijo que echaran a los malos de en medio de ellos.
Era una gente separada. Una gente que había salido del mundo, y ahora no iba a
permitir que el mundo se metiera entre ellos. No iban a tolerar el pecado en la
Iglesia. La santidad no era para ellos un dicho ni tampoco una figura
gramatical; era más bien un modo de vivir.
67 “Has probado
a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”.
¡Qué declaración tan directa! “Has probado a los que se dicen ser apóstoles”.
¿No es eso algo presuntuoso? ¿Qué derecho tiene una gente de probar a aquellos
que se dicen ser apóstoles? ¿Y cómo los probaron? ¡Oh, como amo esto! Aquí
está:
Mas si aún
nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que
(ya) os hemos anunciado, sea anatema.
Gálatas
1:8
68 Fueron los
apóstoles quienes trajeron la Palabra original al pueblo. Aquella Palabra
original no podía cambiar ni siquiera en un punto ni en una tilde. Pablo sabía
que era Dios Quien le había hablado, y por eso dijo: “Aun si yo viniera y
procurara darles una segunda revelación, si tratara de hacer un solo cambio en
lo que les entregué originalmente, sea yo anatema”. ¿Ve Ud.? Pablo sabía que
aquella primera revelación era correcta. Dios no puede dar una primera
revelación y después una segunda revelación. Si lo hiciere, entonces
demostraría que tuvo cambio en pensamiento.
69 Él puede dar
una revelación y después agregar a esa revelación, como lo hizo en el Huerto
del Edén cuando prometió la Simiente a la mujer, y luego estableció que aquella
Simiente tenía que venir a través de Abraham, y después dijo que vendría por la
sangre de David. Pero era la misma revelación. Solamente daba a la gente mayor
información para ayudarles a recibirla y a entenderla. Pero la Palabra de Dios
no puede cambiar. La Simiente vino exactamente como fue revelado. ¡Aleluya!
70 ¿Y ve Ud. lo
que estaban haciendo aquellos apóstoles falsos? Ellos vinieron con su propia
palabra. Los efesios conocían la Palabra como Pablo la había enseñado. Ellos
estaban llenos del Espíritu Santo por medio de la imposición de las manos de
Pablo. Se encontraron cara a cara con aquellos apóstoles falsos y les dijeron:
“Uds. no están diciendo lo que dijo Pablo. Por eso, Uds. son falsos”. Oh, eso
hace arder mi corazón. ¡Vuelva a la Palabra! No es Ud. el que en verdad prueba
al apóstol y profeta y maestro. ES LA PALABRA LA QUE LOS PRUEBA.
LA EDAD DE
ÉFESO, LAS EDADES
En el libro de Los Hechos, capítulo 14
y versículo 14, se registra que tanto a Pablo como a Bernabé se les reconocía
como apóstoles por lo que, a la luz
de este versículo y la cita de Apocalipsis 2:2, podría haber la posibilidad de
un apostolado aun hoy, casi 2000 años después de que el Señor constituyó a Sus
primeros 12 apóstoles, incluido el Apóstol Pablo. ¿Cómo podríamos fundamentar
esta probabilidad y, en concreto, para aceptar que Bernabé fue considerado
entre los apóstoles, como compañero del Apóstol Pablo? En Hechos 13:1-3,
probablemente está la respuesta a esta interrogante, y la manera cómo es que
los actuales apóstoles deberían ser constituidos: por revelación o Palabra dada
expresamente por Espíritu Santo:
1 Había entonces
en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el
que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con
Herodes el tetrarca, y Saulo.
2 Ministrando
éstos al Señor, y ayunando, DIJO EL
ESPÍRITU SANTO: APARTADME A BERNABÉ Y A SAULO PARA LA OBRA A QUE LOS HE LLAMADO.
3 Entonces,
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
¿Ven ustedes? Al igual que con el
llamamiento de los 12 primeros apóstoles, aquí Pablo y Bernabé fueron delegados
a una obra específica: “PARA LA OBRA A
QUE LOS HE LLAMADO”, por lo que se explica el apostolado de Bernabé, para acompañar al Apóstol Pablo. De Bernabé
se menciona mucho en pasajes previos a esta encomienda en Hechos 13:1-3. Por
ejemplo:
27 Entonces
Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había
visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había
hablado valerosamente en el nombre de Jesús. (Hechos 9:27).
22 Llegó la
noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y
enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.
23 Este, cuando
llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con
propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
24 Porque era
varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue
agregada al Señor.
25 Después fue
Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.
(Hechos
11:22-25)
Por estos pasajes podemos reconocer lo
involucrado que estaba Bernabé en la obra del Señor, y tanto así él fue útil
que hasta los apóstoles lo comisionaron o delegaron (apostolaron) para ir y apoyar convenientemente la obra que se
estaba despertando con tan buen testimonio de la gracia de Dios entre los
santos en Antioquía (Antioquía está ubicado al norte de la actual Siria). Sin
embargo, y por lo que leemos en Hechos 13:1-3, Dios igualmente dio testimonio
acerca de Bernabé, confirmándole el oficio de apóstol, al encomendarle
la labor para acompañar al Apóstol Pablo.
Otra cita Bíblica que limitaría el
apostolado únicamente a los 12 que el Señor llamó, incluyendo a Pablo, es 1
Corintios 15:7-8, en el contexto de cómo el apóstol sucinta la aparición del
Señor Jesús, RESUCITADO, ante Sus apóstoles, y aún ante más de 500 hermanos a
la vez, "de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen." (v. 6):
7 Después
apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;
8 y al último
de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
Miren cómo Pablo concluye aquí, en el
contexto de la aparición del Señor "a todos los apóstoles", para
decir "y al último de todos", ¿Todos qué?; si ligamos la declaración
del versículo 8 al 7, seguramente concluimos que él se está refiriendo "a
todos los apóstoles", "y al último de todos [los apóstoles],... me
apareció a mí." para, otra vez, concluir que el apostolado o la delegación
del Señor Jesús terminó con Pablo. Sin embargo, por lo que comprendemos a
través de Hechos 13:1-3, Apocalipsis 2:2, y también por las expresiones del
Apóstol Pablo en 2 Corintios 11:13: "Porque éstos son falsos apóstoles,
obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.", como
con el caso de Apocalipsis 2:2, no se podría concluir que el régimen del apostolado terminó con el llamamiento,
para este oficio, del Señor sobre Sus 12 apóstoles, incluyendo a Pablo.
Así, por lo leído en todos estos
pasajes, podríamos concluir que solo hay 12 apóstoles, los que el Señor Jesús
personalmente llamó y constituyó con el oficio de apóstol (incluido el Apóstol
Pablo, tal como él lo declara en Gálatas 1:1, y otras cartas) e, igualmente,
hay apóstoles de hombres y por hombres, constituidos y encomendados por hombres
a los que, tal como hicieron los Hermanos de Éfesos (Apocalipsis 2:2), bastaría
chequear si la enseñanza que ellos imparten es conforme a las enseñanzas del
Apóstol Pablo, el perito y arquitecto que tuvo el privilegio para poner el
Fundamento, el Cual es Jesucristo mismo, el Verbo, la Palabra.
Seguidamente, les inserto el trabajo
titulado ¿ESTARÁ VIGENTE HOY EL MINISTERIO DE LOS APÓSTOLES?, de la web Fundamento Evangelístico, para
vuestra consideración y estudio sobre la materia.
La
gracia de Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.
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