144 Ahora, antes de que
dejemos este tema, quiero aclarar definitivamente lo que es el bautismo del
Espíritu Santo, según las Escrituras; no según mi pensamiento ni tampoco el
suyo. Tiene que ser según ASI DICE EL SEÑOR, o de otra manera estaremos
falsamente guiados. Amén.
145 En primer lugar, Ud.
notará que en mis reuniones cuando he acabado de predicar un sermón
evangelístico, o algún mensaje de doctrina, extiendo la red y hago una
invitación a los congregantes. Yo les invito a que vengan al frente a recibir
el Espíritu Santo. Mis amigos Pentecostales, al oírme decir esto, creen que
estoy invitando a la gente a que venga a recibir el Espíritu Santo porque ya es
gente renacida. Así que cuando invito a aquellos que son llenos del Espíritu
para que vengan a ayudarnos con estos que han respondido a la invitación a
recibir el Espíritu, estas personas preciosas vienen y obran con los
arrepentidos de tal modo que los animan a rendirse a Dios y creer en el hablar
en lenguas. Esto ha causado una gran confusión y yo les diré exactamente lo que
he querido decir. Lo que yo he querido decir es que el pecador venga para ser
renacido, lo cual equivale a ser bautizado en el Cuerpo de Cristo por medio del
Espíritu Santo, que fue realmente lo que sucedió en el Día de Pentecostés,
cuando la Iglesia tuvo su principio. En otras palabras, ser nacido del
Espíritu, es ser verdaderamente bautizado con el Espíritu Santo. Es una y la
misma cosa.
146 Ahora, yo me doy cuenta de
que esto está confuso por el momento, como es que la mayoría sabe que yo fui
ordenado como ministro bautista y he declarado invariablemente que los
bautistas se han desviado al decir que uno recibe el Espíritu Santo CUANDO
cree, porque no es así. Ud. lo recibe “DESPUES que cree”.
Díjoles:
¿Habéis el Espíritu Santo después que creísteis? Y ellos le dijeron: Antes ni
hemos oído si hay Espíritu Santo.
Entonces dijo:
¿En qué, pues, sois bautizados? Y ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
Y dijo Pablo:
Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen
en el que habría de venir después de él, es a saber, en Jesús el Cristo.
Oído que
hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Y habiéndoles
impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en
lenguas y profetizaban.
Hechos
19:2-6 (Antigua versión)
147 Ahí está. Pablo preguntó:
“¿Habéis recibido el Espíritu Santo DESPUES (NO CUANDO) creísteis”? Y allí hay
una gran diferencia, porque es DESPUES de que creemos que lo recibimos. Efesios
1:13 es una repetición exacta de lo que sucedió en Efeso según Hechos 19:
En él también
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él (no cuando creísteis), fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la promesa.
Efesios
1:13
148 Ahora, aquí está mi punto.
Muchos modernistas, y aun los fundamentalistas (así-llamados) creen en la
salvación como un cierto momento, que en muchos casos es llamado “haciendo una
decisión”, y eso ha sido llamado “recibiendo a Cristo” o “siendo renacido”.
Ahora, recibir a Cristo es recibir Su Espíritu. El recibir Su Espíritu es ser
renacido. El recibir Su Espíritu es ser bautizado con el Espíritu Santo. Amén.
Estas personas creen. Eso es maravilloso, pero allí se detienen. Uno recibe el
Espíritu Santo DESPUES que cree. Siempre ha sido así y siempre será. La primera
palabra de orientación a la gente fue por Pedro en el Día de Pentecostés, y él
dijo:
Arrepentíos, y bautícese cada
uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para
vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están
lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos
2:38 y 39
149 Estas instrucciones
vinieron como una respuesta directa de Pedro en relación a lo que había
sucedido en el Día de Pentecostés. Lo que aconteció fue que Dios, de acuerdo
con Joel 2:28, estaba derramando Su Espíritu sobre toda carne. El no había sido
derramado o dado antes de este tiempo. Este era el tiempo. Pero ESTO habría de
venir de aquí en adelante por medio del arrepentimiento y al ser bautizado en
el Nombre del Señor Jesucristo; entonces Dios estaría comprometido a llenar a
aquellos que vinieran. Ni Pedro ni ninguno de los otros apóstoles dijo: “Os es
necesario nacer otra vez y luego seréis llenos del Espíritu Santo”.
150 De que ésta es la
experiencia con relación al derramamiento del Espíritu Santo, se nota
claramente en la ocasión cuando el Espíritu cayó sobre los creyentes en
Samaria.
Entonces
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.
Y la gente,
unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las
señales que hacía.
Porque de muchos
que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos
paralíticos y cojos eran sanados;
así que había
gran gozo en aquella ciudad.
Pero había un
hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había
engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande.
A éste oían
atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es
el gran poder de Dios.
Y le estaban
atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo.
Pero cuando
creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios, y el nombre de
Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
También creyó
Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las
señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.
Cuando los
apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra
de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan;
los cuales,
habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;
porque aún no
había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido
bautizados en el nombre de Jesús.
Entonces les
imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.
Hechos
8:5-17
151 Según el versículo 12,
ELLOS CREYERON LA PALABRA, entonces fueron bautizados en el Nombre del Señor
Jesús. Pero según el versículo 16, y en vista de todo esto, TODAVIA NO HABIAN
RECIBIDO EL ESPIRITU SANTO. Fue solamente DESPUES de haber creído y de ser
bautizados correctamente, cuando recibieron el Espíritu Santo. Esta es
exactamente la forma enseñada por Pedro en Hechos 2:38-39.
Otra Escritura que arroja luz
sobre este asunto, está en Gálatas:
Cristo nos
redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
para que en
Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por
la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Gálatas
3:13 y 14
152 Ahora, de ninguna manera
se puede decir que la “bendición de Abraham” es el nuevo nacimiento, y que la
“promesa del Espíritu” es el bautismo del Espíritu Santo, como dos cosas
separadas. Porque esta Escritura se puede leer así: “Jesús murió en la cruz, y
por medio de aquella muerte y resurrección la bendición de Abraham vino a los
gentiles, dejando los judíos. Esto transcurrió para que el Espíritu fuese
disponible para los gentiles”.
153 Al entender lo que acabo
de decir, se pone en claro porqué los estudiantes nunca han hallado en ninguna
parte de la Escritura que Pablo diga: “Os es necesario ser nacido de nuevo y
ENTONCES ser llenado del Espíritu”. Ellos han inferido que existe, y han puesto
sus propias interpretaciones para que diga así, PERO LA ESCRITURA NO DICE ESO.
Ni tampoco lo dijo Jesús. Vea esta Escritura y léalo ahora con entendimiento.
En el último y
gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno
tiene sed, venga a mí, y beba.
El que cree en
mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del
Espíritu, que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había
venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
San
Juan 7:37-39
154 Ahora, aquí dice
enfáticamente que el creyente al beber, por medio de venir a Jesús en fe, tendría
ríos de agua viva saliendo de sí mismo. Y esta experiencia quedó establecida en
el Día de Pentecostés. Ahora, con este pensamiento en la mente, leamos:
Respondió Jesús
y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de
beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
San
Juan 4:10 y 14
155 Esta misma agua viva es
mencionada aquí, pero esta vez no es llamada un río, sino un pozo artesiano.
Allí es donde la gente comete su error. Por el hecho de que es llamado un pozo
y un río, piensan que en un lugar es Vida Eterna dada por el Espíritu; y en el
siguiente lugar, donde es llamado un río (implicando un gran dinamismo), tiene
que ser el Espíritu dado como una investidura de poder. ¡No es así! Es uno y el
mismo. Es el Espíritu que da vida y poder, el cual vino en el Día de
Pentecostés.
156 ¿Qué fue lo que causó este
mal entendimiento? La respuesta es: ‘EXPERIENCIA’. Nos hemos basado en la
experiencia y no en la Palabra. ¡Fuera con la experiencia como regla! Solamente
hay una plomada, una sola vara para medir, y esa es la PALABRA.
157 Ahora, fíjese bien y
reciba eso. Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo”. Pablo dijo: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo DESPUES que
creísteis”? Aquí está nuestro problema: La gente se arrepiente de su pecado, se
bautiza en agua, PERO NO CONTINUA HASTA RECIBIR EL ESPIRITU SANTO. UD. CREE
HACIA EL RECIBIMIENTO DEL ESPIRITU. Creer en Jesús es dar un paso en la
dirección correcta, la cual es hacia el Espíritu Santo. Pero allí se detienen.
Ellos van hasta el agua y allí se detienen. Creen y entonces se detienen. La
Biblia no dice que uno lo recibe CUANDO cree; más bien dice: “¿Habéis recibido
el Espíritu Santo DESPUES que creísteis”? La traducción literal y exacta es:
“¿Habéis recibido el Espíritu Santo, habiendo creído previamente”? La gente
cree y luego se detiene. Uno no recibe el Espíritu Santo creyendo HACIA El,
habiéndose arrepentido. Pero continúa y recibe el Espíritu Santo. ¿Lo ve Ud.?
Eso es lo que tienen de mal los fundamentalistas; no tienen poder porque no
llegan hasta Pentecostés.
158 Son como los israelitas
que salieron de Egipto y se detuvieron antes de llegar a la Tierra Prometida.
Ahora, cuando salieron de Egipto, eran como dos millones. Todos viajaron
juntos, todos vieron las mismas maravillas de Dios, todos se aprovecharon del
maná, y del agua de la piedra herida, todos siguieron la misma Nube de día y la
Columna de Fuego de noche; pero SOLAMENTE DOS llegaron a la Tierra Prometida.
SOLAMENTE DOS ERAN VERDADEROS O GENUINOS CREYENTES. Eso es correcto porque la
Palabra nos dice que los demás murieron por causa de incredulidad; y por razón
de la incredulidad, no pudieron entrar (Hebreos 3:19). Siendo que esto es
verdad, y solamente ENTRARON DOS, entonces los demás no eran creyentes
verdaderos. ¿Cuál era la diferencia? Dos se mantuvieron con la Palabra.
159 Cuando el corazón de cada
uno de los diez espías empezó a fallar en Cades-barnea, Josué y Caleb no
titubearon porque ellos creyeron la Palabra, y dijeron: “Podemos muy bien
poseer esta tierra”. Sabían que lo podían hacer porque Dios había dicho: “Os he
dado la tierra”. Después de que todos aquellos israelitas habían visto el
poder, la bondad y la liberación de Dios, todavía no entraron en el reposo, lo
cual es un tipo del Espíritu Santo. Así que aquí mismo Ud. puede ver que muy
pocos creerán hasta el punto de recibir el Espíritu de Dios.
Porción del sub-título “El Espíritu Santo En Cada
Edad”, del capítulo La Edad de Esmirna, páginas 144 al 149, del libro Una
Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia, del Rev. William Marrion Branham.
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