miércoles, 29 de mayo de 2019

Libres de la Ira de Dios

Libres de la Ira de Dios

La caída del muro de Jericó
8 Antes que ellos se durmiesen, ella subió al terrado, y les dijo:
9 Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros.
10 Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
11 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
12 Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura;
13 y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte.
14 Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad.
15 Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba en el muro de la ciudad, y ella vivía en el muro.
16 Y les dijo: Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino.
17 Y ellos le dijeron: Nosotros quedaremos libres de este juramento con que nos has juramentado.
18 He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
19 Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.
20 Y si tú denunciares este nuestro asunto, nosotros quedaremos libres de este tu juramento con que nos has juramentado.
21 Ella respondió: Sea así como habéis dicho. Luego los despidió, y se fueron; y ella ató el cordón de grana a la ventana.
Josué 2:8-21

En este pasaje, de Josué capítulo 2, se narra de cómo Josué, quién sucedió a Moisés, comisionó a 2 espías para espiar la tierra de Jericó que, tiempo después, fue tomada y destruida por Israel en su paso hacia la Tierra Prometida, Canaán. Recordemos, Israel había salido de Egipto hacia ya 40 años y, a lo largo del desierto, Dios no solo les proveyó pan y vestido (el vestido y el calzado nunca se envejeció – Deuteronomio 8:4; 29:5), pero también peleó con ellos sus batallas hasta vencer a sus enemigos. Las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés habían quedado establecidas al oriente del río Jordán; y, acampados en Sitim, las tribus restantes esperaban para tomar posesión de las tierras que les serían repartidas al otro lado del Jordán. Acampados en Sitim, es que Josué comisionó a estos 2 espías y, entrados en Jericó, es que entablan una interesante conversación con Rahab, una ramera quién, reconociendo que Jehová “es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra” (v. 11), era evidente que, con ello, ella daba a entender su plena admiración y temor (reverencia) al Dios de los hebreos.

Jericó iba a ser tomada y destruida y, particularmente, sus muros serían destruidos al paso de los ejércitos de Israel; y, ante este temor, porque Rahab -inclusive- tenía su morada justamente dentro de esa muralla, es que ella ruega a estos 2 espías hacer un juramento que, cuando Jericó fuera tomada y destruida, que Israel haría misericordia con la casa de su padre y que, a la usanza de la época, les diera una señal de que eso sería así, por el favor que ella les estaba haciendo, librándolos de los guardias de Jericó.

En los vv. 18-21, leemos lo siguiente:

18 He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana [carmesí, escarlata o rojo] a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
19 Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.
20 Y si tú denunciares este nuestro asunto, nosotros quedaremos libres de este tu juramento con que nos has juramentado.
21 Ella respondió: Sea así como habéis dicho. Luego los despidió, y se fueron; y ella ató el cordón de grana a la ventana.

La sangre siempre fue la manera cómo Dios preservó a Su pueblo, desde Adán en adelante; y, aquí, como en Egipto, cuando Israel -en fe y obediencia- pintó el umbral de sus puertas con la sangre del cordero; un cordón de grana (color rojo) tipificó o significó, en fe o confianza, la manera cómo una prostituta o ramera, evidentemente arrepentida de sus pecados (porque tenía conciencia del Dios Verdadero ante sí, a diferencia de los dioses o ídolos que alguna vez había adorado en su ignorancia), la sangre de un cordero siendo degollado, significando que ella, y los de su casa, morían a sus pecados para, de modo racional y justo, hallar gracia a los ojos de un Dios al que estaba conociendo por Sus antecedentes y características que la habían impresionado hasta el arrepentimiento, hasta su conversión, hasta santificarla para -tan solo- adorar a este Dios, el Dios de los hebreos.

La historia nos narra, en Josué capítulo 6, que Israel tomó Jericó; que el muro que custodiaba o guardaba a esta ciudad fue derrumbado al sonar de las vocinas y el grito con gran vocerío del pueblo. Luego se lee: “El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres, mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos.” (vv. 20-21).

Pero, en los vv. 23 y 25 se lee el cumplimiento del juramento que los 2 espías le habían hecho a esta mujer, ¡una ramera!:

23 Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel.
25 Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.

Hoy hay mucho, muchísimo más poder en la Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Aquella sangre de animales fue solo un tipo o sombra de la Sangre que, con el Señor Jesús, sería derramada para perdón de nuestros pecados; y, como con Rahab y su casa, en días del Apóstol Pablo, él dijo lo siguiente a un carcelero recientemente arrepentido:

Ellos [Pablo y Silas, su compañero de misión] dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Hechos 16:31

El Hermano Branham dijo:

Nuestra arca del Espíritu Santo flotará por encima de los juicios de Dios, porque nosotros ya hemos sido juzgados, cuando confesamos a Jesús, y Él llevó nuestro juicio.
62-0211 La Unidad, párr. 197

58 La serpiente sobre el asta es un tipo de lo que Jesús vino al mundo para lograr. Él fue hecho carne para poder llevar sobre Sí mismo los juicios de Dios respecto al pecado. El fundamento del altar de sacrificio era de bronce sólido, tipificando el Cordero inmolado desde antes de la fundación del mundo. Juicio ya había sido decretado sobre Él cuando aún no había pecadores. La salvación siendo enteramente del Señor, Él pisó solo el lagar del vino de la ira de Dios. Su vestimenta fue teñida de color carmesí por Su propia sangre. Su porción fue el horno ardiente del justo juicio y la ira de Dios. Él sufrió, el justo por los injustos. “Tú eres digno, o Cordero de Dios, porque nos has redimido por Tu propia sangre”. “Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. …mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” Isaías 53:5 y 6.
Una Exposición de Las Siete Edades de La Iglesia, Cap. 2, La Visión De Patmos, párr. 58

En el v. 33, de este capítulo 16 del libro Hechos, leemos que el carcelero tomó a Pablo y Silas, lavó sus heridas (porque habían sido castigados con vara, vv. 22 y 23) y, acto seguido, fue bautizado con todos los suyos. El bautismo que aquí se refiere, y relación con la forma cómo alguna vez fue un hombre o mujer bautizado, es de sumergir al arrepentido en las aguas; tipificando o significando, con esto, que uno se identificaba con la muerte y sepultura del Señor Jesús; dando a entender que esa muerte fue su muerte; y que ahora él moría por la muerte sustitutoria del Salvador, para, en adelante, resucitar para una nueva vida mediante el poder con el que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos (Romanos 6:3-4). En definitiva, el bautismo en agua, en el Nombre del Señor Jesús, sintetiza el Evangelio de Jesucristo; y es, en sí mismo, una confesión práctica de nuestra fe o confianza en lo que Él hizo en nuestro lugar en la cruz o madero; donde Él se hizo maldito, para que nosotros fuéramos benditos.

Recientemente, nuestro país y otros fronterizos, fue remecido por un sismo de magnitud 8 y, por información sin corroborar, se comparte que una de las placas de Nazca cedería y podría ser causa de otro movimiento telúrico, y quizá de igual o mayor magnitud. No es para alarmar a nadie, pero es conocido que estamos ubicados dentro de un corredor de alta actividad sísmica y que, en cualquier momento, según nos lo han manifestado nuestros científicos, Lima podría ser remecida por un fuerte terremoto.

Cierto, debemos estar preparados para ello; y, por eso mismo, Defensa Civil ha dado instrucciones para minimizar lo que podría significar una destrucción vasta, descomunal, con alto índice de muertos. Pero, ¿estamos preparados? Seguramente, familias de regular o significativo nivel económico, quizá estén en condiciones para prepararse con mochilas de sobrevivencia, además de tomar otras previsiones; pero, lo cierto es que la mayoría vive en viviendas hasta precarias, mal construidas (sin criterio antisísmico), y con calidad de suelos inseguros para soportar una remecida de presentarse un sismo de alta intensidad y duración.
 
Lima, Terremoto 1940
¿Qué haremos en tales condiciones? Una vez más, tenemos que tomar posesión del inmenso amor que Dios ha mostrado en la cruz de Su Hijo, Jesucristo; y, si usted tiene fe suficiente para ello, para pedir a un ministro del Evangelio para ser bautizado en las aguas (de la muerte) en el Nombre, invocando el Nombre de Jesucristo; ¡hágalo! ¿Cuidará esto de su casa? No lo sé; pero, lo más importante, cuidará de su alma para que, llegado el momento, usted parta en paz; y seguro, hacia un mundo donde ya no habrá perturbación ni dolor.

El Apóstol Pedro dijo estas palabras respecto el bautismo o sepultura en el Nombre del Señor Jesús:

El bautismo que corresponde a esto [se está refiriendo a cómo el Arca, tipificando el Nombre de Jesús, salvó a Noé y los suyos tras el diluvio] ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino [pero] como la aspiración [demanda] de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo.
1 Pedro 3:21

Sí, este bautismo en el Nombre del Señor Jesús nos salva, “porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12); y cuando nos identificamos con este Nombre, y la autoridad habida en el Nombre de Jesús, luego Dios nos declara justos y salvos; y, en consecuencia, nos da Su Espíritu como una Señal de que hemos creído; y Eso nos guarda para Vida Eterna (Efesios 1:13-14).

38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese [sea bautizado, en el griego] cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y [en consecuencia] recibiréis el don del Espíritu Santo [la Vida de Dios].
39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos 2:38-39

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
Romanos 1:18

Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
Romanos 2:5

5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,
10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;
11 porque no hay acepción de personas para con Dios.
Romanos 2:5-11

8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Romanos 5:8-9

1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Efesios 2:1-3

y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
1 Tesalonicenses 1:10

Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

1 Tesalonicenses 5:9






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