martes, 29 de diciembre de 2020

 ¡Un próspero año 2021!

 

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

3 Juan 1:2

 

P

róximos para ingresar a un nuevo año de nuestro común calendario (porque los budistas, chinos, hebreos y/o judíos, musulmanes y persas usan de otro calendario), este 1 de enero de 2021, quisiera compartir mi personal reflexión que, muy posible, tenga mucho en relación con la de muchos de ustedes.

 

Trabajé para una empresa dedicada a la logística y, concretamente, como auxiliar de almacén; y, de mi experiencia todo el tiempo que trabajé como almacenero, supe de un práctica que, año a año, cada seis meses o a-cíclicamente (por alguna emergencia), fue parte importante del control que hay en todo almacén, por pequeño que éste sea: El Inventario; y, cuantas veces participé de un inventario, principalmente los de fin de año, esto nos dejaba lecciones para, en el año que venía, asumiéramos las acciones que convenían a la empresa para que, si por allí habían errores que causaron daño a la empresa, a su activo (que era enorme), en el próximo año asumiéramos las acciones y correcciones para que tales errores no volvieran a suceder. De esta manera, podríamos decir que nos asegurábamos que, en el próximo año, tendríamos prosperidad respecto los casos que en el año que terminábamos nos eran objeto de observación, crítica y corrección. Esto me dejó una lección de vida; para, al igual que toda empresa, proponerme un año nuevo mejor no sin antes aceptar, con humildad, las observaciones y correcciones que me dejaba el inventario de mi vida a lo largo del año que terminaba.

 

Estamos próximos para entrar al año 2021; y, como bien nos “bombardean” día a día las noticias, por razón de una pandemia que aún sigue siendo nuestro más incómodo compañero, se nos vaticina una “segunda ola” o el brote de un cuadro pandémico con mayor estrago que el habido hasta hoy; y que, para que esto lo consideremos como cierto, este cuadro ya lo estamos viendo en la experiencia de los países de Europa; donde, por ejemplo en Inglaterra, se registraron poco más de 900 fallecidos en un solo día, lo que volvió a alarmar a toda Europa; y, por supuesto, a todo el mundo.

 

Como muchos de ustedes que frecuentamos diversos medios de comunicación o redes sociales como el Facebook, Messenger, WhatsApp y otros, a diario nos llegan buenas noticias, notas que tienen la intención de animarnos en el día presente; por ejemplo, con un “¡Que tengas un lindo día!”, ¿verdad?; pero, igualmente, o hasta quizá con mayor frecuencia, recibimos malas noticias relativos a la pandemia y cómo nuestros científicos y autoridades lo están afrontando; y, a esto, con el agregado nada grato de críticas contra los protocolos que se han ido desarrollando para controlar el covid-19 y, finalmente, contra las vacunas que se estarían elaborando con mucha crítica. A veces termino el día y, no sabiendo a quién creer (obstante las críticas parecen estar algo significativamente fundadas y expuestas por profesionales de la salud), quisiera eliminar mi cuenta de Facebook, Messenger o WhatsApp; pero, al rato, con algo de aliento decido entregar esta y toda carga a Aquel que sabe cómo confortarnos y darnos aliento para un día próspero, a nuestro Señor y Padre Yehováh (nombre hebreo para Dios).

 

El Señor Jesús (Yeshúa en hebreo) dijo: “Venid a mí todos los que estáis cargados y cansados, y Yo os haré descansar…” (Mateo 11:28-30); y, ciertamente, estoy aprendiendo a depositar mis cargas y buscar reposo y recuperación para un nuevo día, en Cristo Yeshúa; porque Él es Aquel a Quién Dios ha designado para ser nuestro Propiciatorio, Aquel Quién puede compadecerse de nuestros errores y fallas en la vida.

 

¿Qué balance nos merece este año 2020 que estamos próximos a despedir? En lo personal, puedo calificar mi año 2020 como positivo; porque, aún y cuando no he logrado aquello que es motivo de mi llamamiento en Cristo Yeshúa, aun así he aprendido para afirmarme aún más en Sus promesas, Sus mandamientos, Su verdad absoluta; creyendo, un poco más que ayer y en palabras del apóstol, que Él es poderoso para cumplir lo que ha prometido (Romanos 4:21).

 

Éste año 2020 ha sido uno de los más duros por los que hombre alguno haya pasado; y, para todo cristiano, que aspira adorar a Yehováh Dios en toda circunstancia, no importando las vicisitudes por las que uno atraviese, éste año ha significado una de las más claras pruebas para nuestra fe: en lo personal, fui sacudido y turbado hasta la angustia (Mateo 24:6; Marcos 13:7) que, de no haber sido por esta pequeña medida de fe que confío haber recibido de Dios, seguramente habría reaccionado en la anarquía como muchos están obrando, revelándose contra nuestras autoridades.

 

El Dios que dijo que estas cosas iban a suceder (Mateo 24), tiene la gracia para sostenernos en todo momento y ayudarnos para mostrar un testimonio que diga de una fe que agrade a Dios; y que, seguramente, nos dará parte y suerte con todos los bendecidos en Cristo Jesús o Yeshúa.

 

Así, cuando muchos vaticinan un año 2021 sombrío para este 2021; yo espero, con Su ayuda, Su gracia o favor, vivir por encima de todo ello, porque “Sobre una roca me pondrá en alto.” (Salmo 27:5).

 

¿Qué deberíamos hacer para asegurarnos un próspero año 2021? ¿Vestirnos con prendas de color amarillo, comer pasas, un baño personal u otro ritual; o, como algunos seguramente lo harán, consultar con el tarot, las cartas, la huija o ouija? Por qué no mejor invocar o llamar al Dios que tiene control del futuro; y, tanto así que, en el libro del Apocalipsis o Revelación, ya están escritos los sucesos que acontecerán en los próximos años para alegría de los justos y tristeza y angustia del pecador. Si Dios hasta aquí ha cumplido casi todas Sus profecías, siendo la principal de todas éstas el advenimiento de Su Mesías o Cristo, nuestro Señor Jesús o Yeshúa; y, con Él, toda promesa que por Su causa es dada a la Iglesia; entonces, ¿cómo no creer en las promesas que están por suceder en adelante? Está prometido el arrebatamiento de la Iglesia (los santos en Cristo Yeshúa), juntamente con la resurrección de los muertos en Cristo (la primera resurrección); y, según lo enseñó el Rev. William M. Branham, Él quitará a Su Iglesia de la tierra para, después, desatar toda la ira de Sus juicios contra un mundo pecador que se complació en el pecado, que nunca procedió al arrepentimiento. Vienen Sus juicios, amigos, familia, hermanos en Cristo (1 Tesalonicenses 5:1-11; 2 Tesalonicenses 2:1-17; 2 Pedro 3:1-18; Apocalipsis 16:1-21); y, en aquel día, el Día del Señor, no prosperará nada sino Su ira, Su enojo.

 

¿Qué deberíamos hacer para tener parte y suerte con Sus promesas de bien, de paz y prosperidad, para proveernos un año 2021 promisorio, con la promesa de Sus promesas que Él siempre cumple? Respuesta: solo creer en Aquel a Quién Dios envió, en Jesucristo, Yeshúa el Cristo; porque Él llevó la ira y el castigo de Dios por nosotros; para que nosotros, siendo justificados por la fe en la obra vicaria del bendito Yeshúa, tengamos paz y prosperidad, no solo este año 2021 sino por toda la eternidad.

 

El apóstol Juan hizo esta declaración a Gayo, un anciano y condiscípulo suyo de aquel tiempo: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” (3 Juan 1:2); y, cuando leemos la expresión “deseo”, ésta contiene las mismas raíces para la expresión “orar”; por lo que, igualmente podríamos leer: “Amado, yo oro que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” Yo podría desear muchas cosas; pero, si no son la voluntad de Dios, quedarán como deseos incumplidos; pero, si reconozco que el alma de una persona está prosperando en fe, virtud, conocimiento, dominio propio (templanza), paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (2 Pedro 1:5-7), mi deseo es más que un simple deseo; para, en oración, pedir porque tal persona sea prosperada en todo lo demás, en su salud, tanto como su alma, lo más profundo de su ser ya está prosperando por la ministración de la bendita Palabra de Dios.

 

Este año 2021 es mi oración, más que mi deseo, es un deseo puesto en acción mediante la oración al Dios que escucha, porque tú conozcas a Dios, Yehováh es Su nombre; y que, conociéndole, sepas cómo conducirte delante de Él hoy y siempre, agradándole, para una vida próspera y confiable para el porvenir. ¿Y cómo Le conocemos? Sencillo: mientras lecturamos Su bendita Palabra, en oración, clamando porque Él nos ayude a entenderlas.

 

17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

1 Juan 2:17

 

¡Un Próspero Año 2021, en Cristo Yeshúa. Amén!

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados

 Porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados

21 Y dará a luz un hijo, y llamarás Su nombre Jesús [Yeshúa, en hebreo], porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.

Mateo 1:21

 

Estamos cerca de la Navidad y, como años anteriores, quisiéramos rememorar que, un día 25 de diciembre, nació el Salvador del mundo; aunque, ciertísimamente, hay pruebas suficientes como para desestimar que el Salvador naciera en esta fecha; sin embargo, y porque tal parece que ésta sería el pretexto o excusa única para rememorar con sentido de festividad Su nacimiento, quisiéramos festejarlo o celebrarlo con toda la alegría y acción de gracias que el hecho amerita, motiva.

 

En el versículo que hemos copiado aquí, se dice que la orden del ángel (posiblemente el mismo ángel que visitó a María, en San Lucas 1:26-38), que debían llamar al niño por el nombre de Jesús; y, seguidamente, el ángel da la explicación del porqué de este nombre: “porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.” No hay mensaje más consolador que éste, que Dios nos envíe un Salvador para salvarnos de nuestros pecados.

 

En Romanos 3:9-18, el apóstol detalla la condición de todo hombre (o mujer), que “No hay justo, ni aún uno”; y, en el capítulo 6 y versículo 23 de este mismo libro, que “la paga del pecado es muerte”, por lo que todos estaríamos condenados a muerte de no mediar un Salvador, Alguien que nos salve de la muerte producto de nuestro pecado.

 

La pregunta sería, ¿por qué Dios querría matarnos, por causa del pecado?

 

Romanos 3:23 sería la respuesta a esta interrogante: “por cuanto TODOS pecaron, y están destituidos [faltos] de la gloria de Dios [no nos parecemos a Él].”

 

En el principio, Dios creó los cielos y la tierra, y todo lo que lo habita; y, cuando Él había concluido la obra de la creación, las Escrituras afirman que Él estaba complacido de Su trabajo, de Su obra:

 

31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.

(Génesis 1:31)

 

Pero, tan pronto como nuestros primeros padres pecaron, la muerte entró en el mundo; y, tanto así que, por causa de este pecado, toda la creación fue contaminada en corrupción:

 

17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

 

Así, toda la creación, juntamente con los hombres, estábamos condenados a morir; y, según Apocalipsis 20:15, para morir por toda una eternidad. Pero Dios, que es rico en misericordia, es evidente que, desde aquella vez que nuestros padres pecaron trayendo, con ello, maldición a toda su descendencia o generación, también proveyó la manera para salvar a Su hijo de su pecado; cuando, en Génesis 3:21, Él cubrió a Adán y Eva con túnicas de pieles, tipificando desde ese preciso instante la muerte de un Sustituto o Vicario por Su hijo, por nosotros.

 

18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos

Romanos 5:18-19

 

Por esto mismo apareció Jesús, nuestro Salvador, para todos los que le reciben y confiesan como tal, creyendo en Su obra sustitutoria o vicaria por nosotros en la cruz. El apóstol escribió:

 

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Romanos 5:6-9

 

Si nuestra religión no tiene el poder para proveernos el Espíritu Santo, que es la señal de Su aprobación, que Él nos ha justificado por la fe en Jesucristo, entonces nuestra religión es vana, es otro delantal de hojas de higuera (Génesis 3:7), porque “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22); y las hojas de higuera, por más que parecieron cubrir la aparente desnudez de Adán y Eva, no pudieron cubrir su pecado. Y, desde entonces, TODOS nacemos pecadores; por consiguiente, TODOS necesitamos de un Salvador, de Uno que nos salve de nuestros pecados que nos califican que somos incompetentes para vivir, honrar y glorificar a un Dios justo y santo. El hecho de que pecamos, eso demuestra de que somos pecadores.

 

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Romanos 3:23

 

El Rev. William Branham dijo lo siguiente:

 

239 Por eso es que nuestra religión es por Sangre, la Sangre. La Vida está en la Sangre que cubre la Palabra. Y la Vida es la… Está en la Sangre. La Sangre es religión [la palabra religión proviene del latín religare o volver a atar], y la Vida en la Sangre es lo que produce los resultados. ¡Oh!, ¿lo ven? ¿Ven?

240 No es cubrirse con hojas de higuera; Adán y Eva intentaron eso una vez. Caín hizo lo mismo. ¿Notaron eso Uds.? Caín también trajo de la vida botánica (¿ven?); pero no funcionó. Eso no les funcionó a Adán y a Eva, y eso no funcionará hoy. Cuando Dios lo rehusó en el principio, queda rehusado por la Eternidad. Credos hechos por hombres y pensamientos jamás la substituirán.

62-0422 - La Restauración Del Árbol Novia

 

53 Por eso fue que las manzanas y melocotones y demás cosas de Caín, no funcionaron. Tenía que ser una vida que tuviera sangre, y la vida había salido del sacrificio, y ahora la sangre era la señal de que el mandato de Dios había sido llevado a cabo. Ahora, ¿qué requirió Dios? La vida; y la sangre mostraba que una vida había tenido que desaparecer. Así que la sangre era la señal que la vida había sido sacrificada, que algo había muerto (el requerimiento de Dios); que una vida había sido sacrificada, y que la sangre había sido derramada. Y la sangre representaba la señal, de que una vida había desaparecido. La vida del animal la cual Dios había dicho debía ser tomada, era la sangre representando la señal. ¿Ven?

63-0901m - La Señal

 

56 Ahora, en aquel tiempo, la señal debía estar en la puerta. Debía estar allí, a pesar de lo religiosa que fuera la casa, de cuán religiosa era la gente, o lo bien que habían criado a sus hijos; de lo bien que habían asistido a la iglesia, o lo bien que ellos habían desplegado todas las cosas que Dios había dicho. Sin embargo, en esa hora final, donde era un reto entre la muerte y la vida, la sangre tenía que estar desplegada. Y la sangre mostraba que un sustituto inocente había sido tomado en lugar del adorador. Y la química de la sangre, la misma sangre roja, era una señal sobre la puerta de que esta casa estaba a salvo, bajo la sangre. Ahora, eso fue un tipo.

63-1028 - Perdón

 

De manera que, aquel día, tarde o noche (las Escrituras no lo precisa), cuando nació nuestro bendito Señor Jesús, nació nuestra salvación: “porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:21). ¡Qué noticia más dichosa para compartir! Y que, por lo mismo, es que el ángel dijo a los pastores: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas [del griego euangelizō, traducido como evangelio] de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (Lucas 2:10-11)

 

Que la dicha que reinó en el corazón de aquellos pastores; como, después, en Simeón, un hombre piadoso que espera la consolación de Israel, y Ana, la profetisa (Lucas 2:21-38), reine en nuestros corazones; cuando, este 25 de diciembre, hagamos remembranza y meditemos sobre el inmenso significado del nacimiento, natividad o navidad de nuestro Señor Jesús; que, desde Su concepción en el vientre de María, Él ya estaba ordenado para ser nuestro Salvador; y, tanto así que, para recordárnoslo todo el tiempo, Dios puso por nombre a Su Hijo, Jesús. Cierto, el nombre Jesús es un nombre latinizado que, realmente, no tiene etimología, origen o procedencia; que pareciera que, al no poder o querer usar Su nombre en hebreo, Yeshúa, se trasliteró del hebreo al griego, del griego al latín y, desde allí, a nuestro idioma el español; con lo que, y sin darse cuenta en el daño que se estaba causando, perderse el sentido que todo nombre en hebreo está construido; y, en el caso de nuestro Salvador, Su nombre Yeshúa significa Yehováh es nuestro salvador o salva.

 

¿Celebrarán el nacimiento de Jesús, el Salvador o, como los paganos desde tiempos inmemorables, celebrarán el nacimiento del sol, adorando a la creación antes que al Creador (Romanos 1:25)? ¿Aceptaremos el regalo de Dios en la persona de Jesucristo o, por el contrario, cederemos a la fuerte tradición de un ficticio e inventado Papá Noel trayendo regalo para nuestros niños; cultivando en ellos, con esta falsedad, a convivir con la mentira?

 

¡Feliz Navidad, para todos aquellos que celebren el nacimiento, natividad o navidad de Jesús, nuestro Salvador!

 

                      

martes, 15 de diciembre de 2020

Cómo recibir el Espíritu Santo, y cómo actuarás cuando Él venga sobre ti

Cómo Recibir El Espíritu Santo

Y cómo actuarás cuando Él venga sobre ti

Saludos amigos, en el inigualable nombre del Señor Jesucristo.

 

El propósito de este tratado es enseñar cómo puedes recibir el bautismo del Espíritu Santo y mostrar cómo actuarás cuando Él venga sobre tu ser. Nuestra serie de tratados anterior [originalmente presentado en forma de vídeo, en idioma inglés] llamada “El verdadero arrepentimiento” y “Las 3obras de la gracia” le serán de ayuda mientras busca el bautismo del Espíritu Santo, así que lea esos tratados si aún no lo ha hecho.

 

Muchos creyentes se bautizan rápidamente en el nombre del Señor Jesucristo, llamado justificación, y pasan a la santificación y se quedan atascados allí, deseando el bautismo del Espíritu Santo pero sin saber qué hacer. Entonces este tratado se enfoca en la santificación.

 

Comenzaré con Cómo recibir el Espíritu Santo.

 

CÓMO RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO

 

Para pasar de la santificación a recibir el Espíritu Santo, recuerde este sencillo consejo bíblico:

 

“Biblia diaria, ore, y obedezca” Aquí está el razonamiento bíblico detrás de este consejo.

 

I. DIARIO

Si desea el bautismo del Espíritu Santo, debe conectarse DIARIAMENTE con Jesucristo. No se apresure ni se frustre. Permanezca pacientemente en Cristo, o permanezca conectado con Cristo tanto como sea posible, todos los días, porque CRECES en el bautismo del Espíritu Santo al amar y servir a Jesús a diario, como Cristo enseña en Marcos 4: 26-28. La parábola de Jesús dice que el reino de Dios crece en 3 etapas, como una planta de trigo, ¡y esas 3 etapas representan Justificación, Santificación y Bautismo del Espíritu Santo!

 

MARCOS 4:28

28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;

 

Y recuerde que Jesús dice que el Reino de Dios está dentro de usted, o el bautismo del Espíritu Santo, Cristo en usted, la esperanza de gloria (Colosenses 1:27):

 

LUCAS 17:21

21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.

 

II. BIBLIA

La Biblia es la segunda palabra del consejo porque Jesús dice que eres santificado por la VERDAD, y la PALABRA o Biblia es la VERDAD.

 

JUAN 17:17

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

 

Jesús confirma que la santificación viene por la PALABRA, porque Jesús dice que somos santificados por la VERDAD y Su Palabra es verdad. Así que debes alimentarte de la verdad, amar la verdad, pedir la verdad y OBEDECER LA VERDAD.

 

Esto concuerda con que Jesús etiquetó las tres obras de gracia como el camino (JUSTIFICACIÓN), la verdad (SANTIFICACIÓN) y la vida (BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO).

 

JUAN 14: 6

Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

 

III. ORAR

La oración es la tercera palabra del consejo de Jesús, quien nos insta a pedir repetidamente el bautismo del Espíritu Santo en oración, hambrientos y sedientos de Él.

 

LUCAS 11:13

13 † Si, pues, siendo malos, sabéis dar buenos dones a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan?

 

MATEO 5: 6

6 † Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

 

IV. OBEDECER

El cuarto consejo es OBEDECER. Pedro, quien vivió con Jesús y predicó por Él durante 3.5 años, sin el bautismo del Espíritu Santo, nos dijo que debemos OBEDECER a Dios si queremos nacer de nuevo.

 

HECHOS 5:32

32 † Y nosotros somos sus testigos de estas cosas; y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen.

 

Así que este es un resumen simple de SANTIFICACIÓN. Si está leyendo la Biblia DIARIAMENTE, pidiendo en oración el bautismo del Espíritu Santo, hambriento y sediento de Él, y OBEDECIENDO la Palabra lo más sinceramente posible, pronto recibirá el bautismo del Espíritu Santo.

 

Pasemos a la siguiente sección:

 

CÓMO ACTUARÁS CUANDO ÉL VENGA SOBRE TI

 

Actuará de manera similar / de la misma manera como los santos en el Libro de los Hechos que recibieron el Espíritu Santo, y afortunadamente tenemos 5 ejemplos claros de cómo actuaron. Tu experiencia coincidirá con Hechos y tendrás FRUTOS del Espíritu Santo siguiendo tu vida DESPUÉS de recibir la Vida Eterna.

 

¿Quién es el espíritu santo?

 

Pero primero, un espectador me pidió que enseñara la identidad del Espíritu Santo: ¿Quién es Él? Bíblicamente, el Espíritu Santo es Dios mismo, el Padre, porque Dios es una sola persona. El Padre comparte una medida de Su propia vida en tu alma. El bautismo del Espíritu Santo es DIOS mismo que habita permanentemente en tu alma, camina en tu cuerpo. 2 Corintios 6: 16-18 dice:

 

II CORINTIOS 6: 16-18

16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:

    Habitaré y andaré entre ellos,

    Y seré su Dios,

    Y ellos serán mi pueblo. m

17 Por lo cual,

    Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,

    Y no toquéis lo inmundo;

    Y yo os recibiré,

18 Y seré para vosotros por Padre,

Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

 

El Espíritu Santo EN SU ALMA también es PODER, VIDA ETERNA y el ESPÍRITU DE VERDAD, por nombrar algunos.

 

CITAS BÍBLICAS:

El Espíritu es vida eterna - Hebreos 9:14

El Espíritu es poder - Efesios 6:10, I Tesalonicenses 1: 5, 2 Timoteo 1: 7, 2 Pedro 1: 3-4, Apocalipsis 20: 6

El Espíritu es Verdad - la Palabra de Dios - Juan 14:17, 4:24, 15:16, 16:13, Ef. 1:13, 5: 9, 2 Tesalonicenses 2:13, 1 Pedro 1:22, I Juan 4: 6, I Juan 5: 6

 

Volviendo a CÓMO USTED ACTUARÁ CUANDO EL ESPÍRITU SANTO VENGA SOBRE USTED... tendrá una experiencia basada en la Biblia con evidencia de los frutos del Espíritu a partir de ese momento.

 

¿Cómo es bautizado un creyente con el Espíritu Santo?

 

Él ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios que cayó en Su alma desde el cielo, lo que provocó una experiencia de adoración audaz, liberadora y emocional. Lo llamaré el principio de ver y oír. Cada vez que un creyente estaba lleno del Espíritu Santo en el Libro de los Hechos, los observadores podían “ver y oír” los efectos externos de su bautismo interior del alma. Así como “ves y oyes” el nacimiento natural de un bebé, “ves y oyes” el nacimiento espiritual de un cristiano. Cinco textos del Libro de los Hechos ilustran esta revelación y Hechos 11:15 prueba que el Espíritu Santo caerá en las almas de los hombres de una manera similar y llenará de adoración cada vez: “Y cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo cayó sobre ellos, como en nosotros al principio “. Sí, la experiencia del nacimiento espiritual será una experiencia de adoración audaz y liberadora para todo cristiano.

 

    Todo cristiano debe tener la experiencia de ser bautizado con el Espíritu Santo, pero no todas las experiencias son exactamente iguales. No hay una evidencia externa específica del bautismo del alma, como leerá pronto. Puede haber una variedad de expresiones en el momento literal de recibir el bautismo del Espíritu Santo, como hablar en lenguas para que otros puedan entender el evangelio, declarar las maravillosas obras de Dios, profetizar o magnificar a Dios, pero cada experiencia es un cambio de vida sin timidez. La experiencia de un creyente también debe estar basada en la Palabra, lo que significa que el cristiano puede identificar cómo su experiencia coincide con una de las del Libro de los Hechos cuando el Espíritu Santo cayó sobre las almas. Es como si estuvieras en el aposento alto en el capítulo 2 de Hechos porque tuviste una experiencia similar.

 

    Si bien la emoción viene con la experiencia “ver” y “escuchar”, no es el foco de ella. Muchos adoradores se emocionan pero nunca se arrepienten por completo de sus pecados para experimentar una vida diferente. El enfoque al comienzo de la experiencia “ver” y “oír” es alabar amorosamente a Dios mientras le pide que llene su alma. A nuestro Padre le encanta escuchar a Sus hijos orar y pedirle que cumpla Su Palabra, así como los padres terrenales disfrutan de satisfacer las peticiones de sus hijos. Jesús dice en Lucas 11:13: “Entonces, si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenos dones a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan?”

 

    En Hechos 2: 1-33, Pedro origina el Principio de “ver” y “oír” al decirle a la multitud: “Por tanto, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto: que ahora veis y oís.” Al principio del capítulo, los 120 creyentes se llenaron tanto del Espíritu Santo, que dejaron el aposento alto y salieron a las calles de Jerusalén alrededor de las 9:00 am declarando las “obras maravillosas de Dios” de tal manera que fueron acusados de estar borracho de vino. El Espíritu Santo en las almas de estos nuevos cristianos hizo que las alabanzas de Dios fluyeran de sus almas, a sus mentes y luego a sus cuerpos y bocas mientras se movían por las calles y hablaban con valentía de las obras de Dios. Se ha dicho que un nacimiento natural es un desastre y también lo es un nacimiento espiritual. Todo el gozo, la adoración ruidosa, la emoción y la victoria fluyen a la vez. Al mundo le parece desordenado, como una borrachera natural, pero es un nacimiento espiritual. Es una emergencia. ¡Es la vida eterna!

 

Hechos 2 no fue una experiencia de “La oración del pecador” sin emociones y con un guión. Esta era el “agua viva” prometida de la que habló Jesús, que brota de almas satisfechas recién llenas de vida eterna. Note cómo Hechos 2: 6-11 enseña que la multitud entendió todo lo que estos galileos llenos del Espíritu Santo estaban diciendo. No hablaban idiomas desconocidos, sino conocidos. Pedro y sus discípulos galileos estaban declarando las obras de Dios en el idioma galileo, mientras que Dios permitió milagrosamente que los extranjeros escucharan sus palabras en sus idiomas nativos. El milagro fue escuchar, no tanto hablar. Pronto se abordará este tema.

 

    El principio de “ver” y “oír” se ve por segunda vez en Hechos 4:31 cuando los cristianos recién nacidos de nuevo oraron pidiendo valentía para hablar la Palabra de Dios y las Escrituras dicen que el Espíritu Santo llenó a todos los santos que oraban por esta petición. Esta poderosa reunión de oración siguió a la curación milagrosa de un cojo en la puerta La Hermosa. Después de realizar el milagro a través del poder de Dios, Pedro y Juan fueron arrestados y amenazados con no pronunciar más el nombre de Jesús. Una vez liberados y entre los hermanos nuevamente, Hechos 4:24 dice que “alzaron unánimes su voz a Dios”. Sus oraciones pedían señales, prodigios y milagros para “ser hechos en el nombre de tu santo Hijo Jesús”. Dios estaba tan complacido que sacudió el edificio y los que no habían nacido de nuevo fueron inmediatamente llenos, porque “tembló el lugar donde estaban reunidos; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban la palabra de Dios con denuedo”. Observe todo lo que pueda “ver y oír” en este evento: un edificio tembloroso y muchas voces fuertes y atrevidas. El Padre Celestial sonrió cuando nacieron Sus bebés espirituales.

 

    Hechos 8: 14-25 describe a los samaritanos recibiendo el bautismo del Espíritu Santo y el principio de “ver y oír” es evidente. La misma experiencia de adoración de Hechos 2 en Jerusalén está sucediendo ahora a casi 100 millas de distancia en Samaria. Después de que Pedro y Juan imponen sus manos sobre los samaritanos y el Espíritu Santo cae sobre ellos, un ex hechicero y recién converso cristiano llamado Simón está tan asombrado por la forma en que actúan los samaritanos al recibir el Espíritu Santo que le ofrece dinero a Pedro si le da el poder para imponer las manos a las personas para impartir el Espíritu Santo. Simón estaba bien familiarizado con ver a Satanás manipular, molestar y hechizar a las personas a través de sus propias hechicerías malvadas, pero nunca había sido testigo de un empoderamiento tan genuino, puro, santo y justo como los santos que reciben el bautismo del Espíritu Santo. Al final, Simón le suplica a Pedro que ore para que Dios lo perdone por pensar que podría adquirir el poder [mediante dinero] para impartir el Espíritu Santo a las almas de los creyentes. Simón tuvo que aprender lo que enseñó Juan el Bautista: es Jesucristo solo quien bautiza con el Espíritu Santo, no ninguna otra persona.

 

    Un tercer texto sobre cómo cae el Espíritu Santo es Hechos 10: 44-48. Aunque pequeño, este texto y su descripción en el siguiente capítulo brindan un gran apoyo al principio “ver y oír”. Durante el sermón de Pedro dentro de la casa de Cornelio, “el don del Espíritu Santo” se “derrama” sobre muchos gentiles. Los judíos con Pedro “les oyeron hablar en lenguas y engrandecer a Dios”. La alabanza y la adoración dirigidas a Dios siempre fluyen de la boca de los bebés espirituales. Estas lenguas sin duda fueron entendidas por los judíos y por cualquier otra persona que pudiera escuchar a distancia porque Pedro regresó más tarde a Jerusalén y les dijo a sus hermanos judíos que Dios les dio a los gentiles el don del Espíritu Santo “como sobre nosotros al principio”. Hechos 11:15 prueba que el Espíritu Santo cayó sobre los gentiles de la misma manera que cayó sobre los judíos en el capítulo 2 de Hechos.

 

    Además, el testimonio de Pedro en Jerusalén en Hechos 11 enseña que la presencia del Espíritu Santo dentro del alma de un creyente lleno del Espíritu Santo puede reconocer cuando alguien más ha recibido el bautismo del Espíritu Santo. Ver a los samaritanos recibir el Espíritu Santo trajo las palabras de Jesús a la memoria de Pedro:

 

15 Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

16 Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

17 Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

(Hechos 11: 15-18)

 

    Un creyente con la propia vida eterna de Dios a menudo puede reconocer cuando un hermano en la fe nace de nuevo. Pablo confirma esta verdad en Romanos 8:16, diciendo: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”. 1 Juan 5: 6 y 8 dicen “el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es verdad” y “hay tres que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres están de acuerdo en uno.”

 

El último tiempo registrado en Hechos en el que los creyentes recibieron el Espíritu Santo es en Hechos 19: 1-7 y el Principio “Ver y Escuchar” se muestra mediante dos expresiones: hablar en lenguas y profetizar. Hechos 19: 6 dice: “Y cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos; y hablaban en lenguas y profetizaban”. Dios envió lenguas para compartir sus obras con los efesios. Se da a entender que estos discípulos no estaban solos. Debe haber habido incrédulos entre el grupo de 12 porque las lenguas son una señal para los incrédulos, no para los creyentes. 1 Corintios 14:22 dice: “Por tanto, las lenguas son por señal, no para los que creen, sino para los que no creen”. La profecía, un don dramático para asegurar a los creyentes de la presciencia y omnisciencia de Dios, acompañó a las lenguas, prediciendo cosas por venir de las que pronto serían testigos de su cumplimiento. Apocalipsis 19:10 promete profecías para aquellos que tienen el Espíritu de Jesús, diciendo “porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”. La profecía sobrenatural estará presente entre los cristianos, pero no todos los cristianos profetizan según 1 Corintios 12: 29-31.

 

CIERRE

Los animo a buscar el Espíritu Santo HASTA que lo reciban. ¡No se detengan! A veces se necesitan años para recibirlo, como los apóstoles de Jesús, ¡más de 3,5 años! En mi vida, pasaron unos 3 años hasta que nací de nuevo.

 

Aconsejo a todos que escuchen “Dios Ocultándose En Simplicidad”, predicado en Albuquerque, Nuevo México. En los últimos 45 minutos del sermón, el Hermano Branham lleva a la gente a recibir el bautismo del Espíritu Santo y dice que la Columna de Fuego estaba allí para indicarlo.

 

¡Dios te bendiga, y que Jesucristo sea el deseo de tu corazón!


Tratado originalmente expuesto como vídeo en el idioma inglés: How to Receive the Holy Ghost and How You'll Act When He Comes, por el Pastor Jesse R. Smith, de la iglesia Bride of Christ Fellowship, en Akron, Ohio, EEUUA.