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n Hechos 20.17, se relata cómo el
Apóstol Pablo “hizo llamar a los ancianos de la iglesia” que estaba en Éfeso; y,
en el versículo 28 de este mismo capítulo, el apóstol reconoce a estos ancianos
como “obispos” o “supervisores”:
Por tanto, mirad por vosotros, y
por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para
apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Y es evidente que, de entre estos ancianos, el Señor constituyó el ministerio quíntuple del que el apóstol habla en Efesios 4.11-13:
11 Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, 12 a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Porque,
también, en 1 Timoteo 5.17 el apóstol hace este reconocimiento entre los
ancianos, “mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.”
Así, la
iglesia que el Apóstol Pablo ordenó por el Espíritu en los días de su
ministerio, estuvo constituido por ancianos empoderados o reconocidos ante la
iglesia para ocuparse del ministerio quíntuple, para la edificación del Cuerpo
de Cristo. Este orden difícilmente se ve en las iglesias de hoy y, por lo
mismo, es que muchas de las iglesias están gobernadas y hasta dominadas
-prácticamente- por hombres que, sin el celo, temor y el amor de Dios, obran
impíamente para introducir herejías y blasfemias tal y como el apóstol lo
predijo o profetizó sucedería después de su partida.
Esto me
recuerda cuando, en días de Roboam, hijo de Salomón y rey sobre Israel, éste
pidió consejo a los ancianos que habían estado delante de su padre; pero que
después, y despreciando el consejo de estos ancianos, “tomó
consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y que estaban a su
servicio.” (2 Crónicas 10.8); y que, por este consejo, es que
el reino de Israel se fracturó.
No niego que
el joven también está en capacidad para ser ayuda en la iglesia porque, en días
de nuestro apóstol, él reconoció como parte del ministerio quíntuple a Timoteo,
un joven. ¿Sería el caso de Timoteo (o Tito) una excepción a la regla del
Espíritu en Hechos 20.28? No, porque la misma expresión Griega πρεσβύτης
(presbútes), que se traduce como “anciano”, también se traduce como “antiguo”;
y, en ese sentido, por lo menos de Timoteo se sabe que, desde niño, conocía las
Escrituras (2 Timoteo 3.15); por lo que él no fue nobel o neófito para, según
se lee de él, ocupar un cargo de liderazgo y enseñanza en la iglesia en Éfeso;
motivo por lo cual, en 1 Timoteo 4.12-13, leemos:
12 Ninguno
tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra,
conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13 Entre
tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
Y, efectivamente,
en 1 Timoteo 3.1-7, el apóstol estableció los requisitos para el obispado:
1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de
una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias
deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que
gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará
de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no
sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de
afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
Y, lo mismo o
adicionalmente, en Tito 1.5-9; y 2.2:
5 Por esta
causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses
ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; 6 el
que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que
no estén acusados de disolución ni de rebeldía. 7 Porque
es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no
soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de
ganancias deshonestas, 8 sino hospedador,
amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, 9 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para
que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen.
Que los ancianos sean sobrios,
serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.
Seguidamente,
inserto el enlace de tres enseñanzas sobre el rol de los ancianos del Pastor
Barry Cooper, pastor docente asociado en Christ Community Church en
Daytona Beach, Florida, y colaborador del Ministerio Ligonier:
Los ancianos:
https://elfundamentojesucristo.blogspot.com/2023/07/los-ancianos.html
Los ancianos para la iglesia:
https://elfundamentojesucristo.blogspot.com/2023/07/los-ancianos-para-la-iglesia.html
Por qué es importante que una iglesia:
https://elfundamentojesucristo.blogspot.com/2023/07/por-que-es-importante-que-una-iglesia.html
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